El aumento actual de la población mundial responde a un fenómeno de duplicación exponencial. En 1900, había 1600 millones de personas en la Tierra. Durante el siglo XX, la población del mundo se duplicó primero, y después se duplicó de nuevo. En 1950, 2/3 partes de los seres humanos todavía vivían en el medio rural. Hoy, más de la mitad de la población mundial lo hacen en las ciudades. Los habitantes de las ciudades tienden a tener menos hijos. Este hecho ha permitido que el ritmo de duplicación de la población se haya relentizado. Pero, relentizarse no significa dejar de crecer: "Por más que la generación que hoy se reproduce tenga menos hijos por familia, debido a que sus abuelos y padres tuvieron tantos, cada cuatro días y medio, hay un millón de personas más en el planeta." Actualmente, hay unos 500 ciudades con un millón de habitantes o más, 27 ciudades tienen más de 10 millones y 12 de ellas más de 20 millones. A mediados de este siglo, todavía sumaremos casi un 50% más a la población actual, que pasará a ser de entre 9.000 y 10.000 millones, con lo que supone "todos generando residuos y emitiendo dióxido de carbono, todos con necesidad de alimento, combustible, espacio vital y múltiples servicios." Cuando es difícil sustentar una población de 7.000 millones de personas, imaginemos cómo será con 10.000 millones. En biología, cualquier especie que crece por encima de su "base de recursos" sufre una crisis de población. A veces, una crisis puede llegar a ser mortal para la especie. La cuestión no es, si tenemos que dejar de crecer, sino si, podemos encontrar una manera de reducir la población actual hasta alcanzar una cifra con la que todos podamos vivir.
En el siglo XXI, se va a determinar la población óptima para nuestro planeta. Va a ocurrir de una de dos maneras: "o bien decidimos gestionar la cantidad de seres humanos, evitar una colisión de todas las líneas en el gráfico de la civilización, o bien la naturaleza lo hará por nosotros, en forma de hambre, sed, caos climático, crisis de ecosistemas, enfermedades oportunistas y guerras por los menguantes recursos que finalmente nos pondrán en nuestro sitio." La producción de alimentos para los seres humanos ocupa el 40% de la superficie terrestre del planeta, nos hemos apropiado casi de la mitad del planeta. Además, la población está aumentando mayoritariamente en los países más pobres. No podemos culpar de la degradación medioambiental a la superpoblación de los países pobres porque los verdaderos culpables saldrían indemnes: "solo en términos de consumo de recursos, el quintil de población más rica del mundo consume 66 veces más que el quintil más pobre. EE.UU es el mayor emisor de los gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global, y el menor dispuesto a hacer algo al respecto." EE.UU no solo es el mayor contaminador del mundo, sino que además sigue creciendo. Cualquier debate sobre reducción de población que no incluya a EE.UU sería inútil.
Tampoco la innovación tecnológica resolverá en el futuro el problema. La tecnología que se desarrolle debería resolver los problemas actuales (como el desarrollo y la eficiencia energética) sin causar otros problemas imprevistos. Hasta ahora, nuestras mejores fuentes de energía alternativas son la solar y la eólica. Aunque mejoremos la eficiencia energética de estas tecnologías, no podríamos satisfacer las exigencias de la demanda mundial creciente. Sólo estimularía el hambre de más recursos. Sin embargo, la única manera de reducir el impacto de la población es la reducción del número de consumidores. Y si la reducción de la población implica una contracción económica, puede haber nuevas oportunidades de prosperar sin crecimiento que se nos habían pasado por alto "en la enloquecida fiebre por crecer más y más hasta que nos dimos de bruces con la realidad." Así pues, ¿cuál sería la población óptima que disfrutaría de un nivel de vida que consideramos aceptable? ¿Y cómo llegamos a él?
En el siglo XXI, se va a determinar la población óptima para nuestro planeta. Va a ocurrir de una de dos maneras: "o bien decidimos gestionar la cantidad de seres humanos, evitar una colisión de todas las líneas en el gráfico de la civilización, o bien la naturaleza lo hará por nosotros, en forma de hambre, sed, caos climático, crisis de ecosistemas, enfermedades oportunistas y guerras por los menguantes recursos que finalmente nos pondrán en nuestro sitio." La producción de alimentos para los seres humanos ocupa el 40% de la superficie terrestre del planeta, nos hemos apropiado casi de la mitad del planeta. Además, la población está aumentando mayoritariamente en los países más pobres. No podemos culpar de la degradación medioambiental a la superpoblación de los países pobres porque los verdaderos culpables saldrían indemnes: "solo en términos de consumo de recursos, el quintil de población más rica del mundo consume 66 veces más que el quintil más pobre. EE.UU es el mayor emisor de los gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global, y el menor dispuesto a hacer algo al respecto." EE.UU no solo es el mayor contaminador del mundo, sino que además sigue creciendo. Cualquier debate sobre reducción de población que no incluya a EE.UU sería inútil.
Tampoco la innovación tecnológica resolverá en el futuro el problema. La tecnología que se desarrolle debería resolver los problemas actuales (como el desarrollo y la eficiencia energética) sin causar otros problemas imprevistos. Hasta ahora, nuestras mejores fuentes de energía alternativas son la solar y la eólica. Aunque mejoremos la eficiencia energética de estas tecnologías, no podríamos satisfacer las exigencias de la demanda mundial creciente. Sólo estimularía el hambre de más recursos. Sin embargo, la única manera de reducir el impacto de la población es la reducción del número de consumidores. Y si la reducción de la población implica una contracción económica, puede haber nuevas oportunidades de prosperar sin crecimiento que se nos habían pasado por alto "en la enloquecida fiebre por crecer más y más hasta que nos dimos de bruces con la realidad." Así pues, ¿cuál sería la población óptima que disfrutaría de un nivel de vida que consideramos aceptable? ¿Y cómo llegamos a él?
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