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9 de diciembre de 2013

Conclusiones de la revolución de los vikingos

¿Qué conclusiones podemos extraer de la experiencia islandesa? Las raíces de la crisis económica son profundas. Para salir de la crisis y reconstruir la sociedad, hay que hacer un balance de cómo y por qué hemos llegado hasta aquí. Una vez evaluadas las causas de la crisis, tenemos dos opciones: la primera es aceptar la decadencia y el fracaso de "nuestra civilización y de su teoría económica, financiera y monetaria". La otra opción es aceptar el cambio de modelo de civilización y avanzar "hacia ese modelo de nueva democracia política, social, económica y jurídica de forma pacífica, tras la deliberación colectiva de todas las perspectivas y el consenso".

Las lecciones de Islandia podemos resumirlas como: toda crisis es una oportunidad que permite un avance o un retroceso individual o colectivo. Como no podemos evitar la crisis, utilicémosla para construir un nuevo proyecto social. Apostemos por una "revolución" para reformar el sistema financiero, económico, político y jurídico existente. Es posible salir de la crisis: "hay razones para el optimismo y la esperanza porque somos nosotros, los ciudadanos, los que hemos de recuperar el norte y transmitir el rumbo que queremos tomar a nuestros gobernantes".

Tal como resume Elvira Méndez en su libro "La revolución de los vikingos": "La construcción de una sociedad mejor nos corresponde, nadie lo hará en nuestro lugar. Hemos de empezar por nosotros mismos y por nuestras propias circunstancias. Hoy la nación asustada somos nosotros: no es posible huir de la crisis. Ahora debemos preguntarnos: ¿qué puedo hacer yo para avanzar en esa dirección? Ya no sirve negar la realidad sino afrontarla".

La revolución de los vikingos

6 de octubre de 2013

La revolución islandesa: Las Reuniones cívicas y La asamblea nacional de Islandia.

En el  octavo capítulo, Ética y valores: redefiniendo el rumbo de la sociedad mediante reuniones y foros de ciudadanos, Elvira Mendez desarrolla dos iniciativas sociales: las "reuniones cívicas de discusión" y la Asamblea nacional o Pjodfundur como promotoras de la regeneración política en Islandia. 

La crisis económica y financiera alumbra otras dos crisis: una crisis social y una crisis de identidad que obligan a los islandeses a hacer un examen de conciencia para averiguar cómo se ha llegado a este colapso. La ciudadanía toma conciencia de la situación y rompe su silencio. Cada ciudadano contribuye, en la medida de sus posibilidades, a la reconstrucción de la sociedad a través de la participación en "reuniones cívicas de discusión" o de un foro nacional o Pjodfundur.

Alda Sigmundsdóttir desempeña un papel fundamental en la transmisión de lo que sucede en Islandia. Alda Sigmundsdóttir refleja el abismo entre la clase política y el pueblo. Resume los acontecimientos que dan lugar a las protestas y a la renuncia del Gobierno y muestra la arrogancia de una clase política que ha perdido la legitimidad de la calle. ¿Qué pasa por la mente de los ciudadanos? Comprender que detrás hay una crisis de identidad colectiva que motivará el despertar de la sociedad civil y el surgimiento de un movimiento de regeneración democrática. ¿Por qué protestan? ¿Qué mensaje quieren transmitir? Denuncian un gobierno incompetente que no goza de la legitimidad del pueblo. Quieren una rendición de cuentas así como una regeneración de la vida política mediante una mayor participación democrática a través de referéndums, listas abiertas en los partidos, reforma de la ley electoral y una revisión de la Constitución.

Tras la crisis y el shock, se denuncia la corrupción, la mala gestión del gobierno y la criminalidad de bancos y empresas financieras. Robert Woole, profesor de la London School of Economics, publica un artículo en 2009, que concluye que la crisis ha desacreditado al partido conservador que ha gobernado Islandia. Además, menciona problemas específicos: la corrupción, el nepotismo, el clientelismo y el amiguismo son constantes en el funcionamiento de la administración.

Lo más interesante de la revolución islandesa son las "reuniones cívicas de discusión". Las reuniones cívicas constituyen un ejemplo de debate democrático surgido de la ciudadanía. Entre octubre de 2008 y enero de 2009, tienen lugar reuniones donde se discute sobre la crisis. Se invita a la clase política, a los ministros y a los parlamentarios para que escuchen "la voz del pueblo". Las reuniones son organizadas por un director de teatro, Gunnar Sigurdsson. Las dos primeras reuniones tuvieron lugar en el teatro Idno. La asistencia fue masiva. La tercera se trasladó a una sala de conciertos y también se llenó. Y, la cuarta se celebró en uno de los auditorios más grandes de Reikiavik con capacidad para mil personas. Fue el primero que fue retransmitido en directo por la televisión nacional.

En 2009, se produce una de las iniciativas cívicas más importantes en el proceso de regeneración política de Islandia. Se trata de una Asamblea nacional llamada Pjodfundur (Foro Nacional) cuyo objetivo era conocer "la voz del pueblo" y se celebró en el polideportivo más grande de Reikiavik. Cerca de 1250 personas fueron elegidas al azar en el registro nacional y otras 300 recibieron invitaciones para asistir. Representan el 5% de la nación islandesa. Elvira Méndez resume en qué consistió y cómo se desarrolló la Asamblea nacional:
"Los participantes fueron divididos en 162 grupos, que constaban de nueve personas cada uno y en los que un moderador aseguraba que se escuchara la voz de todos. Hubo un 47% de participación femenina y un 53% de participación masculina, y todos los grupos de edades estuvieron representados proporcionalmente, desde los diecisete hasta los cien años. A los participantes se les preguntó primero por los valores que la nación islandesa debía utilizar como guía. Después se eligieron los temas en los que debían centrarse las políticas públicas. Por último, se determinaron los objetivos que debería marcarse la sociedad para el futuro."

