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10 de octubre de 2011

Jiddu Krishnamurti: La bendición de la meditación

La bendición de la meditación es la décima charla del libro Krishnamurti esencial. Esta charla se desarrolló en la Universidad de Claremont, California el 17 de noviembre de 1968.


¿Qué es vivir? Vivir es lo que sucede en este instante en nuestra vida. Eso es un hecho real, no algo ilusorio o teórico como los ideales o los principios sobre el que debería basarse la vida. ¿Cómo es nuestra vida? Debemos comprender lo que sucede realmente en nuestra vida, no "lo que debería ser" nuestra vida, sino observar "lo que es" y descubrir que se produce un cambio cualitativo en nuestra manera de percibir y de ver "lo que es" nuestra vida. ¿Hay relación en nuestra vida? Para estar directamente relacionados con algo o alguien no debe haber ninguna imagen entre nosotros y la cosa que observamos: "porque la imagen es la imagen, el símbolo, los recuerdos de lo que sucedió ayer o hace miles de ayeres. Es decir, para exponerlo de forma sencilla, ea relación basada en una imagen, y esa imagen es una acumulación de muchos años de placer, de sexo, de reprimendas, de monotomía, de repetición, de dominio, etc, cada uno tiene una imagen del otro y el contacto entre esas imágenes es a lo cual llamamos relación, pero como es obvio, eso no es relación, aunque nosotros lo aceptamos como relación, porque no hay contacto directo con el otro ser humano ". Cuando no existe contacto directo con la realidad, con "lo que es", hay una división entre el observador y la cosa observada. Esa división es el espacio donde surgen los conflictos, ese espacio es el propio ego. Ese ego es el resultado de la acumulación de imágenes, recuerdos y pensamientos acerca de nosotros mismos y de las cosas. Al no haber contacto directo con "lo que es", por tanto relación, nunca podemos comprender "lo que es" nuestra vida. Descubrir la estructura y la naturaleza del observador es meditación. Darse cuenta que el observador es lo observado, de la unicidad de ambos, en la que no hay ningún conflicto, y en consecuencia, se produce una disolución, un ir más allá de "lo que es" es también meditación.

Por otro lado, el placer es un producto del pensamiento. El placer es pensar en una experiencia del pasado, que al crear una imagen de ésta, genera el placer. También podemos pensar en lo que puede suceder mañana, ese pensar genera dolor, miedo. Por tanto, el pensamiento crea tanto el placer como el miedo. Para nosotros, el amor es un producto del pensamiento, algo que el pensamiento nutre, fomenta y prolonga como placer. Pero, realmente, ¿el amor es pensamiento? ¿Puede éste cultivarlo? El pensamiento puede cultivar el placer pero no el amor. El amor no es placer. Sin embargo, cuando interfiere el pensamiento genera un espacio y un tiempo en el que el placer y el recuerdo crecen. Si nos damos cuenta de esto, si comprendemos la estructura y la naturaleza del placer en relación con el amor, siendo la comprensión de esa relación parte de la meditación. Entonces, podemos descubrir que el amor es algo por completo diferente.

Además del pensamiento y su relación con el placer, está una última cuestión: el significado de la muerte. Podemos descubrir cuál es el significado de la muerte, si comprendemos cómo morir: el proceso de terminar. ¿Qué significa morir? ¿Qué significa morir psicológicamaente, internamente? Debemos descubrir internamente qué es morir, es decir, cómo terminar con el pasado, cómo dar fin a la continuidad del placer, esto es, cómo morir cada día, desprendiéndonos de la ilusión de continuidad del pensamiento. Si se vive de esa manera, la mente se renueva continuamente. Este proceso también forma parte de la meditación.

En síntesis, si uno ha puesto los cimientos de la meditación, que son el orden en la relación, y, si existe esa cualidad de amar y morir, que es la totalidad de la vida, en nuestra vida diaria, entonces la mente se vuelve silenciosa y sosegada. En ese momento, la mente ha dejado de investigar lo absoluto porque en ese silencio está "lo que es". 

7 de octubre de 2011

Jiddu Krishnamurti: Poner los cimientos de la meditación

Poner los cimientos de la meditación es la sexta charla que recoge el libro Krishnamurti esencial de la editorial Kairós. Esta charla pública tuvo lugar en Chennai, la India el 7 de enero de 1979. 

Poner los cimientos de la Meditación es una charla introductoria a la temática de la meditación. En esta charla se desarrolla aspectos esenciales de la vida - la belleza, el orden, la relación o la libertad- que Krishnamurti considera imprescindibles para poner los cimientos de la meditación.

