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26 de junio de 2015

Nosotros y ellos en el Mundo 3.0.

En este último capítulo del libro, Nosotros y ellos en el Mundo 3.0., Pankaj Ghemawat habla "cómo replantear nuestras propias relaciones con el resto del mundo." La posibilidad de "ganancias adicionales" derivadas del hecho de abrirse depende de la tolerancia a la apertura. Desafortunadamente, como afirma el autor, aún estamos muy lejos de abrirnos a los demás: "En realidad, como sugiere este capítulo, la distancia moldea nuestra emociones y relaciones personales mucho más de lo que habitualmente pensamos. Como han advertido los filósofos desde tiempos inmemoriables, tenemos una propensión a relacionarnos, confiar y preocuparnos más por aquellas personas que están más próximas a nosotros: a medida que la distancia aumenta la capacidad de conexión entre los seres humanos disminuye." Precisamente, reconocer esa sensibilidad a la distancia y reducirla es un paso importante "para tomar más conciencia de los beneficios que aporta el Mundo 3.0."

La noción de sensibilidad a la distancia apareció en la obra del filósofo estoico, Hierodes, antes que fuera recogida por el físico Isaac Newton en su ley de la gravedad universal.
El término que mejor describe la distancia, que Hierocles deseaba que redujéramos, es la distancia psíquica. La distancia psíquica se refiere a la distancia subjetiva o percibida entre dos personas, es decir, "no a una distancia objetiva y real, aunque los investigadores con frecuencia la han analizado en función de parámetros objetivos." Su campo de acción se ha ampliado, "hasta el punto de que llega a incluir al menos las dimensiones económica y cultural del marco CAGE, incorpora con frecuencia también las diferencias administrativas y en ocasiones, añade incluso los factores geográficos."  Pankaj Ghemawat prefiere reducir todas las dimensiones CAGE a una única categoría de distancia: el grado de desapego emocional o compasión mantenido hacia una persona, un grupo o un lugar. Según el autor, nuestro compromiso hacia los otros, depende de la confianza, por un lado, y la compasión o la preocupación por los demás, por otro lado. Ambas dependen de la distancia. Respecto a la confianza, las relaciones bilaterales entre dos países disminuyen o aumentan con la "distancia geográfica, lingüística, religiosa, genética y somática", como también con otros factores como la capacidad de ingresos o el historial de guerras; El aumento de la confianza en las relaciones bilaterales entre dos países pueden aumentar el comercio, la inversión directa o la inversión de fondos. Respecto a nuestra capacidad para sentir compasión o preocuparnos por los demás, depende de la cobertura informativa de los desastres naturales: "al tiempo que es supervisado por la organización que nos proporciona las noticias, está presumiblemente sintonizada con nuestra voluntad de mostrar interés." Un estudio que analizo más de 5 mil desastres naturales sugiere que, desde el punto de vista de la cobertura mediática, la contabilidad de las muertes tiene un valor diferente: "cada muerto europeo valía 3 sudamericanos, 43 asiáticos, 45 africanos o 90 habitantes de las islas de Pacífico." Esta diferencia en la voluntad de prestar ayuda también se confirma cuando comparamos la aportación a los pobres nacionales con la aportación al desarrollo destinado al resto de los pobres del mundo. Según un informe de la OCDE, los 14 economías más desarrolladas gastaron más- 35.000 veces- en ayudas por cada persona pobre de su país que por cada extranjero pobre. ¿Por qué sucede este hecho? Para Pankaj Ghemawat es porque nuestras simpatías se muestran más sensibles a la distancia,"es decir, localizados, cuando se trata de la preocupación por los demás(cobertura informativa) y, especialmente, de ayuda."