Para los participantes, los recursos de Islandia deben ser protegidos y debe beneficiarse toda la nación. También, se menciona los problemas de deuda surgidos tras la crisis y la vulneración de los derechos de los ciudadanos y de las pequeñas empresas frente a los abusos financieros que han llevado a Islandia al borde de la quiebra. Hay un acuerdo: los individuos que causaron o contribuyeron al colapso de la economía islandesa deben ser llevados ante la justicia.

¿Ha habido cambios en Islandia? Para Alda Sigmundsdóttir, el mayor cambio que se ha producido es el incremento de la conciencia cívica. Y, una transformación de la identidad nacional: "El cambio ha sido provechoso, pero no se ha dado la revolución en la estructura social del país que muchos soñaban". El poder ha vuelto a la élite económica del país. Las estructuras fundamentales de poder siguen intactas.


10 de septiembre de 2013

Islandia, ¿Una nación asustada y capturada por el neoliberalismo?

En el tercer capítulo del libro, ¿Una nación asustada y capturada por el neoliberalismo?, Elvira Méndez define qué es la doctrina neoliberal y cómo se ha concretado el neoliberalismo en Islandia, desde sus inicios hasta el crash financiero del 2008.

El neoliberalismo es una doctrina económica y política que defiende la liberalización de la economía, que tiene una fe ciega en los mercados y que cuestiona la eficacia del Estado en las políticas económicas. Cree que un "sistema capitalista de mercado no regulado" será más eficaz y fomentará un mayor crecimiento económico. El neoliberalismo prefiere un sistema económico basado en los derechos de propiedad y la empresa privada frente a las empresas públicas.

En Islandia, la política neoliberal se concretará en la privatización y/o liberalización de los sectores económicos claves como son la pesca, la energía, la banca y las finanzas. De este modo, la élite económica y política quiere convertir a Islandia en un paradigma de la política neoliberal. Este proceso liberalizador o privatizador se desarrollará a largo de tres decenios, desde los años 80 hasta al crash financiero en 2008. En los años 80, las primeras privatizaciones son en el sector pesquero, en la explotación y en la gestión de los recursos pesqueros, que hasta entonces, estaba bajo control del Estado. En los años 90, fue el turno de la privatización de la banca y de los servicios financieros.Y, por último, se paralizó la liberalización y privatización de los recursos energéticos de Islandia, por la crisis económica. La crisis salvará la naturaleza y los recursos naturales de Islandia, de la privatización. Contribuirá a detener la ola de privatizaciones del sector energético del país. Y, ayudará a los islandeses a redescubrir sus propios valores tradicionales.

Políticas neoliberales en Islandia.
Cascadas en Islandia

27 de agosto de 2013

¿Por qué Islandia?

En el primer capítulo del libro, ¿Por qué Islandia?, Elvira Méndez expone sus objetivos y formula y da respuesta a tres preguntas: "¿Qué sucedió exactamente en Islandia?", "¿Cuál es el problema fundamental que hay que afrontar?" y "¿Qué hemos aprendido en Islandia?".

¿Qué persigue el libro? Divulgar la crisis financiera de Islandia para una mejor comprensión de los problemas a los que se enfrenta España y, por ende, la U.E con la crisis de la deuda soberana. Además, tratar temas específicamente de la sociedad islandesa y otros comunes al resto del continente- incluido España-.

¿Qué sucedió exactamente en Islandia?, hubo un fallo del sistema financiero que llevó al Estado al borde de la bancarrota. Se produjo porque los bancos islandeses utilizaron los depósitos de Islandia y de otros países europeos- principalmente, Gran Bretaña y Holanda- para endeudarse y ganar dinero. Así es como los bancos crearon la burbuja financiera que perdió toda proporción con los activos que poseían, con la economía real y con el tamaño del país y de su población. Tras el colapso de los tres principales bancos, se inicia una crisis financiera que acaba con la quiebra y la bancarrota del 85% del sector financiero de Islandia. Esa crisis financiera se convierte en crisis económica, política, social e identitaria. Entre 2010 y 2011, los islandeses votan en contra de las leyes del Gobierno que pretende zanjar la disputa que mantiene con el Reino Unido y Holanda sobre Icesave. Se realizan dos referéndums sobre el pago de la deuda de Icesave. En ambos, los islandeses rechazan ese acuerdo. Lo que hay detrás es el rechazo de la conversión en deuda soberana de lo que es en esencia deuda privada de los bancos.

¿Cuál es el problema fundamental que hay que afrontar? El problema al que nos enfrentamos es una crisis financiera global que amenaza con llevarse el sistema económico y las conquistas sociales. Lo más preocupante es que el sector financiero ha creado una deuda que es incapaz de devolver la economía real.

¿Qué hemos aprendido en Islandia? La crisis financiera global ha puesto entredicho la estabilidad de las sociedades occidentales. La crisis nos obliga a plantearnos un nuevo proyecto como sociedades y como individuos. Concebir un nuevo modelo económico, financiero y político. La revolución islandesa ha despertado la conciencia de los ciudadanos. En Islandia, cada uno contribuyó a la solución de los problemas aportando sus conocimientos y propuestas en función de su capacidad, su interés y su disponibilidad.

25 de julio de 2012

La educación y la Paz Mundial: Cuarto capítulo

La educación y la paz mundial es el cuarto capítulo del libro La educación y el significado de la vida. 