Cuando uno mira su propia vida se pregunta por qué hay tanta poca belleza, es decir, porque hemos perdido la capacidad de comunicarnos con la naturaleza. Si perdemos el contacto con la naturaleza perdemos el contacto con los otros seres humanos. La belleza tiene esa cualidad de libertad que es por completo diferente de la independencia. Pero nosotros raramente lo vemos y lo apreciamos porque estamos demasiados ocupados con nuestros problemas, preocupaciones o ideas. Nunca somos libres del todo.

Un aspecto de la meditación es el orden. Debemos investigar el orden porque nuestras vidas son desordenadas, confusas y contradictorias. Donde no hay orden, hay contradicción, confusión y conflicto. ¿Nos damos cuenta del desorden en el mundo y en nosotros mismos? Darse cuenta del desorden es observar lo que realmente está sucediendo. Hemos de observar nuestra vida, lo que realmente es, lo que está sucediendo porque cualquier acción en nuestra vida configura la sociedad. No podemos transformar la sociedad a menos que cada uno se transforme a sí mismo. Ahora bien, ¿cómo podemos producir orden? El orden constante es espacio. Si la mente tiene espacio, eso significa que la mente no está ocupada con ningún problema. Sin embargo, nuestra mente " está tan llena, tan atestadas de creencias que persiguen cualquier tipo de cosas, está tan confundida, con tantas ilusiones, que no tiene espacio, y donde no hay espacio no puede haber constancia ni orden". Si en nuestra vida no hay orden, la meditación se convierte en una simple evasión de la propia vida y el escaparse por medio de la meditación sólo conduce a la ilusión.

Otro aspecto de la meditación es la relación. Nuestra vida está basada en la relación, sin relación no es posible existir. ¿Cuál es nuestra relación con los demás? ¿Hay en esa relación orden o es una actividad egocéntrica y antagónica? Debemos investigar qué tipo de relación mantenemos con los otros. Y, debemos averiguar si hay orden en esa relación. Si no hay orden, sólo puede existir el conflicto y el desorden.

En definitiva, debemos poner los cimientos para descubrir aquello que está más allá del pensamiento, que es incommesurable, que no puede expresarse en palabras y donde hay libertad total. En esa meditación hay orden y relación

23 de septiembre de 2011

Jiddu Krishnamurti: La vida es lo que está sucediendo en este instante

En mi primera incursión en el libro Krishnamurti esencial voy a sintetizar y a comentar la primera plática- charla- que recoge el libro: " la vida es lo que está sucediendo en este instante". Es un fragmento de una charla titulada "Aprender es vivir" incluida en el libro Cartas a las escuelas en los capítulos 23 y 24 fechados el 1 y el 15 de agosto de 1979 respectivamente. Vayamos, pues con esta incursión.


En esta primera charla, Krishnamurti se centra en una de las temáticas esenciales de su obra: el arte de vivir. El arte de vivir es"el arte más grande es el arte de vivir, más grande que todas las cosas que los seres humanos han creado con la mano o con la mente, más grande que todas las Escrituras con sus respectivos dioses". Según Krishnamurti ese arte únicamente puede surgir cuando hay libertad total. Esa libertad no es un ideal que alcanzar. En la libertad el primer paso es el último, lo que cuenta es ese primer paso no el último "lo que haga ahora es mucho más importante que cualquier cosa que haga en alguna fecha futura." La vida es lo que está sucediendo en este instante por eso el primer paso que damos ahora es lo verdaderamente importante porque como, apostilla Krishnamurti, "si el primer paso está dado en la buena dirección se abre ante uno la totalidad de la vida. La buena dirección no es en pos de un ideal o hacia un fin predeterminado, esa buena dirección es inseparable de lo que está sucediendo en ese instante."


Dada la complejidad de la vida resulta difícil elegir un solo aspecto porque el acto de elegir conduce a más confusión: "si uno dice que algo es o más importante, entonces relega a un segundo plano todas las demás facetas de la vida". Para Krishnamurti cada uno de nosotros "deberíamos" tomar "todo el movimiento de la vida como uno solo" o bien tomar un aspecto fundamental en el que esté incluido todos los demás. Cuando exploramos una faceta de la vida y la comprendemos, podemos abarcar la totalidad del campo de la vida. Para investigar, debemos estar libres, de lo contrario la investigación estará "coloreado" con nuestros temores, esperanzas y placeres.


