En el noveno capítulo, La saga Icesave: la revolución de las bengalas en 2010, Elvira Méndez desarrolla la cuestión de la filial del banco Landsbanki, Icesave.
Icesave ha sido uno de los problemas políticos más graves a los que se ha enfrentado Islandia desde su independencia en 1944. En 2010 y 2011, los islandeses rechazan los acuerdos firmados por el Gobierno islandés con el Reino Unido y Holanda. Se acordó pagar unos 4.000 millones de euros por las deudas de Icesave, la filial del banco Landsbanki. La Constitución de Islandia exige que se convoque un referéndum nacional. Así se hace a petición de miles de ciudadanos.
¿Cómo se origina este embrollo? El conflicto se origina cuando el FME tomó control del banco Landsbanki, el 7 de octubre de 2008, acorde con la Ley de Emergencia. Más de 400.000 depositantes con cuentas en Icesave en el Reino Unido y en Holanda no pueden acceder a su dinero porque FME declara la quiebra ordenada de la entidad. La Ley de Emergencia da a estos depósitos una prioridad absoluta en el proceso de liquidación de bienes del banco, sin límite de cantidad. El Gobierno británico y holandés reclaman a Islandia la devolución de la garantía mínima de depósitos más los intereses y exigen que la deuda sea de carácter de deuda soberana. ¿Ha de garantizarse como deuda soberana de un país la deuda privada de un banco? La legislación europea obliga a un sistema de garantía de depósitos. En el caso islandés, el Fondo de Garantía de Depósitos quebró cuando sobrevino la crisis financiera. Por otro lado, ¿Existe una obligación del Estado para recapitalizarlo con fondos públicos?
La disputa Icesave es complejo en el plano jurídico, fundamentalmente, porque Islandia se encuentra en lo que podríamos denominar un "triángulo de las Bermudes":
"Un espacio situado entre el derecho de la UE, el derecho del EEE y el derecho internacional, que está lleno de zonas grises y lagunas jurídicas. En esta disputa, los especialistas en derecho internacional se posicionan en el bando del "no": la renuncia a la inmunidad es inaceptable. En cambio, los especialistas en derecho europeo suelen posicionarse en el campo del "sí", en virtud de la efectividad de este ordenamiento jurídico para los ciudadanos".
Junto a la complejidad legal, también hay que incluir la dimensión política y ética del conflicto: ¿Tiene que cubrir la deuda de los bancos, que se han financiado captando depósitos en el extranjero de 400.000 personas e instituciones, los islandeses? La cuestión Icesave es tan compleja por sus proporciones que crea una gran incertidumbre sobre la recuperación económica de Islandia. Icesave supone una deuda de 12.000 euros por persona o 48.000 euros por familia.
El caso de Icesave ha dado lugar a malentendidos en los medios de comunicación internacionales. Los islandeses pasan de ser villanos, por no querer compensar a las víctimas británicas y holandesas del banco Icesave, a ser héroes contra el capitalismo financiero global. La realidad es más esquiva. Lo que se discutía "es la metodología de pago y no la obligación moral de devolver los depósitos a los afectados por el colapso de Icesave". Las cuestiones claves giran entorno a la legislación europea sobre los fondos de garantía de depósitos y la Ley de Emergencia. El Fondo de Garantía de Depósitos de Islandia es una institución privada que tiene como objetivo ofrecer una cobertura mínima de protección contra el impago o contra la quiebra de los bancos. Este Fondo de Garantía tiene que responder por los depósitos o las cuentas depositadas en los bancos islandeses como en las sucursales de otros países del Espacio Económico Europeo. Si un banco no puede pagar los depósitos de sus clientes, el Fondo de Garantía está obligado por una directiva europea a compensar a los clientes con un máximo de 20.887 euros.
Ante la demanda ciudadana se somete a un referéndum nacional los acuerdos de Icesave 2 y 3. Recordemos que el acuerdo Icesave 1, aprobado por el Parlamento islandés, no fue aceptada por el Reino Unido y Holanda. En el primer referéndum, el 6 de marzo de 2010, los resultados fueron de un 93% de votos contrarios a los acuerdos de Icesave 2. En el segundo referéndum, el 9 de abril de 2011, el no gana con un 60% de votos. Estos referéndums muestran un abismo entre el Gobierno, el Parlamento y la ciudadanía.