 Debemos entender cómo se ha generado la actual crisis mundial. Para Krishnamurti responde a dos causas principales: los "falsos valores" que rigen nuestras relaciones con las personas, con la propiedad y con las ideas. Los "falsos valores" hacen referencia al "predominio y la expansión de los valores" que crean el "nacionalismo", las "fronteras económicas", los "gobiernos soberanos" y el "espíritu patiótrico". Y, nuestra dependencia de la autoridad. Cuando seguimos a otro, a un grupo o a una organización, sólo hay sometimiento y temor que da pie al estado totalitario o al dogmatismo de la religión organizada. Los falsos valores y la dependencia de la autoridad están en el origen de la actual crisis y, por tanto, también de la guerra.

Es un error depositar toda nuestra confianza en los gobiernos como portadores de la paz. La paz como sugiere Krishnamurti sólo puede empezar con la comprensión de quienes somos. ¿Queremos realmente la paz? En realidad, no queremos la paz sino que "queremos que las cosas continuen como están, que las modificaciones sean solo superficiales". La paz no se puede alcanzar por ningún medio, sólo a través de la comprensión de uno mismo. Las creencias, las ideologías y las religiones organizadas no ayudan al ser humano sino que nos enfrentan a nuestros semejantes.

Hay obstáculos que entorpecen la consecución de la paz, a saber, el sentimiento patriótico y el nacionalismo. Se nos alienta constantemente y habilmente a ser patriotas. Cada uno de nosotros debemos tener una "mente libre de prejuicios", es decir, una mente que no se identifica con ningún país. El nacionalismo es una expresión del yo. El anhelo de identificarse con algo más grande que nosotros crea el nacionalismo y éste a su vez engendra la guerra. El nacionalismo es, en palabras de Krishnamurti,  "una enfemedad y jamás logrará la unidad mundial; tenemos que librarnos de la enfermedad primero."  Es el hecho de ser nacionalistas, de estar siempre dispuestos a "defender nuestros Estados soberanos, nuestras creencias y posesiones," lo que nos obliga a estar perpetualmente armados. Krishnamurti afirma contudentemente que "el nacionalismo y los gobiernos soberanos son las causas y los instrumentos de la guerra". 


No puede haber paz mientras la educación sirva al Estado o a las religiones organizadas. El condicionamiento de la mente para que se ajuste a una determinada ideología o religión engendra enemistad. Lo esencial en la educación, es contar con personas comprensivas y afectuosas. Si deseamos construir una sociedad inteligente, debemos tener educadores íntegros y que sean capaces de transmitirlo. Estos educadores son un peligro para el sistema. Cualquier educador que perciba el significado de la paz, señalará las implicaciones del nacionalismo y la inutilidad de la guerra.

La paz tiene un componente interno ineludible. Para vivir en paz, debemos estar libres de toda "lucha con nosotros mismos" y, por consiguiente, con los otros. Cuando no estamos en conflicto con nosotros mismos, no estamos en conflicto con los otros. Es la lucha interna, proyectada en el exterior, "la que se convierte en conflicto mundial". Como sugiere Krishnamurti: "La guerra es una proyección espectacular y sangrienta de nuestro vivir cotidiano. Precipitamos la guerra con nuestra manera de vivir. Luego, sin una transformación interna de cada uno de nosotros, forzosamente seguirán existiendo los antagonismos raciales y nacionales,las infantiles disputas a causa de nuestras ideologías, la multiplicación de soldados, los saludos a la banderas y todas las numerosas brutalidades que contribuyen a crear el asesinato organizado."Tenemos que crear un gobierno mundial que no esté cimentado en la fuerza, en el nacionalismo ni en ninguna ideología. El gobierno es "lo que somos" y las ideologías no son sino proyecciones de nosotros mismos. Y, al menos que "cambiemos fundamentalmente, no puede haber ni verdadera educación ni un mundo en paz."

En definitiva, la paz no se puede conseguir jamás con reformas ni con la reorganización de viejas estructuras sociales como afirma Krishnamurti sino que" solo habrá paz cuando comprendamos lo que está más allá de la superficie y detengamos así esta ola de destrucción que se ha desatado a causa de nuestra agresividad y de nuestros temores; y solo entonces habrá esperanza para nuestros hijos y salvación para el mundo."

24 de mayo de 2012

Reflexión sobre la relación entre el Dinero y la Conciencia

Es oportuno introducir mi reflexión acerca de la relación entre el dinero y la conciencia, que muy sintéticamente ha expuesto Joan Antoni Melé en su libro Dinero y Conciencia ¿A quién sirve mi dinero?

No es habitual relacionar el dinero con la conciencia. Aparentemente, parece una pareja poco convencional. Y, lo es porque no creemos que el dinero deba estar al servicio de la conciencia. De alguna manera, deseamos separar la conciencia del dinero: el dinero no debe responder a la conciencia. Debe ser independiente de ésta. No podemos separar la conciencia del dinero porque significa renunciar a la ética, es decir, al dinero ético.

La desconexión de la conciencia con el dinero propicia, como denuncia Joan Antoni Melé en su libro, la no asunción de responsabilidades individuales frente al dinero. No queremos conocer cuál es el destino de nuestro dinero ni cómo usan ese dinero. No hay conciencia de cómo se genera el dinero ni a qué se destina. Salvo que verdaderamente creamos, que debemos poner el dinero al servicio de la conciencia, debemos cambiar esta tendencia a la indiferencia y a la inercia y empezar a reestablecer la conexión del dinero con la conciencia, actuando en consecuencia.

La crisis de la conciencia, que describe Joan Antoni Melé en Dinero y Conciencia ¿A quién sirve mi dinero?, nos afecta profundamente y afecta a nuestro mundo.Tiene repercusiones en nuestra relación con el mundo del dinero. Hemos perdido el control sobre ese mundo a la par que hemos entrado en una profunda crisis que no sabemos a dónde nos va a llevar. Revertiremos esta crisis de la conciencia, cuando vislumbremos una nueva conciencia. Pero, para ello, hemos de recuperar e incorporar el dinero a esta nueva conciencia.

