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20 de octubre de 2015

La batalla ideológica entre John Maynard Keynes y Friedrich Hayek: la batalla por la economía mundial.

Vamos a presentar una serie documental sobre la  economía mundial titulada La batalla por la Economía mundial. Consta de 6 capítulos de 1 hora cada uno sobre la economía mundial del siglo XX. A lo largo de los seis capítulos, se debate quién debería ser el protagonista de la economía, si los gobiernos o los mercados libres, y qué sistema económico- modelo económico- beneficiaría mejor a la humanidad. 
Estos seis capítulos son: 
- Primer capítulo: la batalla ideológica I.
- Segunda capítulo: la batalla ideológica II.
- Tercera capítulo: la Agonía de la Reforma I.
- Cuarto capítulo: la Agonía de la Reforma II.
- Quinto capítulo: Las nuevas normas del comercio mundial.
- Sexto capítulo: Las nuevas normas del comercio mundial II.

El primer capítulo, la batalla ideológica I, gira entorno a dos economistas, John Maynard Keynes y Friedrich Hayek. Ambos tienen planteamientos contrapuestos: John Maynard Keynes es partidario de la planificación económica y Friedrich Hayek es favorable al libre mercado. La pugna por el control de los poderes de mando de la economía es objeto de discrepancia: Mientras John Maynard Keynes apuesta por la planificación central de todos los sectores estratégicos de la economía- como el acero, el carbon, el transporte...- Friedrich Hayek reinvidica la liberalización de los sectores estratégicos de la economía dentro de un mercado libre. 




13 de abril de 2012

El despertar de la conciencia. ¿Quién sino todos nosotros?

En esta tercera entrega, vamos a sintetizar el segundo capítulo del libro Dinero y conciencia ¿A quién sirve mi dinero? que se titula El despertar de la conciencia ¿Quién sino todos nosotros?

Joan Antoni Melé apela al despertar de la conciencia. Ese despertar requiere de "quietud interior" y de "autoobservación". Descubrir, si en nuestra vida interior, están presentes tensiones, conflictos y contradicciones. Los problemas del "mundo exterior" son un reflejo de nuestros problemas internos y la única manera de resólverlos es resolviéndolos en nuestro interior.

¿Hacia dónde debe dirigirse ese despertar de la conciencia? Joan Antoni Melé nos propone unas líneas de acción:

En primer lugar, debe producirse una concienciación de la existencia del otro(s): el despertar de la conciencia social. Este proceso debe traducirse en una mayor sensibilización social.

En segundo lugar, debe cambiar la imagen del ser humano y de la vida. Si queremos cambiar el mundo, tenemos que cambiar la imagen que tenemos de él. El cambio debe operar en nuestro interior, en nuestra manera de percibir y relacionarnos con el mundo.


En tercer lugar, darnos cuenta de que el capitalismo es esencialmente una "ideología" pesimista.
La ideología de mercado tiene una visión pesimista del hombre. Adam Smith, padre del liberalismo económico, creía que el ser humano era egoísta y que nunca se podrá cambiar: "Y, como las cosas son así, como el ser humano siempre procurará lo mejor para sí mismo, lo mejor que se puede hacer es crear un ámbito donde este egoísmo se compense. Este ámbito recibirá el nombre de "mercado" y el egoísmo, los nombres de "competitividad" o "ley de la oferta y de la demanda".


Y, en cuarto lugar, hemos de combatir el darwinismo económico. El modelo de competición natural por la supervivencia se está aplicando a la economía capitalista.. Este modelo viene a decir: "Tú mira por lo tuyo, que cada cual se espabile como pueda, y que salga el sol por donde pueda". Si cada uno busca el máximo beneficio para sí mismo, el mercado regulará la competencia y se producirá el equilibrio social. Habrá una mano invisible que lo regulará todo. Pero, sabemos que no es cierto:  nosotros somos quienes actuamos en el mercado. La perversión del mercado la perpetramos todos al actuar competitivamente. Es un modelo perverso que se asienta en el miedo. Es ese miedo el que nos paraliza, nos genera desconfianza.

