Nuestro conocimiento sobre el mundo físico y social se almacena en nuestra memoria semántica. En ella podemos encontrar el conocimiento sobre el significado de las palabras, conceptos, esquemas y marcos de referencia. La información que disponemos sobre objetos, personas o acontecimientos está almacenada en diferentes regiones de nuestro cerebro. El procesamiento del significado de las palabras activa redes neuronales que se encuentran en diferentes áreas de nuestro cerebro. En diferentes nodos se almacenan tipos de información sobre objetos concretos, sobre una persona determinada o sobre un acontecimiento en particular. Eso es posible porque existen mapas semánticos que se encuentran distribuidos por nuestro cerebro. Son precisamente estos mapas semánticos los que hacen posible que podamos recuperar esa información o bien que se pueda establecer relaciones entre significados de una misma categoría semántica. La existencia de estos esquemas semánticos se le suponen por estudios comparados sobre pacientes con daño cerebral que presentaban problemas para reconocer categorías semánticas concretas como por ejemplo, animado o inanimado. Los pacientes que no podían reconocer a seres vivos presentaban algún tipo de lesión en los lóbulos temporales mediales. Mientras que los que no eran capaces de reconocer objetos inanimados tenían localizado el daño en áreas frontoparientales.
Si subimos a un nivel de mayor complejidad nos encontraremos que nuestra memoria semántica utiliza esquemas sobre acontecimientos y personas. Esos esquemas contribuyen a hacer predecible el mundo que vivimos, permiten tener expectativas acerca de acontecimientos del futuro. Cuando los hechos se adecuan a esos esquemas que tenemos acerca de la realidad no les prestamos atención. En cambio, cuando los hechos no encajan, se graban con mayor fuerza en nuestra memoria. También, cabe remarcar que las experiencias que contienen esos esquemas mentales nos permiten hacer inferencias y rellenar huecos. Finalmente, los esquemas mentales son claves para recordar datos. Por último, las personas con daño cerebral, que tienen dificultades para la recuperación de información basada en conceptos o en esquemas, como las personas con amnesia o demencia, pueden no identificar objetos o acceder a los significados de las palabras, pero, sin embargo, conservar como resolver problemas.
Si subimos a un nivel de mayor complejidad nos encontraremos que nuestra memoria semántica utiliza esquemas sobre acontecimientos y personas. Esos esquemas contribuyen a hacer predecible el mundo que vivimos, permiten tener expectativas acerca de acontecimientos del futuro. Cuando los hechos se adecuan a esos esquemas que tenemos acerca de la realidad no les prestamos atención. En cambio, cuando los hechos no encajan, se graban con mayor fuerza en nuestra memoria. También, cabe remarcar que las experiencias que contienen esos esquemas mentales nos permiten hacer inferencias y rellenar huecos. Finalmente, los esquemas mentales son claves para recordar datos. Por último, las personas con daño cerebral, que tienen dificultades para la recuperación de información basada en conceptos o en esquemas, como las personas con amnesia o demencia, pueden no identificar objetos o acceder a los significados de las palabras, pero, sin embargo, conservar como resolver problemas.