19 de abril de 2012

Dinero: consumo, ahorro, donación ¿Dónde pones tu dinero? Tercera Parte

Vamos a sintetizar los puntos 3.5 Economía y construcción de la paz y 3.6 Ahorro y construcción de la paz del capítulo Dinero: consumo, ahorro, donación ¿Dónde pones tu dinero? del libro Dinero y conciencia ¿A quién sirve mi dinero?

En primer lugar,  vamos a hablar sobre economía y construcción de la paz.

La paz requiere de esfuerzo porque no es un hecho natural. El conflicto es el estado natural del ser humano en el mundo. La ausencia de la paz va más allá de las guerras, está presente en todos los ámbitos de la sociedad y afecta a todas las personas. En la construcción de la paz, hay que prestar atención a los procesos de polarización entre individuo- comunidad:
- Por un lado, desarrollamos un individualismo necesario para alcanzar la libertad.
- Por otro lado, nos sentimos cada vez más miembros de una única comunidad mundial: la Humanidad.
Nos encontramos ante un escenario que puede favorecer la polarización individuo-comunidad que sólo podemos resolver eficazmente si nos elevamos a un nivel superior que integre ambas dimensiones: en este nivel superior es donde podemos construir la paz.

Para favorecer el proceso de construcción de la paz hemos de conocer cuál es nuestro punto de partida: ¿Cuál es la situación? Nos hallamos ante una situación contradictoria:
-Por un lado, el malestar de las personas que se traduce en violencia.
-Por otro lado, el avance de la conciencia global de Humanidad y el concepto de "triple aspecto del ser humano".

Un aspecto negativo que dificulta la construcción de la paz es la violencia. La violencia refleja un vacío interior y la falta de sentido de la propia vida. ¿Por qué se recurre a la violencia? vivimos en una sociedad donde las personas no viven en un sentido pleno y sin paz interior. Y, por este motivo, es tan difícil la construcción de la paz.

Estamos asistiendo a la evolución de los conceptos de "nación" y de "patria" hacia una concepción global de la Tierra. En esta última concepción, la persona cuenta por sí misma y se siente ciudadano del mundo. El proceso de globalización ha ayudado a la aparición y al desarrollo de esta concepción global de la Tierra. También ha aportado un elemento positivo: la emergencia de la conciencia global como especie unitaria.
Sin duda, la difusión global de la información y la inmigración masiva ha facilitado el paso de una visión local a una visión global.

En un plano individual, Joan Antoni Melé nos habla del "triple aspecto del ser humano". Cualquier ser humano: tiene necesidades, es un ser emancipado y es un ser capacitado.
1-Somos seres con necesidades. Ninguno de nosotros somos autosuficientes.Y, por lo tanto, nos necesitamos unos a otros: debemos procurar que las necesidades de los demás esten cubiertas.
2- Somos seres emancipados. Eso se traduce en el ámbito de lo jurídico y de lo político en la igualdad ante la ley.
3- Somos seres capaces. Cada ser humano posee capacidades únicas y diferentes.

¿Cuál debe ser el papel de la economía en la construcción de la paz? La economía debe concebirse como la relación que nos une a cada uno de nosotros con los demás seres humanos y con la Tierra. La Humanidad y la Tierra "forman un organismo vivo en el que todo está interrelacionado". Esa interelación es la que puede contribuir y ayudar a la construcción de la paz. La economía debe cambiar por un crecimiento lento, progresivo y orgánico como el crecimiento de las plantas. Un crecimiento en el que el trabajo y el beneficio encajen con el objetivo del bienestar común. Sólo así, podemos poner los cimientos de una paz perdurable en la Tierra.

En segundo lugar, hablaremos sobre el ahorro y la construcción de la paz.
Un primer escollo, que hemos de salvar, es la polarización entre individuo y comunidad. El origen de los conflictos armados reside en la polarización entre individuo y comunidad. Como ya hemos mencionado anteriormente, la economía capitalista tiene como objetivo la búsqueda del máximo beneficio. Ese beneficio puede expresarse en términos de "mercado libre", "competencia"o "leyes de la oferta y de la demanda".

Salvado este escollo, ¿cómo podemos mejorar la inversión de nuestros ahorros mientras ayudamos a construir la paz a través de nuestro dinero? La solución puede venir de la mano de un sistema bancario ético. Este sistema bancario utiliza el dinero de sus clientes para mejorar la calidad de la vida de las personas y la del medio ambiente. Es una manera de constribuir en la construcción de la paz, utilizando nuestros ahorros. Además, no debemos pasar por alto, la necesidad de pedir una actitud ética con nuestros ahorros a los bancos. Pero, tampoco debemos olvidarnos que debemos ser coherentes con nuestros valores e ideas al depositar nuestros ahorros en un banco.

Para finalizar con esta síntesis, hablaremos del banco Triodos Bank. El Triodos Bank es un banco ético fundado en Holanda a finales de la década de los sesenta del pasado siglo. Su filosofía de trabajo está presidida por el respeto a las personas y al medio ambiente. Busca que su actividad resulte sostenible en el tiempo. Está implantado en diferentes países: Holanda, Bélgica, el Reino Unido y España.Triodos Bank invierte sus recursos en tres ámbitos básicos: la cultura, el medioambiente y la sociedad. Aporta financiación a proyectos que tradicionalmente no llega la banca tradicional. Este último aspecto es uno de los grandes reclamos publicitarios de este banco.

