En 2001, la OCDE planteó 6 modelos de organización de los sistemas educativos. Entre ellos se encuentran dos modelos de escuela tradicional, dos modelos de "reescolarización" y dos modelos de "desintegración" o "desescolarización" que configurarían los 6 escenarios posibles en el futuro, a saber:
1- Escenario: sólidos sistemas escolares burocráticos.
2- Escenario: Ampliación del modelo de mercado.
3- Escenario: La escuela en el corazón de la colectividad y como centro social fundamental.
4- Escenario: La escuela orientada como una organización de aprendizaje.
5- Escenario: La red de estudiantes y la sociedad en red.
6- Escenario: Éxodo de los docentes y desintegración del sistema escolar.
1- Escenario: sólidos sistemas escolares burocráticos.
2- Escenario: Ampliación del modelo de mercado.
3- Escenario: La escuela en el corazón de la colectividad y como centro social fundamental.
4- Escenario: La escuela orientada como una organización de aprendizaje.
5- Escenario: La red de estudiantes y la sociedad en red.
6- Escenario: Éxodo de los docentes y desintegración del sistema escolar.
A continuación, vamos a analizar brevemente cada uno de estos escenarios posibles.
En los sistemas escolares burocráticos, predomina la burocratización del funcionamiento de los centros educativos. Se persigue la uniformidad del sistema y a menudo se acompaña de centralismo. La escuela se considera el único elemento esencial del sistema educativo. En estos sistemas educativos burocráticos, imperan los valores de igualdad y, en menor medida, de excelencia. La imposición de estos valores lleva a la implantación de programas de evaluación comunes para todo el país con el objetivo de conseguir una mayor igualdad. En este sentido, la escuela se concibe como la transmisora "de una serie de normas que permitan una mayor cohesión y homogeneidad del país." Este modelo de sistema educativo burocrático obliga al mantenimiento de grandes plantillas docentes. La escuela se convierte "en la institución responsable de encargarse de los niños, asumiendo en parte la función de las familias, y de crear un espacio protegido para sus juegos y su socialización." De esta manera, la escuela invade espacios que deberían pertenecer a los subsistemas familiar y sociocultural. Dentro de los centros escolares impera un modelo con un docente por clase, al que se permite innovar pero no cambiar las estructuras de enseñanza y aprendizaje. Los docentes disponen de una situación privilegiada y diferenciada de otros colectivos de trabajadores. En su mayoría son funcionarios. En estos países, los sindicatos suelen tener un gran peso en el sistema educativo. El ejemplo más claro de sistema educativo burocrático es Francia.
Los problemas, que derivan del modelo burocrático, han provocado una desconfianza creciente en la escuela pública que ha llevado al surgimiento de "voces neoliberales que promueven una competencia creciente en todos los ámbitos para conseguir la excelencia". Este planteamiento aboga porque el contribuyente "se oponga cada vez más a la financiación pública del sistema educativo y que sean las familias y las empresas privadas las que realicen fuertes aportaciones económicas para mantener un sistema en el que todos los actores tendrían libertad para crear escuelas, y para elegir el centro que más les conviniese, con una intervención cada vez menor de los poderes públicos en las actividades educativas." En el modelo de mercado, hay una presencia equilibrada de escuelas públicas y privadas, muchas veces concertadas con la Administración pública y actuando como si fueran de titularidad pública, con lo que se pretende extender los dos valores fundamentales de ese modelo de mercado: la libertad y la excelencia. La educación se abre al "mercado" permitiendo que entre "nuevos productores y profesionales que desplegarán una política empresarial muy agresiva para captar clientes." Los alumnos con poder adquisitivo y buen rendimiento académico se convierten en el objetivo de los centros educativos. Los programas educativos se definen en función de los resultados y no de los contenidos, centrándose fundamentalmente en los conocimientos y en las competencias, y poniendo especial énfasis en valores como el riesgo, la "cooperación competitiva" y el esfuerzo. Este modelo de mercado puede conducir a una mayor desigualdad y exclusión de manera que el sistema educativo pierde su función como mecanismo que permite una igualdad de oportunidad entre todos los alumnos para convertirse en un sistema de criba y descarte