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28 de julio de 2015

Crear una moneda libre de inflación e intereses.

Crear una moneda libre de inflación e intereses es el segundo capítulo del libro Dinero sin inflación y tasas de interés. En él se expone, en primer lugar, qué es posible crear una moneda libre de interés gracias al trabajo pionero de Silvio Gesell. En segundo lugar, el proyecto piloto de la moneda libre de interés en Wörgl en Austria en los años 30. En tercer lugar, la propuesta de reforma monetaria de Yoshita Otani sobre una moneda libre de interés. En cuarto lugar, la necesidad de crear una reforma impositiva territorial para acabar con la especulación de la tierra. Y, en cuarto lugar, la necesidad de una reforma tributaria para preservar el medio ambiente. 

¿Es posible crear una moneda libre de inflación e intereses? El trabajo pionero de Silvio Gesell y los primeros experimentos pilotos en Austria demuestran que es posible y plausible la creación de una moneda libre de inflación e intereses. Empecemos. Silvio Gesell, a finales del siglo XIX, formuló una teoría del dinero y de un nuevo "orden económico natural." Silvio Gesell era un comerciante alemán que observó que "en ciertas ocasiones su mercadería se vendía bien, rápidamente y a buen precio y en otras con mayor lentitud y a bajo precio. Pronto entendió que estos aumentos y reducciones pocas veces tenían que ver con la demanda o la calidad de sus bienes." Descubrió que la gente compraba bienes y/o servicios cuando las tasas de interés eran bajas y no cuando eran altas. Por otro lado, la disponibilidad de dinero dependía de si los propietarios del dinero lo prestaban o no: "Si obtenían por su dinero menos del 2,5% de interés tendían a retenerlo. Si después de cierto tiempo la gente estaba dispuesta a pagar más interés por el dinero, quedaba nuevamente disponible." De esta manera, se originaba un nuevo ciclo económico donde las tasas de interés eran bajas. Según Silvio Gesell este fenómeno sucedía porque el dinero, a diferencia de los bienes y los servicios, se puede "retener sin costes." Para Gesell la solución pasaría por la creación de un sistema monetario en el que el dinero generara costes de mantenimiento, y, de esta manera, se liberará al dinero de la especulación. Gesell propuso un sistema monetario en el que el dinero "se oxidaba", es decir, que estaba sujeto a una "tasa de uso."

Silvio Gesell además añadió que hay que reemplazar el interés por la tasa de circulación. ¿En qué consiste? Como hemos visto anteriormente, Gesell formuló en 1890 la teoría del dinero y la teoría del "orden económico natural" en el que sugiere transformar el dinero en un servicio público sujeto a una tasa por uso. La idea central del pensamiento de Silvio Gesell era: "En lugar de pagar intereses a los que tienen más dinero del que necesitan y con el fin de mantener el dinero en circulación, todo el que posee un excedente en dinero deberá pagar una pequeña tasa si lo mantiene fuera de circulación. " Esta reforma resolvería los múltiples problemas causados por el interés e interés compuesto. Si bien, el interés es un beneficio privado, la tasa por uso del dinero se traduciría en beneficio público. El dinero de la tasa por uso deberá integrarse al flujo monetario para mantener un equilibrio entre el volumen de dinero y el volumen de "actividades económicas." La tasa representaría un ingreso para el Estado y mediante ella se reduciría los impuestos.

En los años 30, los seguidores de Silvio Gesell tuvieron la oportunidad de poner en práctica una moneda libre de interés. Una de las ciudades donde se llevó a cabo fue en Wörgl en Austria. Entre 1932 y 1933, se puso en marcha un intento de reforma monetaria. El alcalde de Wörgl pudo convencer a los comerciantes y a la administración  para que participirán en un "experimento monetario" basado en el libro El Orden económico natural de Silvio Gesell. ¿En qué consistió? "Los ciudadanos dieron su consentimiento y el concejo de la ciudad emitió 32.000 "chelines libres"- chelines libres de interés-, respaldados en el banco por el mismo monto en chelines austríacos ordinarios. La ciudad hizo construir puentes, mejoró la red callejera y los servicios públicos y pagó sueldos y material con esta moneda, aceptada por los comerciantes y empresarios de la ciudad." La tasa por utilización de los "chelines libres" era del 1% mensual y de un 12% anual. ¿Cómo funcionaba? "Debía pagarla el que poseyera el billete a fin de mes en forma de un sello fiscal por valor del 1% del billete, que se adhería al dorso del mismo. Sin este sello el billete no tenía validez." La tasa incitaba a los ciudadanos que poseían los chelines libres a gastarlo "lo más rápidamente posible antes de usar sus chelines ordinarios." Los ciudadanos de Wörgl pagaban sus impuestos con los "chelines libres" para evitar el pago de la tasa. En un plazo de un año, circularon 32.000 chelines libres 463 veces, creando bienes y servicios por un valor de 14.816.000 chelines. En cambio, el chelín ordinario no circuló más que 21 veces. La ciudad de Wörgl redujo el desempleo en un 25%. El dinero que obtuvieron de la recaudación municipal a través de los chelines libres lo utilizó para obras públicas. Cuando en Austria comenzaron a interesarse por el experimento de Wörgl, el Banco Nacional de Austria consideró que su monopolio corría peligro e inició una acción en contra del municipio y prohibió la emisión de los chelines libres de interés. La experiencia sobre una hipotética moneda libre de interés en Austria demuestra que la política es más importante que los aspectos técnicos de la implantación de una moneda libre de interés en el sistema monetario.