Por otro lado, Krishnamurti se pregunta ¿Existe una forma de vivir la vida diaria que sea por completo diferente de lo que normalmente es ahora? ¿Existe una forma de vivir sin control, sin ningún conflicto, conformidad o disciplina? Tan sólo podemos descubrir cómo aprender a vivir cuando nuestra mente afronta lo que está sucediendo ahora. Esta observación " de lo que está sucediendo" es la percepción directa en la que no hay dualidad, no hay resistencia ni contradicción en relación con lo que está sucediendo. Por contra, las asociaciones y reacciones ante lo que sucede son el condicionamiento de la mente y este condicionamiento impide observar. Cuando observamos lo que está sucediendo ahora, eso que observamos, se diluye en la nada. Cuando existe ese tipo de observación entonces las actividades, la naturaleza y la estructura del condicionamiento se disuelve.


Por último, el arte de vivir es relación. Los recuerdos no tienen lugar en el arte de vivir porque si hay recuerdos en la relación, no hay relación. La relación es entre el contenido de sus recuerdos y esos recuerdos dividen y por consiguiente hay conflicto entre mis recuerdos y los tuyos. Por ese motivo, el pensamiento, que en sí mismo es recuerdo, no tiene ningún lugar en la relación. Para acabar concluyendo, que el arte de vivir sólo es posible cuando el pensamiento no contamina el amor.


Después de la síntesis la vida es lo que está sucediendo en este instante vamos a realizar un breve comentario de esta charla. ¿Qué es el arte de vivir? ¿Qué está implicado? ¿Qué tiene cabida? En definitiva, ¿En qué consiste vivir? Y ¿Cómo podemos vivir una vida diferente al tipo de vida que llevamos la mayoría de las personas sin que haya lugar al conflicto? El discurso de Krishnamurti parte de la observación y la investigación con detenimiento de estas cuestiones esenciales. 


Vivir no es una reacción (ante) ni un apego (a) ni una acumulación (de) para Krishnamurti. Vivir es relación con nosotros mismos y con los otros sin la intervención del pensamiento y del deseo a través de una atenta observación e investigación de lo que está sucediendo en este preciso instante. La vida, el vivir, tiene lugar en cada instante, de lo contrario, no es vida, sino una acción, reacción o recreación del pensamiento debido a la naturaleza proyectiva de la mente. Esta observación e investigación de lo que está sucediendo ahora, en nuestra propia vida, es la percepción intensa en la que no hay dualidad, ni resistencia ni contradicción en relación con lo que está sucediendo. Por tanto, no existe conflicto en nuestras vidas.


El arte de vivir es el arte más “sublime” que hayamos creado los seres humanos y a través de éste puede establecerse una nueva forma de vivir, por tanto, un nuevo ser humano produciendo así  la transformación del hombre. Para Krishnamurti ese arte sólo puede surgir cuando hay “libertad total” sin que intervenga ningún tipo de elección. La libertad no es una idea o un ideal que alcanzar. No es un pensamiento. Es acción. Por ese motivo, cuando damos el primer paso es el último “el primer paso es el último lo que cuenta es ese primer paso no el último”. La libertad es una acción total que afecta a la totalidad del campo de acción de la vida. Esta libertad no participa del proceso de elección porque éste sólo genera mayor confusión, no mayor claridad: “siempre resulta difícil y confuso elegir un solo aspecto y decir que es el más importante, porque el mismo elegir, el diferenciar categorías, conduce a más confusión si uno dice que algo es lo más importante, entonces relega a un segundo plano todas las demás facetas de la vida.” La observación de este hecho- lo que está sucediendo en este instante- y la de su comprensión lleva según Krishnamurti a una investigación libre de la mente lo que supone una libertad total. La liberación del contenido de la mente nos abre a la totalidad de la vida cuando existe esa libertad total



Una cuestión afín a la libertad es qué significa vivir sin conflicto. Si prestamos atención, observando qué está sucediendo en este instante de nuestras vidas, sin que exista  ninguna resistencia o contradicción en relación con lo que está sucediendo, y, sin evadirnos, entonces no hay espacio para el conflicto. Es la evasión la que crea la dualidad entre “lo que está sucediendo” y “lo que debería estar sucediendo” en nuestras vidas dando lugar al conflicto. Nuestra mente está fuertemente condicionada, impidiendo que observemos con claridad, generando así un conflicto interno “Las asociaciones y las reacciones como consecuencia de lo que sucede  son el condicionamiento de la mente, y este condicionamiento impide observar lo que ahora está sucediendo porque el tiempo no está implicando en ese suceso de ahora”. El condicionamiento de la mente surge del tiempo. El tiempo es “la evolución de nuestro condicionamiento, es la herencia de la humanidad, una carga que no tiene principio” pero cuando observamos lo que está sucediendo en nuestras vidas con detenimiento, eso que observamos se  diluye en la nada al comprender la naturaleza y la estructura del condicionamiento así como sus actividades.