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21 de abril de 2012

Conclusiones del libro dinero y conciencia ¿A quién sirve mi dinero?

Antes de acabar con la síntesis del libro Dinero y conciencia ¿ A quién sire mi dinero? vamos a ofrecer la conclusión del autor. ¿ A qué conclusiones llega Joan Antoni Melé?

1- El mundo se mueve con el dinero. Es un hecho. ¿Que podemos hacer al respecto? Hemos de empezar a tomar decisiones libres e independientes acerca del uso de nuestro dinero. Tomar control sobre qué, cómo y por qué consumimos, ahorramos y donamos. No podemos permitir que con nuestro dinero se hagan en el mundo cosas que jamás permitiríamos. Por conciencia ética. Por ejercicio de la libertad.

2- El modelo económico vigente genera más pobreza de la que soluciona. Como apunta Joan Antoni Melé: "Cuando se plantean todos estos temas, aparece el miedo y el ataque escéptico(defensivo) contra el idealismo, porque tememos vernos obligados a complicarnos la vida, a dejar nuestra comodidad en pro de un mundo más justo". La necesidad de cambio está latente en el ambiente: "Hay mucha gente deseando el cambio, muchos no saben cómo hacerlo, otros no se atreven, pero la conexión mutua otorga el coraje necesario." Este siglo XXI será el siglo de la conciencia planetaria. Comprometernos con la vida y crear contagio "de coraje y ética a tu alrededor" es esencial para promover el cambio desde abajo y globalmente.

3- El ser humano no puede cambiar. El ser humano es, como decía Adam Smith, intrinsícamente egoísta y no puede cambiar. El primer aspecto puede ser cierto pero el segundo es falso. El ser humano puede ser perverso y maligno pero también maravilloso y bondadoso.

19 de abril de 2012

Dinero: consumo, ahorro, donación ¿Dónde pones tu dinero? Tercera Parte

Vamos a sintetizar los puntos 3.5 Economía y construcción de la paz y 3.6 Ahorro y construcción de la paz del capítulo Dinero: consumo, ahorro, donación ¿Dónde pones tu dinero? del libro Dinero y conciencia ¿A quién sirve mi dinero?

En primer lugar,  vamos a hablar sobre economía y construcción de la paz.

La paz requiere de esfuerzo porque no es un hecho natural. El conflicto es el estado natural del ser humano en el mundo. La ausencia de la paz va más allá de las guerras, está presente en todos los ámbitos de la sociedad y afecta a todas las personas. En la construcción de la paz, hay que prestar atención a los procesos de polarización entre individuo- comunidad:
- Por un lado, desarrollamos un individualismo necesario para alcanzar la libertad.
- Por otro lado, nos sentimos cada vez más miembros de una única comunidad mundial: la Humanidad.
Nos encontramos ante un escenario que puede favorecer la polarización individuo-comunidad que sólo podemos resolver eficazmente si nos elevamos a un nivel superior que integre ambas dimensiones: en este nivel superior es donde podemos construir la paz.

Para favorecer el proceso de construcción de la paz hemos de conocer cuál es nuestro punto de partida: ¿Cuál es la situación? Nos hallamos ante una situación contradictoria:
-Por un lado, el malestar de las personas que se traduce en violencia.
-Por otro lado, el avance de la conciencia global de Humanidad y el concepto de "triple aspecto del ser humano".

Un aspecto negativo que dificulta la construcción de la paz es la violencia. La violencia refleja un vacío interior y la falta de sentido de la propia vida. ¿Por qué se recurre a la violencia? vivimos en una sociedad donde las personas no viven en un sentido pleno y sin paz interior. Y, por este motivo, es tan difícil la construcción de la paz.

Estamos asistiendo a la evolución de los conceptos de "nación" y de "patria" hacia una concepción global de la Tierra. En esta última concepción, la persona cuenta por sí misma y se siente ciudadano del mundo. El proceso de globalización ha ayudado a la aparición y al desarrollo de esta concepción global de la Tierra. También ha aportado un elemento positivo: la emergencia de la conciencia global como especie unitaria.
Sin duda, la difusión global de la información y la inmigración masiva ha facilitado el paso de una visión local a una visión global.