Llegados a este punto, qué deberes y obligaciones tenemos para con personas que se encuentran a diferentes distancias de nosotros. Pankaj Ghemawat propone diferentes actitudes mentales que corresponden al Mundo 0.0., 1.0., 2.0. y 3.0., es decir, el comunitarismo, el nacionalismo, el cosmopolitismo y el cosmopolitismo enraizado, respectivamente. Se centra, principalmente en estas últimas mentalidades: el cosmopolitismo convencional relacionado con el Mundo 2.0. que aspira a un estado donde la distancia no tiene importancia y el cosmopolitismo enraizado con el Mundo 3.0. que reconoce la importancia de la distancia y "también su carácter esencialmente egocéntrico." Aquello que está cerca y lo lejos de nosotros depende de quiénes somos y dónde estamos. Empecemos por el cosmopolitismo convencional del Mundo 2.0. El proyecto cosmopolita es el que articula Hierocles: "trazar los círculos juntos de alguna manera hacia el centro." La filósofa Martha Nussbaum muestra una visión más contemporánea del cosmopolitismo. Define a un cosmopolita como "la persona cuya lealtad se debe a la comunidad mundial de seres humanos." Los auténticos cosmopolitas se esfuerzan por romper ese vínculo entre "los límites políticos y las opciones que la gente tiene en la vida, y centran sus esfuerzos en aliviar las condiciones vigentes en los países más pobres teniendo en cuenta la magnitud de las carencias económicas que allí existen." El filósofo Peter Singer ofrece un fundamento lógico al cosmopolitismo convencional a través de una imagen: el "estanque poco profundo." ¿De qué se trata? Lo describe así: "si uno ve que un niño se está ahogando en un estaque poco profundo y puede salvarlo sin ningún riesgo para la propia seguridad, sin más inconveniente que mojar y ensuciarse la ropa, debería saltar literalmente al rescate de ese niño." Por extensión, dado que aún existen situaciones críticas en el mundo, no deberíamos pensar en ninguna otra cosa hasta que esas necesidades básicas estuviesen satisfechas. El problema que plantea la imagen del estaque poco profundo, es que, seguramente, es un pozo sin fondo. Las dificultades son dos. Primero, el correspondiente a la ayuda, "nos percatamos de que el reto de una igualdad absoluta es sin duda muy inquietante." Segundo, concentramos nuestra energía en ayudar a personas muy pobres, que se encuentran muy lejos de nosotros, no coincide con la psicología del Mundo 0.0. y 1.0. que enfatizan la obligación de ayudar a la gente que está más cerca de nosotros. Al abordar esta problemática, otro filósofo, Kwane Anthony Appiah, "hace hincapié en las obligaciones locales además de las obligaciones hacia aquellas muy lejos de nosotros." La postura de Appiah es que tenemos obligaciones para con los extranjeros y también obligaciones con personas y comunidades que están próximas a nosotros. Appiah sugiere que "las conexiones profundas con personas y lugares específicos son necesarias para desarrollar una capacidad individual a fin de poder vivir una vida cosmopolita." El cosmopolitismo enraizado del Mundo 3.0., reconoce que el beneficio, que se obtiene de prestar atención ayuda a los demás es muy grande, especialmente, en los países más pobres. Responde a la ley de Zipf, "el principio de que se necesita más energía para conectarse con aquellas personas que se encuentran lejos que con los que están cerca de nosotros." A esto, añadir, según el autor, el hecho de que, "cuando intentamos ayudar a gente a quién no entendemos bien, el mal que hacemos es mayor que el bien que intentamos hacer." En el cosmopolitismo enraizado lo que debemos hacer y dónde hacerlo depende de dónde venimos y qué es lo que pretendemos conseguir. Para poder vivir el cosmopolitismo enraizado es necesario "que cambiemos nuestra propia predisposición mental" según Pankaj Ghemawat.

Pankaj Ghemawat describe tres etapas o pasos progresivos para relacionarse mejor con los demás a través de la distancia: conciencia, conocimiento y altruismo. En las tres etapas, se centra en cómo comprometerse con los otros y, en última instancia, aumentar la compasión con las personas que están lejos. Cada uno de estos componentes- conciencia, conocimiento y altruismo- serán necesarios para el desarrollo del cosmopolitismo enraizado.