¿Qué nos ha enseñado la saga Icesave? Existen lagunas en la integración europea y en el mercado interior de servicios financieros en Europa. La prestación de servicios financieros ha demostrado ser un sistema defectuoso de la protección de los ahorradores en los países de acogida: "El mercado interior de servicios financieros creado en Europa carecía de un supervisor y regulador europeo y de un banco garante prestamista de última instancia. No hay una unión bancaria ni una legislación europea para los casos de crisis". Otro aspecto a reseñar es sobre si es ético imponer que las deudas privadas de los bancos sean satisfechas por los bienes de los bancos. Así lo decidió la Ley de Emergencia y así lo quiso los ciudadanos. No es ético privatizar los beneficios y socializar las pérdidas. Cuando el Gobierno no persigue a los culpables del desastre económico y financiero, "¿Por qué han de hacerlo los ciudadanos inocentes?".
La disputa Icesave es complejo en el plano jurídico, fundamentalmente, porque Islandia se encuentra en lo que podríamos denominar un "triángulo de las Bermudes":
"Un espacio situado entre el derecho de la UE, el derecho del EEE y el derecho internacional, que está lleno de zonas grises y lagunas jurídicas. En esta disputa, los especialistas en derecho internacional se posicionan en el bando del "no": la renuncia a la inmunidad es inaceptable. En cambio, los especialistas en derecho europeo suelen posicionarse en el campo del "sí", en virtud de la efectividad de este ordenamiento jurídico para los ciudadanos".
Junto a la complejidad legal, también hay que incluir la dimensión política y ética del conflicto: ¿Tiene que cubrir la deuda de los bancos, que se han financiado captando depósitos en el extranjero de 400.000 personas e instituciones, los islandeses? La cuestión Icesave es tan compleja por sus proporciones que crea una gran incertidumbre sobre la recuperación económica de Islandia. Icesave supone una deuda de 12.000 euros por persona o 48.000 euros por familia.
El caso de Icesave ha dado lugar a malentendidos en los medios de comunicación internacionales. Los islandeses pasan de ser villanos, por no querer compensar a las víctimas británicas y holandesas del banco Icesave, a ser héroes contra el capitalismo financiero global. La realidad es más esquiva. Lo que se discutía "es la metodología de pago y no la obligación moral de devolver los depósitos a los afectados por el colapso de Icesave". Las cuestiones claves giran entorno a la legislación europea sobre los fondos de garantía de depósitos y la Ley de Emergencia. El Fondo de Garantía de Depósitos de Islandia es una institución privada que tiene como objetivo ofrecer una cobertura mínima de protección contra el impago o contra la quiebra de los bancos. Este Fondo de Garantía tiene que responder por los depósitos o las cuentas depositadas en los bancos islandeses como en las sucursales de otros países del Espacio Económico Europeo. Si un banco no puede pagar los depósitos de sus clientes, el Fondo de Garantía está obligado por una directiva europea a compensar a los clientes con un máximo de 20.887 euros.
Ante la demanda ciudadana se somete a un referéndum nacional los acuerdos de Icesave 2 y 3. Recordemos que el acuerdo Icesave 1, aprobado por el Parlamento islandés, no fue aceptada por el Reino Unido y Holanda. En el primer referéndum, el 6 de marzo de 2010, los resultados fueron de un 93% de votos contrarios a los acuerdos de Icesave 2. En el segundo referéndum, el 9 de abril de 2011, el no gana con un 60% de votos. Estos referéndums muestran un abismo entre el Gobierno, el Parlamento y la ciudadanía.
¿Qué nos ha enseñado la saga Icesave? Existen lagunas en la integración europea y en el mercado interior de servicios financieros en Europa. La prestación de servicios financieros ha demostrado ser un sistema defectuoso de la protección de los ahorradores en los países de acogida: "El mercado interior de servicios financieros creado en Europa carecía de un supervisor y regulador europeo y de un banco garante prestamista de última instancia. No hay una unión bancaria ni una legislación europea para los casos de crisis". Otro aspecto a reseñar es sobre si es ético imponer que las deudas privadas de los bancos sean satisfechas por los bienes de los bancos. Así lo decidió la Ley de Emergencia y así lo quiso los ciudadanos. No es ético privatizar los beneficios y socializar las pérdidas. Cuando el Gobierno no persigue a los culpables del desastre económico y financiero, "¿Por qué han de hacerlo los ciudadanos inocentes?".
Icesave, filial on-line del banco Landsbanki |
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