Joan Antoni Melé nos plantea un modelo económico alternativo al vigente:
- "¿Es posible otro modelo económico que no esté basado en el egoísmo? ¿Qué no esté basado en egoísmo sino en la conciencia global de lo que es el mundo, de lo que es la sociedad, no sólo yo sino de los otros seres humanos?
- "¿ Es posible un modelo basado en la conciencia y en la responsabilidad, en el que el centro de la economía no sea el beneficio tal como se enseña en las facultades de ciencias económicas y en las escuelas de negocios, sino que sea el ser humano?

30 de diciembre de 2011

Joan Antoni Melé: Espiritualidad y Economía

"Éste es el reto que hoy la humanidad tiene ante sí, el reto de salir de la barbarie y redescubrir la dimensión espiritual de la existencia, una dimensión que le debe llevar a la "experiencia" de que todos somos uno. Esa nueva espiritualidad, basada en la libertad y el amor, nos llevará a una nueva economía que pasará del yo al nosotros y que, liberándonos del consumismo, generará recursos para todos y los espacios necesarios para que desarrollemos esa creatividad que nos hace tan humanos, que nos hace tan únicos. Sólo el miedo nos induce a pensar que eso son utopías, pero el entusiasmo, el coraje y el compromiso hacen que las utopías se conviertan en realidad." (Espiritualidad y política, página 173)




Espiritualidad y economía de Joan Antoni Melé es el décimo capítulo de Espiritualidad y política.

La espiritualidad y la economía aparentemente son dos mundos opuestos entre sí. Dos "realidades" antagónicas, que no pueden coexistir simultániamente, porque la existencia de una excluye la otra y viceversa. Muy al contrario, espiritualidad y economía son compatibles entre sí y además son necesarias. ¿Qué es la Espiritualidad? Por espiritualidad, nos referimos "al mundo intangible a nuestros sentidos aunque muy real para nuestra vida interior". Además, otro aspecto de la espiritualidad es su dimensión trascendente: la verdadera naturaleza humana es espiritual. ¿Qué es la economía? Por economía, nos referimos al mundo de los bienes materiales y al mundo del dinero. El dinero es el representante del poder terrenal. De ahí, su consideración como antagónico a la espiritualidad. El dinero ha usurpado toda la atención de la humanidad, en detrimento de la espiritualidad, desterrada de la escena pública y confinada a la marginalidad. El dinero se ha convertido en el nuevo dios del mundo en substitución al dios celestial. 

¿Pueden coexistir en el ser humano? El ser humano es dual: posee una dimensión espiritual y una dimensión material. La dimensión espiritual nos permite darnos cuenta de la existencia de un "yo", que nos lleva a preguntar cuál es el origen y el sentido de la vida. La dimensión material nos conecta con el cuerpo que habitamos y que comporta unas necesidades que nos obliga a trabajar para poder satisfacerlas. La cuestión es ¿cómo consideramos esa dimensión espiritual? Es decir, ¿Qué imagen de la humanidad prevalece en nuestras mentes?

Joan Antoni Melé esboza dos imágenes sobre la humanidad. La primera hace referencia a los relatos y a los textos antiguos de la humanidad. Muy concretamente, recurre al libro del Génesis para explicar la creación del hombre y de la mujer: "hagamos el ser humano a nuestra imagen y semejanza". La idea de fondo es la existencia de una divinidad creadora de la humanidad. Esta primera imagen de la humanidad puede resultar decepcionante: Primero porque sólo somos una imagen de esa divinidad y segundo porque la voluntad de esa divinidad es la de crearnos a imagen y semejanza suya. La segunda imagen de la humanidad cuestiona a la primera: si estuviéramos hechos a imagen y semejanza de la divinidad, eso significaría, que seríamos capaces de ser libres y capaces de amar, y, por tanto, seríamos seres creadores. Nos lleva a cuestionar el concepto de libertad y de verdad: Para ser libres debemos tener la posibilidad de no serlo,y, por tanto, de no seguir los planes de ninguna divinidad. El error y el mal son inherentes a la libertad. La búsqueda de la verdad es la que nos puede llevar a la conquista de esa libertad. En ese proceso de búsqueda debemos perder de vista esa otra "realidad" narrada en los textos religiosos.