El primer paso a dar es ser consciente. ¿A qué se refiere Pankaj Ghemawat? Se refiere a la falta de conocimiento acerca de nuestro país en el extranjero, que podría esperarse que fuese superior al conocimiento que tenemos acerca de los países extranjeros. Muchos ciudadanos disponen de información errónea sobre la participación de su país en el exterior. Y tienen unos conocimientos limitados de los países extranjeros. Aparte de averiguar sobre lo que sabemos o deberíamos saber más sobre los demás, "parece incluso más útil revisar cómo podríamos ser más conscientes de ello." Pankaj Ghemawat propone una herramienta- El protocolo de Actitud Global(GAP)- sobre nuestro grado de conocimiento sobre otros países y otras culturas. Con esta herramienta podemos conocer cuál es nuestro conocimiento acerca de otros países y otras culturas, es decir, si "somos razonablemente cosmopolitas y estamos relativamente bien informados." Como concluye el autor: "incluso aquellas personas que tienden a pensar que son relativamente urbanas, globales o sofisticadas, a menudo carecen de la clase de apertura que Lippman tenía en mente. La tecnología puede ayudarnos a aprender cosas acerca de pueblos y lugares remotos y a conectarnos con ellos, pero llegar a entender realmente a personas que se encuentran muy lejos de nosotros requiere a menudo que nos traslademos allí mentalmente y, si es posible, físicamente."

El segundo paso, después de la conciencia, es el nivel de conocimiento. El conocimiento requiere que se establezca algún tipo de intercambio entre personas. También, contactos y un compromiso a lo largo del tiempo. Para que se desarrolle la confianza, para posteriormente exista compasión, debe producirse una interacción entre personas de forma permanente. Para ampliar el conocimiento puede hacerse a través de: "Para muchas personas, un punto de partida más práctico es centrarse en aprender detalladamente todo lo relativo a un país o región extranjeros: conocer todo su historia y geografía y qué es lo que revelan sobre sus lazos con otros lugares; entender sus distancias internas y externas, e intentar empatizar con los problemas que la gente debe afrontar allí y recordar que, incluso en aquellos lugares que parecen idílicos desde lejos, la gente real que los habita tiene problemas concretos que merecen un respeto. Luego anima este contexto a través de la interacción y viaja con gente real, no sólo una vez, sino durante un período prolongado. "

Para alcanzar un cosmopolitismo enraizado, además de conciencia y conocimiento, se requiere un tercer componente, el altruismo. El altruismo nos ayuda a comprender a otras personas que están a una cierta distancia física y psicológica. La secuencia de conciencia- conocimiento- altruismo tenía como objetivo ayudarnos a avanzar en la dirección de abrirnos al resto del mundo. Nuestra atención debe ir dirigida a reducir la distancia interna a nivel individual, "en lugar de hacerlo a los niveles de país o negocio." ¿Por qué es necesario esta apertura? ¿Qué nos aporta? En primer lugar, "contiene numerosas atracciones posibles a nivel individual." Las personas biculturales/triculturales tienen el potencial de servir como conectores útiles "en organizaciones que cruzan las fronteras y salvan las distancias." Las "experiencias transfronterizas" contribuyen a enriquecer a las personas independientemente de los beneficios económicos y/o materiales. En segundo lugar, si un número suficiente de personas amplía su capacidad de empatía se podría hacer frente a una serie de desafíos: "la amenaza del proteccionismo, las oleadas de sentimiento antiinmigración, las tensiones en las relaciones entre Estados Unidos y China, el riesgo de que los más pobres entre nosotros, particularmente en África, puedan quedar aún más rezagados, etc." Aunque estos desafíos pueden acabar desapareciendo, la necesidad de promover más "compromiso y compasión transfronteriza" estará allí. De ahí, que hemos de estar atentos a un regreso al Mundo 0.0. o al Mundo 1.0. Puesto que podríamos regresar a ellos en cualquier momento. Por otro lado, la cooperación global puede ayudar a la apertura hacia los otros.

Durante el transcurso del libro, Pankaj Ghemawat ha propuesto un cambio de actitudes de los lectores respecto a la globalización: "a liberarse de los mitos que producen una enorme cantidad de orientaciones erróneas, a entender sus beneficios y costes auténticos y a que presionen para conseguir una mayor apertura y un poco de regulación, pero sólo en la medida de lo necesario." Construyendo puentes de diálogo "a través de la distancia cultural, administrativa, geográfica y económica." para llegar a liberar todo el potencial del Mundo 3.0. Finaliza el autor, afirmando: "Cuando conquistamos los miedos irracionales y no permitimos que se disparen los excesos de los errores del mercado, podemos salir al mundo y mejorar las posibilidades para nosotros y el resto de la humanidad. Y esta visión es la promesa del Mundo 3.0."

pankaj ghemawat Mundo 3.0.

