El debate entorno al término populismo no sólo se centra en qué es sino también en su propia existencia. Es en sí mismo un término controvertido. Suele definirse al populismo como una ideología, un movimiento o un "síndrome". Esto ilustra la confusión conceptual de dicho término. Además, hay que sumar que no todas las regiones del mundo entienden el término de la misma manera y suelen equiparlo o mezclarlo, con otros fenómenos. En Europa, el populismo suele identificarse con políticos antiinmigrantes y xenófobos. Mientras que, en América Latina se asocia al clientelismo y a la mala gestión económica. Esta confusión con el término populismo se debe a que "raramente reinvidican para sí los propios individuos u organizaciones, casi siempre se atribuye a otros, las más de las veces con connotaciones negativas".
Sobre cómo enfocar el estudio del populismo, los autores del libro proponen su propio enfoque llamado enfoque ideacional. Existen otros enfoques en el estudio del fenómeno del populismo: el enfoque de la "agenda popular", el enfoque Laclau, el enfoque socioeconómico, el enfoque del populismo como estrategia política y el enfoque del populismo como "estilo de política folclórica". Cada uno de estos enfoques presentan similitudes y algunos de sus aspectos son compatibles con el enfoque ideacional. ¿En qué consiste cada uno de estos enfoques?
El enfoque de la "agencia popular" sostiene que el populismo es una "forma democrática de vida" que se construye a partir de la participación de la gente en la política. Este enfoque considera el populismo como una fuerza positiva para la movilización de la gente y para el desarrollo de un modelo de democracia comunitaria. El enfoque de Laclau no sólo considera el populismo como la esencia de la política sino también una "fuerza emancipadora". La democracia liberal es el problema y la solución pasa por una democracia radical. El populismo reintroduce el conflicto en la política y fomenta la movilización de sectores excluídos de la sociedad con el objetivo de modificar el status quo. El enfoque socioeconómico fue muy popular en las décadas de 1980 y 1990 en América Latina. El populismo se entendería como un tipo de política económica irresponsable que se caracterizaría por un gasto excesivo financiado por la deuda externa en un primer período marcado por la hiperinflación y la adopción de duros ajustes económicos a posteriori. El enfoque que considera el populismo como estrategia política empleada por un líder que quiere gobernar sin intermediarios y con apoyo directo de sus seguidores, considera que el populismo implicaría la emergencia "de una figura fuerte y carismática "que concentra el poder y mantiene una conexión directa con las masas." Y, por último, el enfoque que concibe el populismo como un estilo de "política folclórica", cuyos líderes y partidos políticos se emplean en movilizar a las masas. El populismo aludiría a una conducta política amateur, poco profesional, que aspira a maximizar la atención mediática y el respaldo popular. Los "actores populistas" son vistos como líderes que están al lado del "pueblo" en oposición a la "élite".
Sobre cómo enfocar el estudio del populismo, los autores del libro proponen su propio enfoque llamado enfoque ideacional. Existen otros enfoques en el estudio del fenómeno del populismo: el enfoque de la "agenda popular", el enfoque Laclau, el enfoque socioeconómico, el enfoque del populismo como estrategia política y el enfoque del populismo como "estilo de política folclórica". Cada uno de estos enfoques presentan similitudes y algunos de sus aspectos son compatibles con el enfoque ideacional. ¿En qué consiste cada uno de estos enfoques?
El enfoque de la "agencia popular" sostiene que el populismo es una "forma democrática de vida" que se construye a partir de la participación de la gente en la política. Este enfoque considera el populismo como una fuerza positiva para la movilización de la gente y para el desarrollo de un modelo de democracia comunitaria. El enfoque de Laclau no sólo considera el populismo como la esencia de la política sino también una "fuerza emancipadora". La democracia liberal es el problema y la solución pasa por una democracia radical. El populismo reintroduce el conflicto en la política y fomenta la movilización de sectores excluídos de la sociedad con el objetivo de modificar el status quo. El enfoque socioeconómico fue muy popular en las décadas de 1980 y 1990 en América Latina. El populismo se entendería como un tipo de política económica irresponsable que se caracterizaría por un gasto excesivo financiado por la deuda externa en un primer período marcado por la hiperinflación y la adopción de duros ajustes económicos a posteriori. El enfoque que considera el populismo como estrategia política empleada por un líder que quiere gobernar sin intermediarios y con apoyo directo de sus seguidores, considera que el populismo implicaría la emergencia "de una figura fuerte y carismática "que concentra el poder y mantiene una conexión directa con las masas." Y, por último, el enfoque que concibe el populismo como un estilo de "política folclórica", cuyos líderes y partidos políticos se emplean en movilizar a las masas. El populismo aludiría a una conducta política amateur, poco profesional, que aspira a maximizar la atención mediática y el respaldo popular. Los "actores populistas" son vistos como líderes que están al lado del "pueblo" en oposición a la "élite".