5 de agosto de 2015

¿Quién se beneficiará de un sistema monetario con una moneda libre de interés y sin inflación?

¿Quién se beneficiará con un nuevo sistema monetario? es el título del tercer capítulo del libro Dinero sin inflación y tasas de interés de Margrit Kennedy. 

El cambio del sistema monetario, que hemos descrito en el capítulo anterior del libro, puede producirse, según Margrit Kennedy, por una, por todas o por una combinación de razones, a saber: 
  1. La acumulación de riqueza era frenada por guerras, revoluciones y/o colapsos económicos. 
  2. El colapso del sistema financiero.
  3. La existencia de una curva exponencial de crecimiento económico lleva al colapso. 

No obstante, en este proceso de cambio de sistema monetario "no es tanto que no vemos las ventajas que nos proporcionaría" cómo hacerlo para lograr este cambio "a partir de la posición en la que nos encontramos." Para visualizar el cambio de sistema monetario, vamos a detenernos primeramente en las ventajas del nuevo sistema monetario y posteriormente en los fallos del sistema monetario actual. 

¿Cuáles son los beneficios del nuevo sistema monetario? Los beneficios son:
  1. Eliminación de la inflación.
  2. Mayor equidad social.
  3. Descenso del desempleo.
  4. Disminución de los precios.
  5. Auge inicial económico.
  6. Economía estable.
¿Cuáles son los fallos del actual sistema monetario? El monopolio de la impresión del dinero lo tiene el Gobierno. Para introducir cualquier nuevo sistema monetario debe ser apoyado por el propio Gobierno. La introducción de una moneda libre de interés y sin inflación tiene dificultades. En primer lugar, el Gobierno tiene que reconocer que el sistema monetario actual es poco equitativo. Por otra parte, es difícil hacer entender por qué es más conveniente incorporar una "tasa por uso" sobre el dinero que continuar con el mecanismo de los intereses. En segundo lugar, los gobiernos actúan sobre los síntomas de los fallos del sistema monetario actual, aplicando soluciones de emergencia, pero no, actuando sobre las causas. Esta situación empeora cuando nos acercamos a la fase de aceleración de la curva de crecimiento exponencial del sistema monetario actual. En tercer lugar, en la actual economía, si perjudicamos a un sector de la economía, "provocaremos desórdenes no sólo en dicho sector sino en los demás." Si aumentamos las deudas e intereses del Gobierno, una mayor cantidad de dinero irá a parar a manos de los ricos. Al mismo tiempo, los trabajadores tendrán menos dinero a su disposición para consumir, incidiendo finalmente en el trabajo. En el nuevo sistema monetario, con una moneda libre de interés, contribuiría a reducir el aumento de la deuda y la concentración de la riqueza, a su vez, aseguraría el intercambio de bienes y servicios en el marco de una economía de mercado. En cuarto lugar, los países del Tercer Mundo se llevan la peor parte de nuestro sistema monetario. Fuertemente endeudadas, se ven obligadas a vender sus materias primas para hacer frente a sus deudas. Sus recursos no son utilizados para el desarrollo de sus países sino para hacer frente a las obligaciones financieras frente a los acreedores extranjeros. Este círculo vicioso impide la salida de la pobreza de esos países. En cuarto lugar, los que operan con el sistema monetario actual "saben que no puede durar, pero ignoran la existencia de una alternativa posible o se resisten a ella." Los bancos han ganado una parte de la riqueza nacional, en parte por las bajas tasas de interés, que ofrecen mayores beneficios a los bancos, pero, al mismo tiempo, a una mayor especulación con el dinero. Los bancos no están interesados en debatir cómo funciona el sistema monetario ni las tasas de interés. Apoyar un sistema monetario libre de intereses "estarían yendo a la raíz de uno de los problemas económicos más acuciantes del mundo" y cuestionaría el papel central del interés en el sistema monetario.

¿Cuáles serán las ventajas de las que se beneficiará el país o región que introduzca este nuevo sistema monetario basado en una moneda libre de interés? El país/región que introduzca esta reforma monetaria vería un aumento de su riqueza y bienestar, de una mayor justicia social y de una mayor protección del medio ambiente. La posibilidad de invertir y de producir sin tener que pagar intereses no sólo haría descender los precios de los bienes y servicios de los países o regiones, que introdujeran el nuevo sistema monetario, sino que crearía una enorme ventaja para sus industrias y productos que ahora compiten en el mercado internacional. Los bienes y servicios podrían venderse a precios más bajos. Llevaría a un auge económico a los países/regiones que fueran los primeros en introducir el dinero libre de intereses. Este cambio de sistema monetario no pondría en peligro el medio ambiente: "Muchos productos y servicios que actualmente no pueden competir en el mercado de dinero súbitamente viables. Entre éstos se encontrarían muchos productos ecológicos, proyectos sociales y emprendimiento artísticos." La diversificación de la economía beneficiaría al medio ambiente. Con el florecimiento de la economía, se reduciría el desempleo y se frenaría el aumento de los impuestos. Como ocurrió en el caso de la ciudad austríaca de Wörgl, que hemos comentado en el capítulo anterior del libro, sería posible que coexistiesen dos tipos diferentes de sistemas monetarios. Se podría conservar el sistema monetario actual e introducir el nuevo. De esta manera, "la moneda nueva se usará lo más posible, que es exactamente lo que pretendemos. La moneda vieja se conservará y utilizará en la medida en que sea necesario."