académico y social. Este escenario tiende a una privatización creciente de la educación, de manera que el ámbito público va perdiendo cada vez más peso y presencia "quedando relegada a mero financiador del sistema a través de "cheques de educación" y otros sistemas similares" y deja a los centros públicos a aquellos sectores sociales que la iniciativa privada considera que no son rentables. En este contexto, los organismos internacionales - OCDE- ganarán influencia a la hora de juzgar la calidad de los diferentes sistemas educativos. En el ámbito del profesorado, pueden plantearse dos escenarios diferentes: un primer escenario en el que se constituiría "un cuerpo docente monolítico que se convierte en un actor más del mundo." o bien, un segundo escenario, aún más tétrico, de mayor diversificación y desestructuración del profesorado que llevaría, por un lado, a algunos profesores a buscar empleos en zonas tranquilas, mientras que, por el otro lado, existiría un déficit constante de profesores en aquellos barrios percibidos como conflictivos y marginales. El ejemplo más claro de este tipo de escenario es EE.UU.
Si los dos escenarios anteriores forman parte del modelo tradicional del sistema educativo, este es el primero de los dos "modelo de reescolarización" y se basa en la escuela como el "corazón de la colectividad" y el centro de formación por excelencia. Este modelo considera a la escuela como el medio más eficaz contra la fractura social y la crisis de valores de manera que proporciona a los alumnos aquellos conocimientos, competencias, actitudes y valores que constituirán el fundamento de la formación a lo largo de su vida. La educación se concibe como un bien público. La sociedad reconoce y apoya a la escuela como centro de actividades socioculturales y como medio de integración social. En este contexto, la escuela sigue conservando "su papel de transmisión, legitimación y certificación de conocimientos, pero su objetivo último es la obtención de otros productos sociales y culturales, que se podrían resumir con el nombre de ciudadanía". En definitiva, no sólo transmite conocimientos sino también forma ciudadanos. Esto tiene un impacto en la organización de las escuelas que pasan a ser "centros individualizados y diferenciados". Este modelo de escuela como corazón de la colectivdad permite "una diversificación de los alumnos y una mezcla intergeneracional, ya que se potencian las actividades comunes entre jóvenes, adultos y ancianos" dando lugar a un trabajo en red y el uso intensivo de las tecnologías de la información.
El segundo escenario del modelo de reescolarización es la concepción de la escuela como organización del aprendizaje. Este escenario se caracteriza por "un elevado nivel de confianza social y financiación pública de las escuelas, que se organizan y funcionan como organizaciones que aprenden a través de un proceso continuado de experimentación e innovación y de un amplio uso de las tecnologías de la información." En este contexto de reescolarización, los docentes están muy motivados y las escuelas están muy bien dotadas. Esto les permite trabajar con grupos reducidos de alumnos con el objetivo de buscar la máxima calidad a través de "la aplicación práctica de los dos valores fundamentales de este modelo: la excelencia y la igualdad." Dentro de este modelo, la escuela se concibe como una organización orientada al aprendizaje de toda la comunidad educativa y permite que cada centro educativo tenga un perfil propio. Además de una apuesta decidida por la excelencia, las grandes inversiones, para garantizar la igualdad de oportunidades para acceder a una educación de calidad, han permitido disminuir el fracaso escolar, poniendo énfasis en acciones orientadas a compensar carencias y a erradicar los programas de escasa calidad educativa que dilapidaban recursos económicos. Con este énfasis en la igualdad y la excelencia, se prepara a los alumnos para emprender un proceso de formación continuada a lo largo de la vida que les permitirá acceder a un mercado de trabajo cada vez más cambiante y exigente. En este escenario, el profesorado tiene un alto nivel, está bien remunerado, con buenos condiciones de trabajo y tiene un gran prestigio y reconocimiento social. El profesorado se aleja del esquema funcionarial "para ampliar las formas de contrato, que no repercuten significativamente en la remuneración y que permiten una movilidad creciente entre la enseñanza y otras profesiones relacionadas." El ejemplo más claro de este tipo de escenario es Finlandia.