A la par de esas imágenes, ¿cómo concebimos al pensamiento y qué tipo de relación establecemos entre pensamiento-conciencia-espiritualidad? Después del Renacimiento, el desarrollo del pensamiento lleva al despliegue de la ciencia. El ser humano es capaz de descubrir las leyes universales que rigen el universo a través del pensamiento. La existencia de leyes universales implica necesariamente "inteligencia", "voluntad", "intención", "orden" o "permanencia". Nos lleva a indagar sobre la autoría del universo. Este proceso "evolutivo" del pensamiento nos conduce al desarrollo de la conciencia individual y, con ésta, el sentimiento de libertad. El ejercicio de esa libertad individual acaba negando la dimensión espiritual de la humanidad, llegando al punto máximo de ruptura con la espiritualidad. Se ha instaurado la necesidad de demostrar científicamente la espiritualidad. Pero, la dimensión espiritual de la humanidad "no se puede demostrar, sólo se puede mostrar,y, si se quiere, experimentar", como apunta Joan Antoni Melé.

Como hemos dicho, la manera de entender al ser humano- las imágenes que nos formamos de la humanidad- determina nuestro comportamiento como sociedad, y, por consiguiente, el modelo social y económico en el que vivimos. El modelo de sociedad capitalista reduce al ser humano a su dimensión material desposeyéndolo de su dimensión espiritual. A partir de esta visión reduccionista, es fácil adivinar cuáles son las consecuencias sociales de este modelo: el darwinismo social. En el modelo capitalista existe un mercado libre en el que impera la ley de la oferta y de la demanda y en el que intentamos maximizar los beneficios y minimizar los costes. El propio mercado es el que regula sus desequilibrios internos y el que nos llevará a un mayor bienestar social. Entonces, ¿Qué sucede? El mercado libre no regula en absoluto sino más bien es el origen de los profundos desequilibrios de la economía globalizada. El capitalismo no es un modelo económico basado en la libertad sino en modos de vida esclavos. El modelo capitalista está creando y sembrando destrucción a doquier, y esto, sólo puede significar que está infrigiendo todas las leyes de conservación de la vida.

Un último apunte es la relación entre economía, trabajo y dinero y su conexión con la espiritualidad.
¿Qué es la economía? La economía es relación entre seres humanos y consiste en la creación de valor a partir del trabajo y de esa relación humana. La economía es relación entre nosotros y la Tierra que nos lo proporciona todo. ¿Y, el trabajo? El trabajo no es una mercancía que compramos y vendemos a cambio de un salario. El trabajo es algo espiritual que permite relacionar nuestra individualidad con el resto de la comunidad, que nos permite salir de nuestro egoísmo, y descubrir, que formamos una unidad orgánica con la humanidad y con la Tierra. Cuando trabajamos con la voluntad de aportar lo mejor de nosotros mismos a la comunidad, desde la libertad individual, entonces comenzamos a dar un sentido a la vida y a sentirnos felices. Esa conciencia global hacia el trabajo debemos hacerla extensiva al resto de actividades económicas. La recuperación de la espiritualidad juega un papel esencial para alcanzar esa conciencia global. A través de la espiritualidad podemos elevarnos por encima del egoísmo y convertirnos en seres libres. Podemos ponerlo en práctica cada vez que utilizamos el dinero. Siempre tenemos la oportunidad de decidir, mirando por nuestro interés y beneficio, o bien, siendo libres y pensando en cómo nuestras decisiones afectarán a los demás. Todo depende de nosotros. ¿No es maravilloso?