6 de octubre de 2011

Jiddu Krishnamurti: El pleno significado de la muerte

El pleno significado de la muerte es la tercera charla que recoge el libro Krishnamurti esencial. Es una charla pública en Bombay, la India realizada el 6 de febrero de 1982.

En la presente charla Krishnamurti trata la temática de la muerte poniéndola en relación con el tiempo, el condicionamiento, el pensamiento, el conocimiento, la percepción directa, el apego o la compasión temas indiscutiblemente asociados a la muerte. Antes de adentrarse en el desarrollo del significado de la muerte, tema central de la charla, Krishnamurti nos habla de la muerte en relación a  esas temáticas que hemos mencionado con anterioridad.

Nuestro cerebro ha sido condicionado para pensar que somos entidades separadas, pero no somos individuos, sino productos de nuestro condicionamiento. Mientras vivamos con o de conceptos, ideas o ideales, nuestros cerebros no serán libres y no habrá compasión. Si uno está libre de todo condicionamiento entonces puede conocer lo que es la compasión. Mientras el cerebro esté condicionado la humanidad no será libre.

Nuestras vidas están divididas, fragmentadas. Nunca observamos de forma holística la vida. Nuestras vidas son contradictorias: nunca miramos la vida como un todo completo e indivisible. "¿Es posible mirar la vida como un todo, ver el sufrimiento, el placer, el dolor, la tremenda ansiedad, la soledad, el ir a la oficina, el tener una casa, sexo, hijos, como actividades que no están separadas, como un movimiento holístico, una acción unitaria?" Cuando observamos a través de los fragmentos y nos identificamos con ellos, actuamos desde el fragmento y en consecuencia se produce más fragmentación y división en nuestra vida. Pero, "¿quién será la entidad, el "yo", que unificará estas partes y las integrará, no es también esa entidad un fragmento?" ¿Es el pensamiento? El pensamiento en sí mismo es un fragmento, porque el conocimiento de algo nunca es completo, el conocimiento es memoria acumulada y el pensamiento es la respuesta de esa memoria, por consiguiente, es limitada. El pensamiento nunca puede generar una observación holística de la vida. De modo que Krishnamurti se pregunta: "¿puede uno observar sin el tiempo, sin el pensamiento, sin los recuerdos del pasado y sin las palabras?" La palabra nunca es la cosa y nosotros miramos a través de la palabra, nunca tenemos una percepción directa de la cosa- árbol, nubes..-: nuestro cerebro se ha condicionado a través del tiempo y de la actividad del pensamiento, está atrapado en este círculo.

Cuando nos damos cuenta de que uno es el pasado, el presente y el futuro y eso genera una división en nuestra consciencia, entre nuestra vida y el tiempo restante, que es la muerte. Entonces, uno vive con los propios problemas y la muerte es algo que debe evitarse, posponerse, colocarla a gran distancia. Observar holísticamente todo el movimiento de la vida es vivir con la vida y la muerte.

Debemos comprender qué es el vivir y qué es el morir. Lo que sucede antes de morir es más importante que lo que sucede después de la muerte. La muerte es "el final de todas las cosas conocidas, es el final de todos los apegos, de todo el dinero que ha acumulado y no puede llevarse, esa es la razón de que sienta miedo, pero el miedo es parte de su vida, y cualquier osa que haga, por muy rico, por muy pobre, por muy alta que sea su posición social y por mucho poder que tenga, siempre está ese final al que llamamos "la muerte"". Pero, ¿qué es eso que muere? Muere el "yo". Así que nuestra vida es ese "yo" al que nos aferramos, al que estamos apegados y la muerte es el final del "yo". La muerte es la negación completa del pasado, del presente y del futuro, que constituyen el "yo".

Uno debe investigar con mucho detenimiento los propios apegos. Comprender el significado de la negación,  es terminar con los propios apegos, con las propias creencias. Vivir con la muerte es negar cualquier apego mientras uno vive. La muerte es un final, poner fin, terminar con los propios apegos, el propio orgullo, el propio antagonismo o el odio hacia otro. Cuando comprendemos el pleno significado de la muerte poseemos esa vitalidad que yace detrás de la comprensión. La vida y la muerte son una sola cosa cuando empezamos a morir en vida, y, el futuro deja de existir, tan sólo queda el terminar.