En este sexto- y último- post sobre la biografía de Alan Turing transcurre en los 4 últimos años de su vida, entre 1951 y 1954.
Hicieron falta 15 años para que Alan Turing recibiera el reconocimiento por su trabajo. En 1951, fue nombrado miembro de la Royal Society. En 1953, recibió el encargo de impartir una asignatura sobre teoría de la computación en la Universidad de Manchester. Una de sus mayores aportaciones fue su investigación pionera en el enfoque computacional de la biología, dando lugar a una nueva disciplina, la biología matemática o biomatemática. Una de las cuestiones estudiadas fue la simulación por ordenador de la morfogénesis, es decir, el crecimiento y la forma de los seres vivos. Uno de los ejemplos fue la aplicación de la sucesión de Fibonacci a las estructuras de las plantas. El número de pétalos en las flores o la disposición en espiral de las hojas en las plantas se ajustan a esta sucesión. En esa época, uno de los trabajos más importantes realizados por Alan Turing fue el estudio de la formación de los patrones de rayas y manchas que aparecen en la piel de muchos mamíferos, peces o conchas. Lo interesante, y hasta cierto punto revolucionario, fue que estos estudios pioneros sobre morfogénesis los relacionó con su trabajo sobre circuitos neuronales. Alan Turing llegó a plantearse si la forma en que está organizado el cerebro no sería el resultado del control ejercido por los genes durante el desarrollo del cerebro.
En 1952, Alan Turing publicó un artículo titulado "la base química de la morfogénesis" en el que propuso la hipótesis de que la formación de patrones como las manchas o las bandas en la piel de algunos animales tendrían lugar por un mecanismo conocido como reacción- difusión. El mecanismo propuesta por Alan Turing fue el siguiente: "las células pigmentadas producirían dos clases de moléculas, dos tipos diferentes de morfógenos, uno activador, que promovería su propia producción como la del morfógeno activador. Las dos clases de moléculas se difundirían por el tejido embrionario, reaccionando entre sí y dando como resultado un patrón de concentraciones, o "huella" que servirá a las células embrionarias para dirigirlas en el proceso embrionario que les llevará a la formación de un patrón en el adulto." A partir de ahí, Alan Turing propuso unas ecuaciones de reacción- difusión que aún hoy son el fundamento sobre la morfogénesis. Estos estudios fueron los últimos que fueron llevados a cabo antes de su suicidio. La trágica muerte de Alan Turing se precipitó por el trato degradante que la justicia le sometió por haber tenido prácticas homosexuales que en aquella época estaban penadas en el Reino Unido. A comienzos de 1952, Alan Turing fue detenido y llevado a juicio a finales de marzo, acusado de mantener relaciones homosexuales con un joven. Alan Turing denunció el robo en su casa y rebeló su homosexualidad a las autoridades policiales. Fue condenado a un tratamiento con hormonas para anular su libido. El tratamiento consistió en la inyección de estrógenos que le causó un fuerte impacto emocional. Tenía 41 años cuando hallaron su cadáver. Se encontró una manzana con cianuro potásico. Con su muerte, se perdió a uno de los matemáticos más brillantes del siglo XX.
Hicieron falta 15 años para que Alan Turing recibiera el reconocimiento por su trabajo. En 1951, fue nombrado miembro de la Royal Society. En 1953, recibió el encargo de impartir una asignatura sobre teoría de la computación en la Universidad de Manchester. Una de sus mayores aportaciones fue su investigación pionera en el enfoque computacional de la biología, dando lugar a una nueva disciplina, la biología matemática o biomatemática. Una de las cuestiones estudiadas fue la simulación por ordenador de la morfogénesis, es decir, el crecimiento y la forma de los seres vivos. Uno de los ejemplos fue la aplicación de la sucesión de Fibonacci a las estructuras de las plantas. El número de pétalos en las flores o la disposición en espiral de las hojas en las plantas se ajustan a esta sucesión. En esa época, uno de los trabajos más importantes realizados por Alan Turing fue el estudio de la formación de los patrones de rayas y manchas que aparecen en la piel de muchos mamíferos, peces o conchas. Lo interesante, y hasta cierto punto revolucionario, fue que estos estudios pioneros sobre morfogénesis los relacionó con su trabajo sobre circuitos neuronales. Alan Turing llegó a plantearse si la forma en que está organizado el cerebro no sería el resultado del control ejercido por los genes durante el desarrollo del cerebro.
En 1952, Alan Turing publicó un artículo titulado "la base química de la morfogénesis" en el que propuso la hipótesis de que la formación de patrones como las manchas o las bandas en la piel de algunos animales tendrían lugar por un mecanismo conocido como reacción- difusión. El mecanismo propuesta por Alan Turing fue el siguiente: "las células pigmentadas producirían dos clases de moléculas, dos tipos diferentes de morfógenos, uno activador, que promovería su propia producción como la del morfógeno activador. Las dos clases de moléculas se difundirían por el tejido embrionario, reaccionando entre sí y dando como resultado un patrón de concentraciones, o "huella" que servirá a las células embrionarias para dirigirlas en el proceso embrionario que les llevará a la formación de un patrón en el adulto." A partir de ahí, Alan Turing propuso unas ecuaciones de reacción- difusión que aún hoy son el fundamento sobre la morfogénesis. Estos estudios fueron los últimos que fueron llevados a cabo antes de su suicidio. La trágica muerte de Alan Turing se precipitó por el trato degradante que la justicia le sometió por haber tenido prácticas homosexuales que en aquella época estaban penadas en el Reino Unido. A comienzos de 1952, Alan Turing fue detenido y llevado a juicio a finales de marzo, acusado de mantener relaciones homosexuales con un joven. Alan Turing denunció el robo en su casa y rebeló su homosexualidad a las autoridades policiales. Fue condenado a un tratamiento con hormonas para anular su libido. El tratamiento consistió en la inyección de estrógenos que le causó un fuerte impacto emocional. Tenía 41 años cuando hallaron su cadáver. Se encontró una manzana con cianuro potásico. Con su muerte, se perdió a uno de los matemáticos más brillantes del siglo XX.