Antes de finalizar, no quisiera pasar por alto el último deseo de Joan Antoni Melé: "Esta nueva espiritualidad, basada en la libertad y el amor, nos llevará a una nueva economía que pasará del yo al nosotros y que, liberándonos del consumismo, generará recursos para todos y los espacios necesarios para que desarrollemos esa creatividad que nos hace tan humanos, que nos hace tan únicos.". Quedémonos con este último deseo.Tengamos el valor de llevarlo a cabo sin miedos, liberarando nuestra creatividad y desarrollando nuestra inteligencia a favor de la humanidad.

9 de agosto de 2011

Serge Latouche ¿Qué son los pilares del decrecimiento?

Los pilares del decrecimiento son la estructura que aguanta el edificio del decrecimiento como modelo alternativo al capitalismo. Serge Latouche propuso su programa de las 8R, inspirándose en la propuesta de Osvaldo Pieroni en el Forum alternativo de Río de Janeiro en 1992.

El modelo de las 8R – también conocido como los pilares del decrecimiento- se plantea como alternativo al modelo capitalista que enfatiza el tamaño gigantesco de las cosas como el “hiperdesarrollo”, la “hiperproducción” o el “hiperconsumo”. A favor propone los 8 pilares del decrecimiento – o modelo de las 8R- remarcando con el prefijo “re-" el énfasis en la repetición o en el retroceso de los procesos.

Veamos, cuáles son estos 8 pilares del decrecimiento:
1.Revaluar: Se trata de sustituir el sistema de valores capitalista- valores globales, individualistas y consumistas- por valores decrecentistas- valores locales, cooperativos y humanistas-.
2.Reconceptualizar: Aporta una nueva visión sobre cómo entendemos la calidad de vida, proponiendo la suficiencia y la simplicidad voluntaria, y cuestiona abiertamente nuestro estilo de vida.
3.Reestructurar: adaptar nuestras estructuras económicas y productivas al cambio de valores.
4.Relocalizar: La producción y el consumo debe sustentarse en la autosuficiencia local con el propósito de satisfacer las necesidades locales, disminuyendo el uso del transporte.
5.Redistribuir: Reparto de las riquezas entre el Norte y el Sur.
6.Reducir: Limitar el consumo a la capacidad que tiene la biosfera para regenerarse.
7.Reutilizar: Tender hacia el uso de bienes durables y a su reparación y conservación.
8.Reciclar: En la medida de lo posible, debemos reciclar los bienes para garantizar que puedan ser reutilizados de nuevo.

29 de julio de 2011

Síntesis del libro El decrecimiento explicado con sencillez. 4 Parte

En esta última entrega de la síntesis del libro El decrecimiento explicado con sencillez vamos a resumir los últimos capítulos- del 15 al 20- del libro. Estos capítulos son: Los movimientos por el decrecimiento; Cinco ejemplos de Ahora; Las crisis de principios del siglo XXI; Hitler como precursor y Sobre el término “Decrecimiento”.

En Los movimientos por el decrecimiento, los primeros movimientos que defendieron el decrecimiento surgieron en Francia y en Italia hace unos 10 años. La formulación teórica del decrecimiento se ha desarrollado en estos dos países pero una parte significativa de la práctica se ha registrado en el mundo anglosajón de la mano del movimiento de las llamadas Transition Towns. Las personas que optan por el decrecimiento las podemos agrupar en 4 grupos diferentes:
1-Sectores del movimiento ecologista.
2-Los libertarios.
3-Cristianos de base.
4-Personas que no mantienen vinculación alguna con los movimientos por el decrecimiento y han acabado por asumir conductas decrecentistas.

Por otro lado, son tres las preguntas que los trabajadores deberían hacerse. La primera es la relativa a cómo trabajamos. Las palabras explotación y alienación han desaparecido en el lenguaje de los trabajadores. Han sido sustituidas por la productividad y la competitividad. La segunda pregunta plantea para quién trabajamos. Y la tercera se refiere a qué producimos, no vaya a ser que con esa producción estemos explotando a muchos y cancelando los derechos de las generaciones futuras.

