En la última entrada de síntesis de las guerras del agua se incluye el sexto y el séptimo capítulo del libro: transformando la escasez en abundancia (VI) y las aguas sagrados (VII).
En el capítulo sexto Transformando la escasez en abundancia, la escasez y la abundancia son el resultado de una cultura del agua. Hay culturas que derrochan el agua, creando escasez en medio de la abundancia. Las hay que preservan cada gota de agua, sacando abundancia de la escasez.
En Haciendo florecer el desierto, Rajasthan tiene agua en abundancia a diferencia de otras regiones desérticas con una pluviosidad extremadamente baja y temperaturas altas. En esta región, el ingenio y el trabajo han transformado la escasez en abundancia. La cultura de Rajasthan no es una cultura de abundancia sino una cultura de conservación.
En
La gestión indígena del agua, en
la India hay más de 25 sistemas de riego y de abastecimiento de agua potable. Las albercas son uno de los sistemas de recogida de aguas más duraderas en el sur de
la India. Los sistemas de riego eran administrados por organizaciones de regantes pertenecientes a los pueblos. En las comarcas del sur de Bihar la construcción y el mantenimiento del sistema de abastecimiento de aguas se gestiona también de forma colectiva. Un régimen denominado parabandi regulaba la distribución del agua procedente de una fuente común entre los diferentes pueblos y los propios aldeanos eran responsables del reparto dentro de su comunidad.
En Las alternativas sostenibles de los pueblos, se están movilizando multitud de personas para conservar las aguas y para recuperar el control comunitario sobre sus recursos. Estos movimientos de conservación del agua están demostrando que la solución a la crisis del agua hay que buscarla en el trabajo y en la solidaridad de las personas. La alternativa más eficaz al monopolio del agua es la democracia. La escasez y los conflictos por el agua pueden minimizarse si se reconoce que el agua es un recurso común.
En el capítulo séptimo las aguas sagradas nos recalca el valor del agua, el valor deriva del latín valere que significa ser fuerte o digno. En las comunidades en las que el agua es sagrada, su valor reside en su función como fuente para los alimentos, las plantas y los ecosistemas. La mercantilización del agua reduce el agua a su valor comercial. Como el término recursos también tiene un interesante significado. Procede de la palabra surge, que quiere decir lo que tiene capacidad de volver a levantarse. El término recursos ha pasado a significar lo que adquiere valor como materia prima. La propuesta de asignar valores de mercado a todos los recursos equivale a presentar la enfermedad como cura. La revolución industrial convirtió el término valor en sinónimo de valor comercial. La crisis del agua es el resultado de una ecuación equivocada, que afirma que el valor es igual al precio monetario. Sin embargo, los recursos pueden a menudo tener un valor muy alto y carecer de precio- bosques, ríos,..- . Igualmente, la idea de que la vida es sagrada concede un valor muy elevado a los sistemas vivos y evita su mercantilización. La protección de los recursos vitales no puede garantizarse a través del mercado. Requiere la recuperación de lo sagrado y lo comunal. Las aguas sagradas trascienden el mercado y nos transportan a un mundo cargado de mitos, relatos, creencias, culturas y celebraciones. Éstos son los mundos que nos permiten conservar y compartir las aguas y convertir la escasez en abundancia.