¿Cómo es Triodos Bank por dentro? Triodos Bank capta recursos ajenos básicamente a través de depósitos y de cuentas de ahorro. En cuanto a los recursos propios está en manos de 15.000 accionistas. Una parte de los beneficios de Triodos Bank se distribuye en forma de dividendos y otra parte se destina a incrementar recursos propios o para continuar financiando a empresas y a proyectos sociales. Desde 2009, Triodos Bank forma parte de una "Alianza por una banca con valores" como alternativa al sistema financiero internacional y con el objetivo de construir una alternativa al sistema financiero global basado en un desarrollo sostenible.

11 de abril de 2012

La crisis: crisis del modelo humano

En esta segunda entrega, vamos a sintetizar el primer capítulo del libro Dinero y conciencia ¿A quién sirve mi dinero? El capítulo se titula La crisis: crisis del modelo humano.

Se inicia con una inquietante pregunta: "La pregunta básica es cómo una civilización capaz de crear tan grandes obras en el mundo del arte, de la poesía, de la música o de la filosofía puede mantener cuarenta conflictos armados simultánea y permanentemente en mundo, cómo puede tener la mayor riqueza de la historia a la vez que la crisis económica más profunda e inquietante. ¿Cómo es posible que hayamos podido llegar a tanta contradicción?" Las contradicciones responden a nuestro modo de vida que es, a su vez, causante de las diferentes crisis que padecemos.

Joan Antoni Melé reflexiona y analiza, en este primer capítulo del libro, las diferentes crisis con sus contradicciones. ¿Cuáles son esas crisis? Melé define 5 grandes crisis, a saber:

- Crisis ecológica.
A pesar del progreso científico y tecnológico de las últimas décadas, se ha alcanzado una situación límite a nivel medioambiental. No sólo hablamos de cambio climático sino también de la contaminación de los recursos básicos para garantizar la supervivencia de la vida en la Tierra: el aire, el agua y el suelo. La Tierra está enferma. En la época, de máximo conocimiento científico y técnico, hemos llevado al planeta al borde de la destrucción. Este hecho debería suscitarnos- tal como sugiere Joan Antoni Melé- una serie de interrogantes:
- "¿Cómo es posible?"
- "¿Qué hemos hecho mal?"
-"¿Qué no hemos tenido en cuenta?"
- "¿Qué parte de responsabilidad tengo yo, por acción o por pasividad, en este proceso de destrucción?"
- "¿Hay algo que yo, individualmente, podría hacer para contribuir a un cambio positivo de esta situación?"

- Crisis sanitaria.
Nadie puede negar los grandes avances en medicina, sin embargo, están surgiendo enfermedades que ya constituyen nuevas pandemias: como los más de 50 millones de personas con SIDA, como los millones de afectados con cáncer o por enfermedades mentales.Algo, no marcha bien, cuando esas nuevas enfermedades ponen de manifiesto otro tipo de desequilibrios.
Debemos plantearnos:
-"¿En qué medida depende de nuestro comportamiento ese crecimiento de nuevas enfermedades?"
- "¿Puedo aportar algún cambio positivo que contribuya a invertir esta tendencia?"

- Crisis social.
En el ámbito social, también encontramos contradicciones.Desde los años 80, han surgido asociaciones humanitarias que colaboran desinteresadamente para lograr un mundo mejor. El movimiento "Otro mundo es posible" ha generado un movimiento global favorable a la conciencia social. Deberíamos preguntarnos, si millones de personas en el mundo, no quieren las guerras:
-"¿Cómo es posible que las guerras continúan de forma inexorable, y que no seamos capaces de detenerlas?"
- "¿Qué estamos haciendo mal o qué deberíamos hacer y no hemos hecho, además de manifestarnos?"
- "¿Realmente las guerras son inevitables?"
- "¿Tengo yo alguna responsabilidad en que sigan existiendo esas guerras?"
- "¿Hay algo que yo podría hacer para contribuir a cambiar esa situación?"

- Crisis económica.
A pesar de la crisis económica, nunca había circulado tanto dinero ni se había generado tanta riqueza económica, como ahora. Es cierto. Pero, la crisis económica no es nueva: "tres mil doscientos millones de personas en el mundo no viven en crisis sino en la miseria absoluta." Una tercera parte de esos pobres viven por debajo del nivel de la pobreza. Y, sin embargo, ha habido dinero público para el rescate de las entidades financieras. La globalización ha provocado un crecimiento exponencial de la economía, a la par, un crecimiento de la pobreza, sin precedentes. Pero, un gran porcentaje de ese crecimiento económico ha sido especulativo y no se corresponde con una creación real de riqueza.

- Crisis financiera.
Al colapso de la economía especulativa lo llamamos "crisis". La economía especulativa empezó a crecer con fuerza después de la Caída del Muro de Berlín. El beneficio se convirtió en un fin en sí mismo. Unos pocos se pusieron a especular para que creciera el "dinero" sin producir a cambio ningún bien de consumo. Los bancos se alejaron de la economía real productiva y se centraron en la economía especulativa. La consecuencia fue el estallido de la búrbuja especulativa. El "dinero especulativo" tiene su origen en la codicia de las personas. Esa codicia ha conducido al colapso económico al sistema capitalista. En última instancia, el estallido de la búrbuja financiera nos indica que estamos ante una crisis de conciencia y de valores humanos.

Si el mercado somos todos, si cambiamos nuestra manera de pensar, de actuar y de invertir nuestro dinero, cambiará el funcionamiento y la dirección del modelo económico: "El poder del ciudadano no reside tanto en su voto, como en la dirección a la que dirige su dinero, su forma de consumir." Se puede considerar el ahorro como otra dimensión del consumo. Si la gente piensa exclusivamente en la rentabilidad individual, el dinero se dirigirá a la economía especulativa que "hinchará" de nuevo el globo del "dinero especulativo" hasta que vuelva a estallar.