Este escenario es el primero de los dos modelos de desescolarización que dibuja la OCDE, y, que surge como consecuencia de la desintegración de los sistemas educativos existentes, fundamentalmente de los escenarios 1 y 2. Este escenario tiene su origen en la insatisfacción y en el rechazo profundo de los sistemas educativos tradicionales, de manera que "se potencia la adquisición de conocimientos mediante las tecnologías de la información fuera de las estructuras formales y analógicas, siguiendo el empleo de la sociedad en red o digital." La escuela tradicional es objeto de numerosas críticas. Se le reprocha que reproduzca las "desigualdades de la estructura socioeconómica", que no refleja las diferencias sociales y culturales, que es demasiada burocrática, que es incapaz de adaptarse a los cambios de la sociedad o que está desconectada de la economía. La consecuencia es que este escenario de escolarización en red puede llevar tanto a una radicalización de los supuestos neoliberales como de los supuestos ideológicos opuestos, de planteamientos antisistema. Las grandes posibilidades que ofrecen las tecnologías de la información provocan el abandono de los centros escolares y el resultado es una "desinstitucionalización" de los sistemas educativos. Este abandono lo encabeza el sector más instruido de la población. Con la disgregación del sistema educativo desaparecen los programas de enseñanza estructurados"que serán sustituidos por temarios individualizados y adaptados a los objetivos de las redes. Esta situación provocará también una desintegración social, porque las afinidades de grupo que se desarrollen en la red no coincidirán con las redes sociales "analógicas", cosa que causará problemas de aislamiento y deshumanización que ya se han detactado en muchos países desarrollados." No queda claro si va a sobrevivir las "escuelas físicas" en este mundo virtual. La hipostesis que se plantea es que las escuelas puedan ser centros para transmitir conocimientos básicos o bien centros de formación avanzada orientados al mundo laboral. En cualquier caso, el sistema escolar tal como lo conocemos en la actualidad desaparecerá. Ante la desaparición del sistema escolar también se transformará la función del docente. Su papel como transmisores de conocimientos quedará difuminado y su actividad en el aula se verá sustituida por una "interacción virtual a través de la red, por asistecia tefónica, visitas a domicilio y consultas en un despacho profesional." Estas actividades tendrán un carácter individualizado y no colectivo.
El último escenario de futuro que plantea la OCDE es una respuesta pesimista a los retos de los problemas que aquejan al escenario 1 de los "sistemas escolares burocráticos". Para la aparición de este escenario tienen que confluir una serie de factores:
1- Mayor número de jubilaciones de docentes que nuevas contrataciones.
2- Un período largo de tensiones en el mercado de trabajo que dificulta la contratación de nuevos docentes y para mantenerlos en la profesión.
3- Una grave crisis económica, persistente en el tiempo, que dificulta el pago del profesorado y el mantenimiento de las plantillas.
La crisis de contratación de docentes y la percepción creciente de una disminución de la calidad en la enseñanza pública provocan un descontento de la opinión pública que presionarán a las autoridades políticas. La consecuencia de esta situación es que la educación se convierte en un tema de conflicto político.
Otro aspecto de este conflicto político será la tensión creciente entre las "autoridades centrales" y las "periféricas" porque las primeras intentan ampliar sus poderes y recentralizar el sistema educativo, mientras los segundos pretenden aumentar su autonomía para protegerse de la falta de docentes y del descenso de la calidad.Esta crisis política intensificará el interés de las empresas en acceder al mercado de la formación. En sta situación de crisis, los programas educativos se verán sometidos a grandes presiones. Se producirá un cambio n los objetivos de la educación, que estarán más orientados hacia los rsultados y a satisfacer la demanda de las "presiones externas al sistema" lo que provocará un aumento de las desigualdades entre los centros más dinámicos e innovadores y los más tradicionales. El primer reflejo de esta situación será que las familias más acomodadas abandonarán los centros públicos y optarán por la enseñanza privada. Finalmente, la falta de docentes conduce a una rápida degradación de las condiciones de trabajo, que será grave en los centros educativos con menores recursos. La falta de docentes provocará la aparición de un "mercado de puestos semiprofesionales para enargarse de los niños dentro del espacio escolar y también se propiciará la extensión de la escuela en casa cuando el Estado refuerce las subvenciones a los hogares con rentas más bajas.
