Su diario abarca las semanas posteriores a la explosión de la primera bomba atómica lanzada sobre población civil por los Estados Unidos, desde el 6 de agosto hasta finales de septiembre de 1945.
El diario ofrece un testimonio detallado y personal de la destrucción, de las víctimas y del inicio de la reconstrucción de Hiroshima, a través de la perspectiva de un médico que intentaba ayudar a los heridos de la bomba atómica mientras lidiaba con su propia experiencia en primera persona.