En la economía especulativa, la preocupación máxima del cliente es la rentabilidad que el banco le ofrece por sus ahorros. Nadie pregunta a dónde se destina "su" dinero. Es frecuente encontrar entidades financieras que invierten los ahorros de sus clientes en sectores o actividades de dudoso carácter ético. Para que cambie esta situación, debemos preocuparnos por el impacto que tienen nuestras acciones sobre los demás y el medio ambiente.

No hay contradicción, con extraer beneficio del ahorro y del trabajo. El beneficio es dinamizador de la vida de una comunidad y un indicador de que los "instrumentos económicos básicos"- el ahorro y el trabajo- se están gestionando correctamente. En este sentido, el beneficio es bueno. Hemos de estar atentos a su perversión: el beneficio se pervierte en el momento en que se busca por sí mismo y se someten a él, el ahorro y el trabajo. El beneficio es la consecuencia de la creación de riqueza, no su causa. Las personas han de poner el dinero donde estén sus valores. Aunque el gesto de una persona parezca insignificante, el gesto colectivo indica las "voluntades colectivas" y los "valores" que constituyen la única base sólida para una convivencia en paz.

Bajo estos criterios financieros, nació la banca ética que se asienta sobre dos pilares: la ética y la sostenibilidad.Pero, ¿Qué es la banca ética? Se trata de un negocio que se basa en la responsabilidad, la confianza, la transparencia y la relación a largo plazo con el cliente. La banca ética huye de la especulación para invertir en la economía real, promoviendo el desarrollo sostenible. A través de la banca ética, podemos cambiar el mundo, cuando comprendemos que el dinero de "uno" es en realidad el dinero de "todos".

dinero y conciencia ¿A quién sirve mi dinero?

25 de febrero de 2012

Diálogo entre espiritualidad y política

Vamos a centrarnos en este segundo post en la relación Espiritualidad y Política. El libro de Cristóbal Cervantes, Espiritualidad y política, es un excelente libro introductorio sobre cuál debería ser la relación entre espiritualidad y política.

Uno debe preguntarse, primeramente, si existe una crisis profunda entre la espiritualidad y la política y viceversa. Esta es la primera cuestión que debemos plantearnos: ¿Existe una crisis profunda en la política? ¿Y en la espiritualidad? ¿Esta crisis afecta a la relación? La política está en crisis. ¿Es una obviedad? Cierto. No es sólo una crisis del sistema político sino fundamentalmente una crisis de los valores y de los principios que habían sostenido el templo de la política que, desde hace ya tiempo, empieza a desmoronarse. Por otro lado, la crisis espiritual, no es tanto, espiritual como religiosa, de las instituciones y de las tradiciones religiosas. Una nueva espritualidad está floreciendo en esta crisis. Una nueva espiritualidad se está abriendo paso, apelando a una nueva política, con nuevos valores y con otros principios. Esta nueva política debe de ir de la mano de una nueva espiritualidad que nos haga sentir que formamos parte de algo "más grande y más profundo que tú mismo, algo que te conecta a todo y a todos, que te hace ver a todos los seres humanos como hermanos y al planeta como la casa común que tenemos que cuidar". Sólo así, la espiritualidad puede concebirse como una palanca/una dínamo para la política. Una espiritualidad que insufla vida y una política que organiza la convivencia en la Tierra.

La relación entre espiritualidad y política, ¿es una relación "difícil", conflictiva e irreconciliable? o¿Es una relación de comprensión, interdependencia y fecundidad mútua?Algunos autores de Espiritualidad y política han confrontado directamente estas preguntas en sus artículos. ¿Qué tipo de relación queremos? En definitiva, ¿Qué queremos? Coincido con ellos, en la necesidad de integración de la dimensión espiritual en la política. Más difícil es defender una política integrada en la espiritualidad. La primera opción es más factible Más sensata. Además, acarrea menos dificultades. Cuando no, menos trabas.

¿Cómo debe "materializarse" esta relación entre espiritualidad y política? Esta relación debe materializarse fundamentalmente a través de un diálogo abierto entre espiritualidad y política. Soy partidaria del diálogo más que la confrontación entre espiritualidad y política. La confrontación nos lleva a un escenario estéril: la confinación de la espiritualidad a la intimidad y la percepción de la espiritualidad como algo "anómalo", "extraño" y "ajeno" a la convivencia. Por contra, el diálogo puede ahondar en "el arte de vivir"- la espiritualidad- y en "el arte de convivir"- la política-. A través de un verdadero diálogo entre espiritualidad y política podemos aúnar el arte de vivir con el arte de convivir. Puede existir un espacio común entre ambos, si aceptamos, desde un principio, la interdependencia y  la interfecundidad entre espiritualidad y política.

¿Qué debemos esperar del diálogo entre espiritualidad y política? El diálogo entre espiritualidad y política debe ayudar, a mi modo de entender, de tres modos:

1- Aúnar esfuerzos para construir un mundo mejor. El diálogo entre espiritualidad y política puede contribuir a la mejora de las condiciones de vida de millones de seres humanos- y de millones de seres vivos- si integramos ambas dimensiones en la vida cotidiana. Este diálogo puede apuntalar un nuevo mundo. Necesitamos convicción profunda y valentía para afrontar este reto: el "nacimiento de un nuevo mundo". Este mundo mejor "va a nacer a través de nosotros" si "podemos sentirlo y seguirlo y serlo".

2- El desarrollo de una conciencia planetaria. Hablamos de la emergencia de una nueva conciencia que trascienda a la conciencia individual y a la colectiva. Nosotros no sólo somos ciudadanos de un determinado país- o de un continente- sino que aspiramos a ser ciudadanos del mundo. La emergencia de la conciencia planetaria hará que seamos concientes de nuestra pertenencia al género humano y a la Tierra. El diálogo entre la espiritualidad y la política puede asentar las bases para el nacimiento y el desarrollo de esta conciencia planetaria: todos somos uno, nosotros y el planeta.