En el nuevo sistema monetario habrá numerosos colectivos que se beneficiarán de su implantación:
Los ricos serían el primer colectivo que se beneficiaría del cambio de sistema monetario. Los ricos se benefician del actual mecanismo de la redistribución de la riqueza del sistema monetario.
"¿Permitirá el 10% de la población que se beneficia actualmente con dicho mecanismo que se introduzca la menor modificación que elimine sus posibilidades de percibir ingresos sin trabajar, sustrayéndolos a la gran mayoría de la gente?" La respuesta es que lo harán si "toma conciencia de que la "rama sobre la que está sentado crece en un árbol enfermo" y que existe un "árbol sano alternativo" que no se derrumbará tarde o temprano como áquel." El cambio a un nuevo sistema monetario libre de interés implicaría una "evolución social" y, en estas circunstancias, los ricos dejarían de ganar dinero que se genera de los intereses, pero a cambio habría "una moneda estable, precios y posiblemente impuestos más reducidos." Preferirán privilegiar la seguridad por encima de su patrimonio, ya que "tendrán suficientemente para sí mismos." En el nuevo sistema monetario se eliminarán los intereses y la inflación, lo que supondrá una reducción de los precios de todos los bienes y servicios como también de los impuestos. En definitiva, quién puede vivir de su propio capital también lo estará con el cambio de sistema monetario.
Los pobres también se beneficiarían con un nuevo sistema monetario. Rompería con el sistema de redistribución de la riqueza que el sistema de interés consagra y que transfiere la riqueza de los pobres hacia los más ricos. La abolición de este sistema monetario y su substitución por otro, libre de interés, acabaría con la transferencia de riqueza de los pobres a los ricos. Y, se podría hacer frente a la pobreza y a las desigualdades.
Un tercer actor que se beneficiaría, sería el comercio y la industria. En una economía libre de intereses e inflación los precios de bienes y servicios estarían regulados por la oferta y la demanda: "Lo que desaparecería es la distorsión del mercado libre por el mecanismo de los intereses." Respecto al sector industrial, las empresas pequeñas o medianas no deberán endeudarse para poder expandirse y quedar atrapada en el sistema de intereses e intereses compuestos porque no pueden beneficiarse "con las economías de escala ni capitalizarse en base a sus propios capitales." En el nuevo sistema monetario, el capital tendrá la función de "subvenir a las necesidades de la economía." Deberá ponerse a nuestro servicio.
Los cuartos beneficiarios serán los agricultores. Los efectos del interés sobre la agricultura, constituye un buen argumento a favor del nuevo sistema monetario. La agricultura es una industria basada en la ecología. Los procesos ecológicos siguen una curva de crecimiento natural. Puesto que la naturaleza no puede aumentar como el capital, la industrialización de la agricultura ha creado numerosos problemas. La introducción de un sistema monetario libre de interés sería vital para la supervivencia de este sector: "Los préstamos libres de intereses, combinados con reformas agrarias e impositivas, daría posibilidad a gran número de personas de retornar a la vida rural."
Los quintos beneficiarios serían la ecología y el mundo artístico. El crecimiento económico actual sostenido a lo largo del tiempo revierte en agotamiento de los recursos naturales. En el sistema monetario actual, nos precipitamos hacia un colapso económico pero también ecológico. La concentración de capitales en pocas manos crea presiones a favor de inversiones de riesgo. En la medida que cualquier inversión, deba competir "con el poder que tiene el dinero de producir más dinero en el mercado de capitales, será difícil implementar la mayor parte de inversiones ecológicas en gran escala, cuyo fin es instaurar una economía nacionalizada." Si se aboliese el interés, cualquier "inversión ecológica" no supondría ningún endeudamiento. El cambio del sistema monetario ofrecería una motivación para la protección del medio ambiente y la promoción de energías renovables. Ya no haría falta que el capital estuviera un rendimiento elevado "para abonar los intereses, se reduciría considerablemente" la sobreproducción y el exceso de consumo. Disminuiría los precios. La gente podría escoger entre dejar su dinero en su cuenta de ahorro o invertirlo en otros fines como la cultura o el medio ambiente. De este modo, "el arte y la ecología no tardarían en volverse económicamente viables." Actividades, que antes no resultaban rentables, ahora sí que lo serán.
Por último, las mujeres serían el último colectivo beneficiado por el nuevo sistema monetario. Las mujeres han protagonizado una lucha a favor de la igualdad de género. También, por la igualdad económica. Protagonizando un cambio en el sistema financiero en el que puede existir personas que puedan ganar dinero sin trabajar- gracias al interés y al interés compuesto- mientras que otros tienen que trabajar en su lugar. En muchos casos, una mujer. Las mujeres se llevan la peor parte del sistema monetario actual. La introducción de un sistema monetario libre de interés cambiaría sus vidas: "Por esta razón, pienso que un elevado porcentaje de mujeres abogará a favor de un medio de intercambio más equitativo. Ellas saben por experiencia lo que es la explotación. Con la instauración del nuevo sistema, es probable que se involucren más en actividades inversionistas y bancarias, pues comprenderán que se trata de hacer funcionar un sistema favorable a la vida, no destructivo como el actual." Habría un cambio en el concepto de poder. En la mujer, el poder es algo "vivido" y "compartido". Un sistema monetario que se expandiría para responder a las necesidades de las personas y se detendría cuando éstas hayan sido cubiertas.

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