Una propuesta de reforma monetaria basada en una moneda libre de interés es la de Yoshita Otani. En la propuesta de Yoshita Otani es más fácil la imposición de una tasa por uso sobre una nueva moneda libre de interés. ¿En qué consistiría su propuesta? "Un 90% de lo que llamemos dinero son números en la computadora. De tal modo, cada uno de nosotros tendría dos cuentas bancarias: una corriente y una de ahorro. El dinero depositado en la cuenta corriente, siempre a disposición de su titular, sería tratado como efectivo y su valor podría disminuir en una proporción mínima del orden del 0,5% mensual o 6% anual." Cualquiera que tuviese en su cuenta corriente más "dinero nuevo" que el necesario para pagar los gastos mensuales, estaría tentado a transferirlo en una cuenta de ahorro. El banco, desde esta cuenta, estaría en condiciones de prestarlo sin intereses, "por lo cual dicha cuenta no sería recargada con tasas." De igual manera, el propietario del dinero nuevo no recibiría intereses sobre su cuenta de ahorro pero el dinero nuevo retendría su valor: "Desde el momento que el interés queda abolido, la inflación pierde su razón de ser." La persona que recibiera un crédito "no pagaría intereses, pero arriesgaría primas y costos bancarios comparables a los que incluye todo préstamo bancario." En la práctica, poco cambiaría. Los bancos operarían, concediendo préstamos porque estarían sujetos a la tasa por uso. Para equilibrar el crédito y el ahorro, "posiblemente los bancos se verían en la necesidad de pagar o recibir un interés reducido, según que dispusiesen o no de dinero nuevo en cantidad superior a la necesaria o tuviesen problemas de liquidez." Los intereses cumplirían una función de mecanismo regulador y no de redistribución de la riqueza. La base de la reforma se basaría en la adaptación del dinero en circulación con el dinero necesario para llevar todas las transacciones. Una vez que se hubiese creado suficiente cantidad de dinero para realizar todas las transacciones del banco no haría falta producir más dinero: "significa que el dinero nuevo seguiría una pauta de crecimiento físico natural y dejaría de atenerse a una pauta de crecimiento exponencial." Otro aspecto es incluir la prevención "de atesorar dinero en efectivo." Una solución pasaría por "imprimir billetes de diferentes colores, de manera que diversas series pudiesen retirarse de circulación una o dos veces por año sin previo aviso."

Si la reforma monetaria que hemos descrito, se implementará a gran escala, "tendría que ir acompañada de una reforma impositiva territorial." Sin ella, el dinero excedente se invertiría en especulación. Sin esta reforma tributaria, se podría poner peligro el medio ambiente. Dinero y tierra son indispensables para la vida. La tierra debería pertenecer a las comunidades y éstas deberían "arrendarlas a las personas que desee trabajarla." Había sido la tónica dominante hasta que en la Edad Media se introdujo el concepto de propiedad privada del Derecho Romano. La solución pasaría por combinar la "explotación privada" de la tierra con la "propiedad comunitaria." Significaría que las comunidades "deben comprar toda la tierra y arrendarla a sus habitantes." Otra posibilidad a largo plazo es imponer una tasa reducida- del 3% anual- sobre el valor de la tierra: "se pagará a la comunidad, que empleará el dinero recaudado para adquirir tierras que se ofrecen en el mercado. De esta manera, la comunidad podría tomar posesión de dichas tierras en poco más de 33 años." Otra alternativa consiste en dar a los propietarios la posibilidad de no pagar las tasas a condición de vender sus terrenos a la comunidad. El efecto inmediato de esta reforma impositiva territorial sería el fin de la especulación inmobiliaria. Haría que no se pagara el lucro que se genera con la especulación de la tierra.

Las reformas monetarias y territoriales requieren también de la introducción de dos cambios en el sistema de recaudación de tasas que tienen efectos devastadores sobre el medio ambiente:
1- "Sustituir el impuesto a las ganancias por un impuesto a los productos";
2- "Integrar al impuesto el producto los costos ecológicos estimados."
La aplicación de estos dos cambios no significaría que nuestro nivel de vida descendiera, "porque el aumento de precios de los productos se compensaría con un ingreso libre de impuestos." Este cambio crearía un cambio de actitudes de los consumidores respecto al medio ambiente. La gente pensaría dos veces antes de comprar cualquier producto nuevo si les resulta más económico repararlo, que comprarlo. Este cambio en el sistema tributario podría introducirse gradualmente. Además, "volvería obsoletos los numerosos conflictos ligados al medio ambiente, así como muchas "medidas de protección", y contribuiría a solucionar el problema del desempleo."

Dinero libre