Si los dos escenarios anteriores forman parte del modelo tradicional del sistema educativo, este es el primero de los dos "modelo de reescolarización" y se basa en la escuela como el "corazón de la colectividad" y el centro de formación por excelencia. Este modelo considera a la escuela como el medio más eficaz contra la fractura social y la crisis de valores de manera que proporciona a los alumnos aquellos conocimientos, competencias, actitudes y valores que constituirán el fundamento de la formación a lo largo de su vida. La educación se concibe como un bien público. La sociedad reconoce y apoya a la escuela como centro de actividades socioculturales y como medio de integración social. En este contexto, la escuela sigue conservando "su papel de transmisión, legitimación y certificación de conocimientos, pero su objetivo último es la obtención de otros productos sociales y culturales, que se podrían resumir con el nombre de ciudadanía". En definitiva, no sólo transmite conocimientos sino también forma ciudadanos. Esto tiene un impacto en la organización de las escuelas que pasan a ser "centros individualizados y diferenciados". Este modelo de escuela como corazón de la colectivdad permite "una diversificación de los alumnos y una mezcla intergeneracional, ya que se potencian las actividades comunes entre jóvenes, adultos y ancianos" dando lugar a un trabajo en red y el uso intensivo de las tecnologías de la información.
El segundo escenario del modelo de reescolarización es la concepción de la escuela como organización del aprendizaje. Este escenario se caracteriza por "un elevado nivel de confianza social y financiación pública de las escuelas, que se organizan y funcionan como organizaciones que aprenden a través de un proceso continuado de experimentación e innovación y de un amplio uso de las tecnologías de la información." En este contexto de reescolarización, los docentes están muy motivados y las escuelas están muy bien dotadas. Esto les permite trabajar con grupos reducidos de alumnos con el objetivo de buscar la máxima calidad a través de "la aplicación práctica de los dos valores fundamentales de este modelo: la excelencia y la igualdad." Dentro de este modelo, la escuela se concibe como una organización orientada al aprendizaje de toda la comunidad educativa y permite que cada centro educativo tenga un perfil propio. Además de una apuesta decidida por la excelencia, las grandes inversiones, para garantizar la igualdad de oportunidades para acceder a una educación de calidad, han permitido disminuir el fracaso escolar, poniendo énfasis en acciones orientadas a compensar carencias y a erradicar los programas de escasa calidad educativa que dilapidaban recursos económicos. Con este énfasis en la igualdad y la excelencia, se prepara a los alumnos para emprender un proceso de formación continuada a lo largo de la vida que les permitirá acceder a un mercado de trabajo cada vez más cambiante y exigente. En este escenario, el profesorado tiene un alto nivel, está bien remunerado, con buenos condiciones de trabajo y tiene un gran prestigio y reconocimiento social. El profesorado se aleja del esquema funcionarial "para ampliar las formas de contrato, que no repercuten significativamente en la remuneración y que permiten una movilidad creciente entre la enseñanza y otras profesiones relacionadas." El ejemplo más claro de este tipo de escenario es Finlandia.
