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14 de octubre de 2011

Jiddu Krishnamurti: Despertar enormemente todos los sentidos

Despertar enormemente todos los sentidos es la novena charla del libro Krishnamurti esencial. Se desarrolla en Ojai, California, el 17 de mayo de 1983. Esta charla es la última que vamos a comentar del libro.

El arte más importante en la vida es el arte de vivir. La armonía es una cualidad esencial para llevar una vida profunda y plena. La armonía de la belleza es la capacidad de percibir. Percibir significa que debemos ser realmente sensibles y la sensibilidad viene de la profundidad del silencio. No es posible percibir si no hay cierta profundidad de silencio. Ser sensible en la relación es darse cuenta el uno del otro. El arte de vivir es descubrir una forma de relacionarse sin que exista el conflicto donde haya un fluir armonioso. Uno debe observarse a sí mismo. De esa observación surge el arte de vivir. El arte de vivir es poner las cosas juntas en armonía, es observar las contradicciones en uno mismo, observar todo esto y no crear el opuesto, observar y vivir con ese hecho.




¿Qué es el silencio? El silencio necesita espacio. Ese espacio no debe ser ocupado por el ego. El espacio significa silencio. ¿Qué significa tener espacio? ¿Existe un espacio que no tenga límite? Si captamos plenamente esta cuestión con todos los sentidos, descubriremos que existe ese espacio inmenso, que está relacionado con el universo, que no tiene centro y que no tiene límites. El aprender de uno mismo es infinito pero el aprender de los libros es muy limitado: todo conocimiento es limitado, no hay un conocimiento completo de nada. Debemos conocernos a nosotros mismos mediante la observación. Y para observar debe haber silencio porque cuando observamos estamos aprendiendo.

¿El pensamiento puede darse cuenta de sí mismo? ¿El pensador es diferente del pensamiento? El pensamiento ha creado al pensador separado de su pensamiento. El pensador actúa sobre sus propios pensamientos ejerciendo un control sobre ellos. En ese preciso instante, surge el conflicto al establecerse una división entre el pensador y el pensamiento. Por eso, debemos descubrir por qué existe esa dualidad entre el pensamiento y nosotros mismos, y por consiguiente, una división entre el pensador y el pensamiento

7 de octubre de 2011

Jiddu Krishnamurti: Poner los cimientos de la meditación

Poner los cimientos de la meditación es la sexta charla que recoge el libro Krishnamurti esencial de la editorial Kairós. Esta charla pública tuvo lugar en Chennai, la India el 7 de enero de 1979. 

Poner los cimientos de la Meditación es una charla introductoria a la temática de la meditación. En esta charla se desarrolla aspectos esenciales de la vida - la belleza, el orden, la relación o la libertad- que Krishnamurti considera imprescindibles para poner los cimientos de la meditación.

Cuando uno mira su propia vida se pregunta por qué hay tanta poca belleza, es decir, porque hemos perdido la capacidad de comunicarnos con la naturaleza. Si perdemos el contacto con la naturaleza perdemos el contacto con los otros seres humanos. La belleza tiene esa cualidad de libertad que es por completo diferente de la independencia. Pero nosotros raramente lo vemos y lo apreciamos porque estamos demasiados ocupados con nuestros problemas, preocupaciones o ideas. Nunca somos libres del todo.

Un aspecto de la meditación es el orden. Debemos investigar el orden porque nuestras vidas son desordenadas, confusas y contradictorias. Donde no hay orden, hay contradicción, confusión y conflicto. ¿Nos damos cuenta del desorden en el mundo y en nosotros mismos? Darse cuenta del desorden es observar lo que realmente está sucediendo. Hemos de observar nuestra vida, lo que realmente es, lo que está sucediendo porque cualquier acción en nuestra vida configura la sociedad. No podemos transformar la sociedad a menos que cada uno se transforme a sí mismo. Ahora bien, ¿cómo podemos producir orden? El orden constante es espacio. Si la mente tiene espacio, eso significa que la mente no está ocupada con ningún problema. Sin embargo, nuestra mente " está tan llena, tan atestadas de creencias que persiguen cualquier tipo de cosas, está tan confundida, con tantas ilusiones, que no tiene espacio, y donde no hay espacio no puede haber constancia ni orden". Si en nuestra vida no hay orden, la meditación se convierte en una simple evasión de la propia vida y el escaparse por medio de la meditación sólo conduce a la ilusión.

Otro aspecto de la meditación es la relación. Nuestra vida está basada en la relación, sin relación no es posible existir. ¿Cuál es nuestra relación con los demás? ¿Hay en esa relación orden o es una actividad egocéntrica y antagónica? Debemos investigar qué tipo de relación mantenemos con los otros. Y, debemos averiguar si hay orden en esa relación. Si no hay orden, sólo puede existir el conflicto y el desorden.

En definitiva, debemos poner los cimientos para descubrir aquello que está más allá del pensamiento, que es incommesurable, que no puede expresarse en palabras y donde hay libertad total. En esa meditación hay orden y relación