3- La transformación de la humanidad. El diálogo entre espiritualidad y política puede contribuir a la transformación de la humanidad. Una nueva humanidad puede alumbrarse, si en nuestro interior, está prendida la llama del cambio. La transformación debe operar en nuestros corazones y en nuestras mentes. El diálogo, sin duda, puede- y debería- ayudar a desprendernos de nuestro viejo ropaje y crear un nuevo.

16 de febrero de 2012

Crisis y Cambio en Espiritualidad y política

Antes de finalizar con el libro, Espiritualidad y política, de Cristóbal Cervantes, voy a aportar mi propia visión del libro. Esa visión girará entorno a dos grandes temáticas que reiteradamente han sido desarrolladas a lo largo de los artículos seleccionados para el blog. Esas dos temáticas son: crisis y cambio y relación entre espiritualidad y política. La mayoría de los artículos comentados abordan directamente- o indirectamente- una o ambas temáticas.

Voy a dedicar, a cada una de estas temáticas, un artículo entero. En este primero, hablaremos sobre la crisis y el cambio. Prácticamente, la totalidad de los artículos comentados en el blog, abordan la crisis y el cambio como un hecho inevitable, irreversible y consustancial al momento histórico que vivimos. La crisis ya no es un hecho pasajero sino permanente. Ha dejado de ser algo transitorio e indeseable, a constituirse en algo que caracteriza nuestro tiempo. La crisis no podemos evitarla o sortearla sino que debemos afrontarla sin temores y sin cuartadas.

La crisis define a nuestro tiempo. Es el principio de una nueva era que se caracterizará, cada vez más, por poner patas arriba nuestro sistema de vida basado en creencias (auto)destructivas, que ponen en serio riesgo la viabilidad de la especie humana y de cualquier forma de vida en el planeta. Es, como apuntan algunos autores de Espiritualidad y política, una crisis civilizacional - espiritual en el fondo-. Una crisis que afecta profundamente al ser humano en su totalidad y a su proyecto vital en la Tierra.

La crisis del actual modelo de civilización- materialista, economicista- revela la necesidad acuciante de cuestionar y de buscar un nuevo paradigma civilizatorio que no se limite simplemente a sustituir al anterior.¿No nos engañaríamos, si creyéramos que el problema está solamente en el molde mental en qué nos movemos? Hay algo más. Cualquier molde- paradigma civilizatorio- responde a la imagen de humanidad que hemos elaborado. Es precisamente esa imagen la que determina con más fuerza que fundamenta ese molde mental- ese paradigma- en el que estamos atrapados como en una teleraña. No puede haber cambio, mientras no observemos con detenimiento esa imagen de humanidad. ¡Afrontemos esa imagen, transformándola! Ahí, es dónde erradica el cambio. El cambio está contenido en la mirada. El cambio no operará sino transformamos nuestra mirada de la humanidad. En la mirada está la clave.

¿Qué ha entrado en crisis y dónde debe dirigirse el cambio? Esta pregunta sintetiza muy bien cuál es la intención del libro Espiritualidad y política y de muchos de los artículos que he comentado en el blog. La mayoría de los autores de Espiritualidad y política apunta a una crisis de conciencia como origen de la crisis. La conciencia es el origen de la crisis y el cambio debe maniobrar precisamente en el ámbito de la conciencia. La conciencia materialista ha entrado en una profunda crisis. Y, con ella, su sistema de creencias y de valores. Su visión del mundo y de la vida está entredicho. La crisis de esta conciencia materialista es la que debe impulsar la gestación y el nacimiento de una nueva conciencia planetaria, postmaterialista y cosmológica. He ahí, donde está el reto de la humanidad: darse cuenta y favorecer el cambio hacia esta nueva conciencia. El libro Espiritualidad y política está en esta dirección.

7 de enero de 2012

Koldo Aldai: La política, un elevado servicio a la comunidad

"Hoy estamos en condiciones de empezar a hacer realidad la profecía de la escritora inglesa ya mencionada:" La visión aparecerá como una realidad en la Tierra cuando los individuos sumerjan voluntariamente sus intereses personales en el bien del grupo; cuando el grupo o los grupos se fusionen sus intereses en el bien nacional; cuando las naciones abandonen sus propósitos y metas egoístas por el bien internacional, y cuando esta recta relación internacional se base en el bien total de la humanidad misma". (Espiritualidad y política, página 204)

"La política, un elevado servicio a la comunidad" de Koldo Aldai es el duodécimo artículo del libro Espiritualidad y política.

En el presente artículo, La política, un elevado servicio a la comunidad, Koldo Aldai desarrolla el concepto de "política espiritual": qué es la política espiritual, cuáles deben ser las claves de la "nueva acción política", cómo debe ser el político "orientado espiritualmente", qué relación debe guardar la política con la religión, cómo debemos concebir la espiritualidad en relación a la política, cómo debe organizarse esta nueva política espiritual y qué valores y principios deben articular esta política espiritual.

No podemos negar la crisis política actual tanto en su dimensión conceptual- qué entendemos por política- como en su dimensión práctica- cómo se ejerce la política-. Nuestro mundo ha cambiado profundamente. Esto es una evidencia: está emergiendo una nueva conciencia planetaria y ésta exige un cambio radical en el planteamiento de la política, y, al mismo tiempo, un nuevo perfil humano- y espiritual- del político.