En Cinco ejemplos de Ahora, Carlos Taibo recoge 5 ejemplos en el que establece un debate sobre el decrecimiento.
1-El riesgo que aumente el hambre se extiende rápidamente en zonas hasta hace poco no afectadas por ella. El incremento de la demanda de alimentos por parte de economías en crecimiento como la china o la india y el encarecimiento de los costes del transporte o la aparición de los agrocarburantes. Sin negar la importancia de todos estos factores sobre el aumento del hambre, los gobiernos no mencionaban: los intereses de las grandes empresas transnacionales de la alimentación parecían decididas a obtener los máximos beneficios. Los gobiernos transferían dinero a los países pobres para que continúe el negocio de las transnacionales.
2-Deberíamos reducir el gasto energético. Eso entraría en confrontación con los intereses de las empresas privadas. Extraigamos una conclusión rápida: nuestros gobernantes defienden el bien común siempre y cuando no entre en colisión con los intereses de las empresas privadas.
3-Debemos planteamos qué tipo de transporte queremos. Si necesitamos un coche para uso privado o si deberíamos potenciar el transporte público.
4- Crítica a la alta velocidad ferroviaria española (AVE): esto lleva a Carlos Taibo a preguntarse por:
4.1- El destrozo medioambiental que provoca la construcción de las líneas ferroviarias.
4.2-Se pregunta qué hubiera ocurrido si los recursos destinados al AVE se hubiesen destinado a modernizar un sistema ferroviario convencional.
4.3-La desaparición de los trenes convencionales tiene como efecto principal la desertización ferroviaria o el deterioro de los servicios prestados a muchos pueblos y ciudades.
4.4-La alta velocidad ferroviaria exige la asignación de urgentes recursos para la construcción de líneas y trenes que van a ser disfrutados por una minoría de la población.
5- La escasez energética pretende suplirla con la energía nuclear. Para encarar la crisis hay que acometer dos grandes medidas: desplegar energías renovables y reducir los niveles de consumo.

En Las crisis de principios del siglo XXI, coexiste múltiples crisis. Si cada una de esas crisis es inquietante por sí sola, la combinación de todas ellas resulta explosiva. En las últimas décadas, se ha expansionado el proyecto neoliberal. A su amparo, han ido desapareciendo las normas que permitieron el control del capitalismo y facilitaron el asentamiento de los Estados de Bienestar. El auge neoliberal a partir de los años 80 se tradujo en agresiones frontales contra los Estados del Bienestar. Las reglas de este juego han sido abrazadas por los partidos socialdemócratas. La distinción entre neoliberales y socialdemócratas estriba que para los primeros debía cancelarse todo tipo de intervención pública en la economía para los segundos había que preservar determinadas intervenciones del estado encaminadas a garantizar derechos básicos y a corregir los excesos del capitalismo. Semejante distinción ha ido diluyéndose en la nada  en provecho del primero.

En este sentido, qué respuestas han suscitado esta crisis múltiple. Distingue tres:
1-La primera respuesta tiene su medida en los programas de rescate de instituciones financieros desplegadas por todos esos gobiernos. Al margen, no se procesa legalmente a las personas que condujeron al borde de la quiebra a muchas de esas instituciones financieras.
2-La segunda respuesta ha cobrado cuerpo en el seno de las fuerzas de izquierda que rechazan el modelo neoliberal pero no toman nota de la hondura de la crisis ecológica. Se asienta ante todo en la defensa de los Estados de Bienestar e interpreta que el capitalista es un sistema recuperable siempre y cuando vuelva a la regulación del pasado.
3- La tercera respuesta en la que se insertan buena parte de los defensores del decrecimiento. El capitalismo se halla inmerso en una irremediable corrosión interna. En esta posición se encuentran tanto quienes reclaman salir con urgencia del capitalismo como quienes prefieren esperar que el colapso del sistema abra los ojos a los ciudadanos. Su proyecto propone generar espacios de autonomía en un escenario de demanda expresa de decrecimiento y de cuestionamiento abierto de las formas de propiedades características del capitalismo.