Este escenario es el primero de los dos modelos de desescolarización que dibuja la OCDE, y, que surge como consecuencia de la desintegración de los sistemas educativos existentes, fundamentalmente de los escenarios 1 y 2. Este escenario tiene su origen en la insatisfacción y en el rechazo profundo de los sistemas educativos tradicionales, de manera que "se potencia la adquisición de conocimientos mediante las tecnologías de la información fuera de las estructuras formales y analógicas, siguiendo el empleo de la sociedad en red o digital." La escuela tradicional es objeto de numerosas críticas. Se le reprocha que reproduzca las "desigualdades de la estructura socioeconómica", que no refleja las diferencias sociales y culturales, que es demasiada burocrática, que es incapaz de adaptarse a los cambios de la sociedad o que está desconectada de la economía. La consecuencia es que este escenario de escolarización en red puede llevar tanto a una radicalización de los supuestos neoliberales como de los supuestos ideológicos opuestos, de planteamientos antisistema. Las grandes posibilidades que ofrecen las tecnologías de la información provocan el abandono de los centros escolares y el resultado es una "desinstitucionalización" de los sistemas educativos. Este abandono lo encabeza el sector más instruido de la población. Con la disgregación del sistema educativo desaparecen los programas de enseñanza estructurados"que serán sustituidos por temarios individualizados y adaptados a los objetivos de las redes. Esta situación provocará también una desintegración social, porque las afinidades de grupo que se desarrollen en la red no coincidirán con las redes sociales "analógicas", cosa que causará problemas de aislamiento y deshumanización que ya se han detactado en muchos países desarrollados." No queda claro si va a sobrevivir las "escuelas físicas" en este mundo virtual. La hipostesis que se plantea es que las escuelas puedan ser centros para transmitir conocimientos básicos o bien centros de formación avanzada orientados al mundo laboral. En cualquier caso, el sistema escolar tal como lo conocemos en la actualidad desaparecerá. Ante la desaparición del sistema escolar también se transformará la función del docente. Su papel como transmisores de conocimientos quedará difuminado y su actividad en el aula se verá sustituida por una "interacción virtual a través de la red, por asistecia tefónica, visitas a domicilio y consultas en un despacho profesional." Estas actividades tendrán un carácter individualizado y no colectivo.
El último escenario de futuro que plantea la OCDE es una respuesta pesimista a los retos de los problemas que aquejan al escenario 1 de los "sistemas escolares burocráticos". Para la aparición de este escenario tienen que confluir una serie de factores:
1- Mayor número de jubilaciones de docentes que nuevas contrataciones.
2- Un período largo de tensiones en el mercado de trabajo que dificulta la contratación de nuevos docentes y para mantenerlos en la profesión.
3- Una grave crisis económica, persistente en el tiempo, que dificulta el pago del profesorado y el mantenimiento de las plantillas.
La crisis de contratación de docentes y la percepción creciente de una disminución de la calidad en la enseñanza pública provocan un descontento de la opinión pública que presionarán a las autoridades políticas. La consecuencia de esta situación es que la educación se convierte en un tema de conflicto político.
Otro aspecto de este conflicto político será la tensión creciente entre las "autoridades centrales" y las "periféricas" porque las primeras intentan ampliar sus poderes y recentralizar el sistema educativo, mientras los segundos pretenden aumentar su autonomía para protegerse de la falta de docentes y del descenso de la calidad.Esta crisis política intensificará el interés de las empresas en acceder al mercado de la formación. En sta situación de crisis, los programas educativos se verán sometidos a grandes presiones. Se producirá un cambio n los objetivos de la educación, que estarán más orientados hacia los rsultados y a satisfacer la demanda de las "presiones externas al sistema" lo que provocará un aumento de las desigualdades entre los centros más dinámicos e innovadores y los más tradicionales. El primer reflejo de esta situación será que las familias más acomodadas abandonarán los centros públicos y optarán por la enseñanza privada. Finalmente, la falta de docentes conduce a una rápida degradación de las condiciones de trabajo, que será grave en los centros educativos con menores recursos. La falta de docentes provocará la aparición de un "mercado de puestos semiprofesionales para enargarse de los niños dentro del espacio escolar y también se propiciará la extensión de la escuela en casa cuando el Estado refuerce las subvenciones a los hogares con rentas más bajas.
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