Para Koldo Aldai, "la política debe estar al servicio de la comunidad". Sin duda, desde el ejercicio de la política, se puede ser muy útil y se puede contribuir al bienestar colectivo. Para poder servir a la comunidad, es imprescindible un cierto nivel de desarrollo espiritual y la necesidad de servir al prójimo. Ambos aspectos son fonamentales para el ejercicio de la política. Además, la política reclama una gran dosis de sacrificio personal y de entrega incondicional al servicio de la comunidad. En este sentido, la genuina espiritualidad comparte con la política: el olvido de nosotros mismos para el servicio al otro, a la humanidad. El servicio a la comunidad es la razón primordial de la política. Su acción se sustenta en el servicio comunitario: la política es "el arte del servicio con mayúsculas", tal como sugiere Koldo Aldai.

Por otro lado, debemos ennoblecer la acción política porque está muy desprestigiada por la "clase política". La política espiritual puede recuperar el carácter noble de la política. Para Koldo Aldai, la política espiritual es "sinónimo de política en su ejercicio más noble, es decir, llamada a alcanzar una visión precisa y neutral y a desarrollar acción responsable". Su objetivo es "el mayor bien para el mayor número de personas". 

 Esta política espiritual se articula entorno a seis aspectos claves que orientan la acción política:
  1. Política planetaria: El político de orientación espiritual trata de "deshacer el espejismo de la separatividad". La separatividad es una ilusión originada por la mente. No existe la separación sino la unión basada en la relación. Alienta el espíritu de "unidad en la diversidad" y fomenta la idea de "la humanidad es una". En la política planetaria, no hay espacio para el "egoísmo nacional" que está llamado a desaparecer. El peso de "lo nacional" ha de mermar en aras del fortalecimiento de "lo internacional".
  2. Política ecológica: El político de orientación espiritual afirma que el destino de la humanidad está indisolublemente unido al de la Madre Tierra. La Tierra puede sostener las necesidades de todos, pero no así, los excesos. El cuidado y la protección de la Tierra ha de ser una máxima fundamental de la política espiritual.
  3. Política de Paz: El mayor desafío de la humanidad es el de la superación del viejo paradigma de la confrontación y del odio.
  4. Política de justicia: Instaurar la igualdad de oportunidades a la hora de acceder a la cultura, a la educación, a la sanidad y a otros servicios públicos.
  5. Política de consenso: El político con principios espirituales es áquel que persigue el más amplio consenso social en el mayor número de temas. La política de consenso consiste en saber cohesionar, en saber dibujar y expresar objectivos y horizontes comunes.
  6. Política responsable: Una política responsable no es necesariamente una política popular. La responsabilidad en su amplio sentido:
  1. Con respecto a las libertades y derechos fundamentales en general.
  2. Con respecto a la Tierra y su no agresión o contaminación.
  3. Con respecto a las futuras generaciones.
       El político espiritual implementa políticas justas y responsables no siempre bien acogidas.
     Koldo Aldai reflexiona sobre la relación entre política, religión y espiritualidad. Llama a diferenciar entre espiritualidad y religiosidad: "el hecho de que el/la político/a esté imbuido de valores espirituales no implica para nada que esté vinculado a instituciones." Debe establecerse un línea divisoria entre ambos términos: la espiritualidad se referiría a " valores elevados inmanentes a las diferentes tradiciones religiosas como nobleza, generosidad, altruismo, discernimiento...," y la religiosidad haría referencia a "instituciones humanas con toda su virtual carga de aciertos y errores". Koldo Aldai apela a la importancia de trabajar por la aconfesionalidad del Estado. A su modo, un estado laico- que no laicista- es garante de la imparcialidad y neutralidad del estado en materia religiosa.

    Por otro lado, establece un vínculo de unión entre política y espiritualidad. Vivimos un nuevo despertar de la espiritualidad, una espiritualidad Universal. Cada vez más gente vive un despertar de su espiritualidad. Espiritualidad y política se reencuentran, en este escenario, gracias a una mayor concienciación con respecto a la humanidad y a la Tierra. Espiritualidad y política se aúnan con el nacimiento del sentimiento de "unidad en la diversidad", dando importantes pasos en la instauración del ideal de la fraternidad humana. Este sentimiento de fraternidad ayudará a la superación de la separación entre nosotros y la Madre Tierra. En palabras de Koldo Aldai "Más pronto que tarde llegará un día por supuesto sin ejércitos, pero también sin cárceles, sin bancos, sin instituciones y empresas que medran a costa de la alienación de terceros... Lo pequeño volverá a ser hermoso. Se clausararán las factorías contaminantes, la agricultura industrial, los grandes hospitales, las grandes ciudades... Retornaremos a la naturaleza y con ello también a unas relaciones más cercanas y verdaderas. Nos agruparemos en comunidades, en ecoaldeas con importante grado de autosuficiencia, que estarán a su vez vinculadas entre sí formando redes. Compartiremos excedentes agrarios, fruta, tomates, artesanía, pero también software, arte y cultura... Nadie pasará necesidad y cuidaremos para que así sea".

    En este nuevo contexto, la política se transformará. Viviremos una redimensión de la acción política: dejará de ser una política lejana, pasando a ser una política cercana a la gente y de pequeño tamaño. La humanidad no necesitará de una clase política dirigente. Las redes sociales irán poco a poco reemplazando a las jerarquías de los gobiernos. Las relaciones humanas irán superando el egoísmo, centrándose en la promoción y en el establecimiento de relaciones positivas.

    En resumen, la política espiritual fomenta el sentimiento de colaboración y de responsabilidad y está imbuida de un profundo amor a la humanidad. El político orientado espiritualmente se caracteriza por su honestidad, su integridad y su inofensividad. Trata de reunificar y reconducir todas las fuerzas hacia un nuevo orden que substituya al viejo basado en la competitividad, el individualismo y el materialismo. El viejo orden se desplomará a nada que le privemos de nuestra energía y nos liberemos de nuestros miedos e inseguridades. Hoy, podemos comenzar a trazar una política espiritual que sienta las bases para un mundo más justo, unido y en paz.