En un plano individual, Joan Antoni Melé nos habla del "triple aspecto del ser humano". Cualquier ser humano: tiene necesidades, es un ser emancipado y es un ser capacitado.
1-Somos seres con necesidades. Ninguno de nosotros somos autosuficientes.Y, por lo tanto, nos necesitamos unos a otros: debemos procurar que las necesidades de los demás esten cubiertas.
2- Somos seres emancipados. Eso se traduce en el ámbito de lo jurídico y de lo político en la igualdad ante la ley.
3- Somos seres capaces. Cada ser humano posee capacidades únicas y diferentes.

¿Cuál debe ser el papel de la economía en la construcción de la paz? La economía debe concebirse como la relación que nos une a cada uno de nosotros con los demás seres humanos y con la Tierra. La Humanidad y la Tierra "forman un organismo vivo en el que todo está interrelacionado". Esa interelación es la que puede contribuir y ayudar a la construcción de la paz. La economía debe cambiar por un crecimiento lento, progresivo y orgánico como el crecimiento de las plantas. Un crecimiento en el que el trabajo y el beneficio encajen con el objetivo del bienestar común. Sólo así, podemos poner los cimientos de una paz perdurable en la Tierra.

En segundo lugar, hablaremos sobre el ahorro y la construcción de la paz.
Un primer escollo, que hemos de salvar, es la polarización entre individuo y comunidad. El origen de los conflictos armados reside en la polarización entre individuo y comunidad. Como ya hemos mencionado anteriormente, la economía capitalista tiene como objetivo la búsqueda del máximo beneficio. Ese beneficio puede expresarse en términos de "mercado libre", "competencia"o "leyes de la oferta y de la demanda".

Salvado este escollo, ¿cómo podemos mejorar la inversión de nuestros ahorros mientras ayudamos a construir la paz a través de nuestro dinero? La solución puede venir de la mano de un sistema bancario ético. Este sistema bancario utiliza el dinero de sus clientes para mejorar la calidad de la vida de las personas y la del medio ambiente. Es una manera de constribuir en la construcción de la paz, utilizando nuestros ahorros. Además, no debemos pasar por alto, la necesidad de pedir una actitud ética con nuestros ahorros a los bancos. Pero, tampoco debemos olvidarnos que debemos ser coherentes con nuestros valores e ideas al depositar nuestros ahorros en un banco.

Para finalizar con esta síntesis, hablaremos del banco Triodos Bank. El Triodos Bank es un banco ético fundado en Holanda a finales de la década de los sesenta del pasado siglo. Su filosofía de trabajo está presidida por el respeto a las personas y al medio ambiente. Busca que su actividad resulte sostenible en el tiempo. Está implantado en diferentes países: Holanda, Bélgica, el Reino Unido y España.Triodos Bank invierte sus recursos en tres ámbitos básicos: la cultura, el medioambiente y la sociedad. Aporta financiación a proyectos que tradicionalmente no llega la banca tradicional. Este último aspecto es uno de los grandes reclamos publicitarios de este banco.

¿Cómo es Triodos Bank por dentro? Triodos Bank capta recursos ajenos básicamente a través de depósitos y de cuentas de ahorro. En cuanto a los recursos propios está en manos de 15.000 accionistas. Una parte de los beneficios de Triodos Bank se distribuye en forma de dividendos y otra parte se destina a incrementar recursos propios o para continuar financiando a empresas y a proyectos sociales. Desde 2009, Triodos Bank forma parte de una "Alianza por una banca con valores" como alternativa al sistema financiero internacional y con el objetivo de construir una alternativa al sistema financiero global basado en un desarrollo sostenible.

25 de febrero de 2012

Diálogo entre espiritualidad y política

Vamos a centrarnos en este segundo post en la relación Espiritualidad y Política. El libro de Cristóbal Cervantes, Espiritualidad y política, es un excelente libro introductorio sobre cuál debería ser la relación entre espiritualidad y política.