En Hitler como precursor, en un libro de Carl Amery, Auschwitz, ¿comienza el siglo XXI? Hitler como precursor se nos plantea que las políticas que abrazaron los nazis ochenta años atrás se vinculan con un momento histórico singular y por ello irrepetible. Amery sugiere que debemos estudiar con detalle esas políticas porque bien pueden reaparecer entre nosotros en los años venideros en los principales centros de poder político y económico. Éstos se lanzarían a preservar los escasos recursos del planeta en unas pocas manos a través de la marginación o el exterminio de buena parte de la población planetaria. Detrás de un proyecto de estas características se pueden apreciar riesgos graves. Hay quien habla de la posibilidad de una guerra mundial. El capitalismo excluyente arrastra una clara dimensión política: la de un proyecto que necesita mecanismos de represión y alienta relaciones tensas y conflictivas. Para contrarrestar esta pulsión propone: la autogestión, la democracia directa y la descentralización.

Y, por último, en Sobre el término decrecimiento, el término decrecimiento es un concepto que arrastra problemas. En algunos ámbitos la palabra crecimiento tiene una dimensión saludable y positiva por lo que a menudo resulta difícil entender que le otorguemos esa misma dimensión a un término como el decrecimiento. Sin embargo, ninguna de las opciones alternativas al término decrecimiento ha tenido éxito.

27 de julio de 2011

Síntesis del libro el decrecimiento explicado con sencillez. 3 parte

En esta tercera entrega de la síntesis del libro El decrecimiento explicado con sencillez vamos a resumir los capítulos: ¿Qué podemos hacer?; Decrecimiento y Países del Sur; Salir del capitalismo; Las críticas al decrecimiento y La tecnología salvadora.

En ¿Qué podemos hacer? Antes de proponer cualquier tipo de práctica de acorde con el decrecimiento, vamos a mencionar 2 ideas importantes, a saber:
1- El decrecimiento es un proyecto que tiene que combinar por fuerza lo individual y lo colectivo.
2- La propuesta del decrecimiento se enfrenta a una sociedad competitiva y agresiva y pretende sustituirla por otra basada en la cooperación y la solidaridad.

Carlos Taibo menciona una serie de prácticas decrecentista que deberíamos tomar prestado. En total son ocho:
1-Hay que reducir el consumo, premiando el uso razonable de los recursos.
2-Hay que reducir los desplazamientos que implican un consumo importante de energía. En este sentido es preferible caminar y moverse en bicicleta que emplear el automóvil, como es preferible compartir este último antes que utilizarlo en solitario. El transporte público debe ser una prioridad.
3-Hay que alejarse de los medios de comunicación tradicionales y de las campañas comerciales que nos exhortan a comprar.
4-Hay que comprar productos generados en el ámbito local. Debemos pensar en lo que comemos y dedicar a la comida más tiempo, otorgándole una dimensión social de la que carece hoy día.
5-Hay que reutilizar y reciclar los bienes así como intercambiarlos y promover su donación en provecho de quienes los precisan.
6-Hay que huir del sistema bancario y buscar iniciativas locales y éticas de financiación y ahorro.
7-Hay que procurar consumir menos y disponer de más tiempo libre.
8-Hay que abrir nuevos espacios de autonomía que reduzcan las dependencias en todos los ámbitos. Pueden promoverse iniciativas vinculadas con el cooperativismo, las redes de consumo, los bancos de tiempo, las monedas sociales o los bancos de alimentos.

