En el quinto capítulo, La comisión de investigación: las causas de la bancarrota de los bancos islandeses, se expone las causas que originaron la bancarrota de los bancos islandeses y cuál fue la intervención de las autoridades islandesas al respecto.
Las causas de la bancarrota de los bancos islandeses fueron múltiples y de índole interno. Un informe de la OCDE recoge y explica las causas de la bancarrota de los bancos islandeses. Éste se basa en un informe anterior, el de la comisión especial de investigación sobre el colapso de los bancos, creado por el Parlamento islandés, que publica sus conclusiones en 2010. Según este informe, sobre el colapso bancario y la crisis financiera islandesa de 2008, existe tres causas principales:
1- El sistema bancario y financiero de Islandia creció demasiado en comparación con el tamaño del país, de su economía y de su administración. Esa rápida expansión internacional no podía soportarla la infraestructura de Islandia. Así, lo explicita Elvira Méndez: "El país, su mercado y su infraestructura administrativa y regulatoria se quedaron pequeños para los bancos".
2- La legislación bancaria exige que los bancos tengan un capital reservado para hacer frente a las demandas de pagos de depósitos, impagos y pérdidas. En el caso islandés, el capital de reserva de los bancos consistía en sus propias acciones en las que habían invertido sus fondos de reserva.
3- Dependencia de la financiación de los mercados financieros internacionales. Cuando se desató la crisis financiera internacional en 2008, los principales mercados dejaron de operar. Fue una catástrofe para los bancos islandeses porque dependía fundamentalmente de los mercados financieros internacionales para financiarse. Los bancos e instituciones financieras islandesas tomaron préstamos de bancos extranjeros. El riesgo de los bancos islandeses aumentó por diferentes motivos: En primer lugar, porque los bancos son prestamistas, es decir, quieren que sus deudores reembolsen sus préstamos. Y, en segundo lugar, estos deudores eran a su vez propietarios y accionistas del banco.
En definitiva, los principales bancos de Islandia habían seguido estrategias de alto riesgo en su expansión internacional. Se habían financiado a través de capital extranjero en los mercados internacionales. Cuando el acceso a ese capital extranjero se cerro, los bancos quebraron. Aunque la crisis internacional fue el detonante, la crisis financiera de Islandia tiene un origen interno.
El informe de la comisión especial de investigación sobre el colapso de los bancos resume también la actuación del Gobierno y de la administración durante el período previo al colapso bancario y financiero. A juicio de esa comisión de investigación, las acciones del Gobierno islandés se centraron casi exclusivamente en la imagen de la banca y en la reputación de las instituciones financieras en lugar de atender al problema fundamental: el sistema financiero, creado por los bancos, era demasiado grande en comparación con la economía islandesa y necesitaba ser reducido. El Gobierno no entendió el problema ni las consecuencias de una inminente quiebra de todo el sistema bancario y financiero.
Las conclusiones de la comisión de investigación son demoledoras para el Gobierno y la administración islandesa. Según la comision, queda probada la incapacidad del Gobierno islandés para entender el origen del problema y para reducir el tamaño del sistema financiero. Islandia falla porque tanto el Parlamento como el Gobierno carecen de la fuerza y del coraje necesarios para establecer límites razonables a su sistema financiero. Toda su energía se ha dirigido a mantener el sistema financiero en constante expansión. La comisión emite que tanto Geir Haarde- Primer Ministro islandés- , Árni Mathiesen- ministro de Finanzas- y Björguin Sigurdsson- ministro de Negocios- son culpables de negligencia "conforme a la ley islandesa". La negligencia se basa en no responder al peligro que representaba el deterioro de la situación de los bancos islandeses para la economía durante 2008.
Las causas de la bancarrota de los bancos islandeses fueron múltiples y de índole interno. Un informe de la OCDE recoge y explica las causas de la bancarrota de los bancos islandeses. Éste se basa en un informe anterior, el de la comisión especial de investigación sobre el colapso de los bancos, creado por el Parlamento islandés, que publica sus conclusiones en 2010. Según este informe, sobre el colapso bancario y la crisis financiera islandesa de 2008, existe tres causas principales:
1- El sistema bancario y financiero de Islandia creció demasiado en comparación con el tamaño del país, de su economía y de su administración. Esa rápida expansión internacional no podía soportarla la infraestructura de Islandia. Así, lo explicita Elvira Méndez: "El país, su mercado y su infraestructura administrativa y regulatoria se quedaron pequeños para los bancos".
2- La legislación bancaria exige que los bancos tengan un capital reservado para hacer frente a las demandas de pagos de depósitos, impagos y pérdidas. En el caso islandés, el capital de reserva de los bancos consistía en sus propias acciones en las que habían invertido sus fondos de reserva.
3- Dependencia de la financiación de los mercados financieros internacionales. Cuando se desató la crisis financiera internacional en 2008, los principales mercados dejaron de operar. Fue una catástrofe para los bancos islandeses porque dependía fundamentalmente de los mercados financieros internacionales para financiarse. Los bancos e instituciones financieras islandesas tomaron préstamos de bancos extranjeros. El riesgo de los bancos islandeses aumentó por diferentes motivos: En primer lugar, porque los bancos son prestamistas, es decir, quieren que sus deudores reembolsen sus préstamos. Y, en segundo lugar, estos deudores eran a su vez propietarios y accionistas del banco.
En definitiva, los principales bancos de Islandia habían seguido estrategias de alto riesgo en su expansión internacional. Se habían financiado a través de capital extranjero en los mercados internacionales. Cuando el acceso a ese capital extranjero se cerro, los bancos quebraron. Aunque la crisis internacional fue el detonante, la crisis financiera de Islandia tiene un origen interno.
El informe de la comisión especial de investigación sobre el colapso de los bancos resume también la actuación del Gobierno y de la administración durante el período previo al colapso bancario y financiero. A juicio de esa comisión de investigación, las acciones del Gobierno islandés se centraron casi exclusivamente en la imagen de la banca y en la reputación de las instituciones financieras en lugar de atender al problema fundamental: el sistema financiero, creado por los bancos, era demasiado grande en comparación con la economía islandesa y necesitaba ser reducido. El Gobierno no entendió el problema ni las consecuencias de una inminente quiebra de todo el sistema bancario y financiero.
Las conclusiones de la comisión de investigación son demoledoras para el Gobierno y la administración islandesa. Según la comision, queda probada la incapacidad del Gobierno islandés para entender el origen del problema y para reducir el tamaño del sistema financiero. Islandia falla porque tanto el Parlamento como el Gobierno carecen de la fuerza y del coraje necesarios para establecer límites razonables a su sistema financiero. Toda su energía se ha dirigido a mantener el sistema financiero en constante expansión. La comisión emite que tanto Geir Haarde- Primer Ministro islandés- , Árni Mathiesen- ministro de Finanzas- y Björguin Sigurdsson- ministro de Negocios- son culpables de negligencia "conforme a la ley islandesa". La negligencia se basa en no responder al peligro que representaba el deterioro de la situación de los bancos islandeses para la economía durante 2008.
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