En Decrecimiento y Países del Sur, se debería aplicar el proyecto del decrecimiento en los países del Sur. La respuesta es No, Pero. Lo del no parece que se justifica por si solo, sin embargo, hay que justificar el pero: los habitantes de los países del Sur deben tomar nota de lo que hemos hecho mal, sino quieren repetir nuestros mismos errores. Si países como China y la India empiezan a alcanzar los niveles de consumo propios de las sociedades occidentales, pronto se hará evidente que la Tierra, con sus recursos, no podrá atender a las demandas correspondientes. Más razonable parece decrecer en producción y consumo en los países del Norte rico para de esta manera disponer de un argumento moral, que invite a pedir a otros conductas más moderadas y que huyan del hiperconsumismo.


Cuando se afirma que el crecimiento de los países ricos es vital, para que sigan creciendo los pobres, es ignorar una realidad muy diferente: la del expolio de los recursos humanos y materiales de los países pobres en provecho de los primeros y de la dependencia consiguiente de los países pobres con respecto a las decisiones de los países ricos que reducen a la nada su soberanía. Quienes cuestionan el proyecto del decrecimiento son aquellos que han propiciado el asentamiento de intercambios desiguales entre los países del Norte y del Sur y la dependencia de estos últimos.

En los países del Sur han empezado a manifestarse movimientos por el decrecimiento. Su origen es triple. Un primer origen lo constituyen los países que se hallan a mitad de camino entre el mundo opulento y el sur pobre. Un segundo origen se vincula con la existencia de gigantescas desigualdades en las sociedades del sur donde se aprecia los efectos nocivos del crecimiento económico. Y, un tercer origen que remite a la necesidad urgente de reavivar tradiciones autóctonas arrinconadas por el imperialismo y el colonialismo occidentales.

En Salir del Capitalismo, la propuesta del decrecimiento implica salir del capitalismo.  La urgencia de salir del capitalismo no sólo surge de las consecuencias de la propuesta del decrecimiento sino de la corrosión que acosa al propio capitalismo. Si bien el capitalismo ha tenido una gran capacidad de adaptación a los retos, esa capacidad está hoy en entredicho. En un mismo sentido, la eficacia innegable que el capitalismo demostró en el pasado parece haberse diluido rápidamente. Más allá de lo anterior, sobran las razonas para afirmar que el capitalismo es manifiestamente incapaz de encarar el problema de los límites medioambientales y de recursos de tal forma que la crisis ecológica se ahondará. La propuesta del decrecimiento pretende sustituir del capitalismo existente. Cualquier proyecto de contestación del capitalismo tiene que ser por fuerza decrecentista, autogestionario y antipatriarcal.

En las Críticas al decrecimiento, el proyecto del decrecimiento ha suscitado críticas. Podemos organizar estas críticas en 3 grandes posiciones:
1- Nace de los circuitos oficiales del sistema capitalismo. Se ignoran las aportaciones del movimiento decrecentista. En algunos casos, se reconocen buenas intenciones en el decrecimiento. Son críticos con el diagnóstico catastrofista del decrececimiento: muchos diagnósticos en el pasado no se han ajustado a la realidad, creen que el decrecimiento es literalmente irrealizable y que la aparición de nuevas tecnologías permitiran resolver los problemas que hoy se consideran inabordables.
2-Nace en el marco de determinados segmentos de la izquierda que se vinculan con el pensamiento de Marx.
3- La tercera posición crítica procede de la llamada izquierda insurreccionalista. Subrayan el caracter reformista del proyecto del decrecimiento que no aspiraría a otra cosa que "adelgazar" el capitalismo. Los sectores insurreccionistas parecen esperar un colapso del sistema capitalista que se verá acompañado de una revolución.

En La tecnología salvadora, el discurso oficial presenta a las tecnologías como solucionadoras de los problemas actuales. Al margen de esto, tenemos que preguntarnos si nuestro estilo de vida hiperconsumista y despilfarrador nos hace realmente felices y justifica que decidamos arriesgarnos aún a costa de poder perderlo todo. Pero conviene llamar la atención sobre varias circunstancias que rodean el debate sobre la tecnología: El desarrollo y el despliegue de tecnologías visiblemente dañinas para el medio ambiente y la inversión en tecnología de alto nivel cuya dimensión social es nula.