Uno debe preguntarse, primeramente, si existe una crisis profunda entre la espiritualidad y la política y viceversa. Esta es la primera cuestión que debemos plantearnos: ¿Existe una crisis profunda en la política? ¿Y en la espiritualidad? ¿Esta crisis afecta a la relación? La política está en crisis. ¿Es una obviedad? Cierto. No es sólo una crisis del sistema político sino fundamentalmente una crisis de los valores y de los principios que habían sostenido el templo de la política que, desde hace ya tiempo, empieza a desmoronarse. Por otro lado, la crisis espiritual, no es tanto, espiritual como religiosa, de las instituciones y de las tradiciones religiosas. Una nueva espritualidad está floreciendo en esta crisis. Una nueva espiritualidad se está abriendo paso, apelando a una nueva política, con nuevos valores y con otros principios. Esta nueva política debe de ir de la mano de una nueva espiritualidad que nos haga sentir que formamos parte de algo "más grande y más profundo que tú mismo, algo que te conecta a todo y a todos, que te hace ver a todos los seres humanos como hermanos y al planeta como la casa común que tenemos que cuidar". Sólo así, la espiritualidad puede concebirse como una palanca/una dínamo para la política. Una espiritualidad que insufla vida y una política que organiza la convivencia en la Tierra.

La relación entre espiritualidad y política, ¿es una relación "difícil", conflictiva e irreconciliable? o¿Es una relación de comprensión, interdependencia y fecundidad mútua?Algunos autores de Espiritualidad y política han confrontado directamente estas preguntas en sus artículos. ¿Qué tipo de relación queremos? En definitiva, ¿Qué queremos? Coincido con ellos, en la necesidad de integración de la dimensión espiritual en la política. Más difícil es defender una política integrada en la espiritualidad. La primera opción es más factible Más sensata. Además, acarrea menos dificultades. Cuando no, menos trabas.

¿Cómo debe "materializarse" esta relación entre espiritualidad y política? Esta relación debe materializarse fundamentalmente a través de un diálogo abierto entre espiritualidad y política. Soy partidaria del diálogo más que la confrontación entre espiritualidad y política. La confrontación nos lleva a un escenario estéril: la confinación de la espiritualidad a la intimidad y la percepción de la espiritualidad como algo "anómalo", "extraño" y "ajeno" a la convivencia. Por contra, el diálogo puede ahondar en "el arte de vivir"- la espiritualidad- y en "el arte de convivir"- la política-. A través de un verdadero diálogo entre espiritualidad y política podemos aúnar el arte de vivir con el arte de convivir. Puede existir un espacio común entre ambos, si aceptamos, desde un principio, la interdependencia y  la interfecundidad entre espiritualidad y política.

¿Qué debemos esperar del diálogo entre espiritualidad y política? El diálogo entre espiritualidad y política debe ayudar, a mi modo de entender, de tres modos:

1- Aúnar esfuerzos para construir un mundo mejor. El diálogo entre espiritualidad y política puede contribuir a la mejora de las condiciones de vida de millones de seres humanos- y de millones de seres vivos- si integramos ambas dimensiones en la vida cotidiana. Este diálogo puede apuntalar un nuevo mundo. Necesitamos convicción profunda y valentía para afrontar este reto: el "nacimiento de un nuevo mundo". Este mundo mejor "va a nacer a través de nosotros" si "podemos sentirlo y seguirlo y serlo".

2- El desarrollo de una conciencia planetaria. Hablamos de la emergencia de una nueva conciencia que trascienda a la conciencia individual y a la colectiva. Nosotros no sólo somos ciudadanos de un determinado país- o de un continente- sino que aspiramos a ser ciudadanos del mundo. La emergencia de la conciencia planetaria hará que seamos concientes de nuestra pertenencia al género humano y a la Tierra. El diálogo entre la espiritualidad y la política puede asentar las bases para el nacimiento y el desarrollo de esta conciencia planetaria: todos somos uno, nosotros y el planeta.

3- La transformación de la humanidad. El diálogo entre espiritualidad y política puede contribuir a la transformación de la humanidad. Una nueva humanidad puede alumbrarse, si en nuestro interior, está prendida la llama del cambio. La transformación debe operar en nuestros corazones y en nuestras mentes. El diálogo, sin duda, puede- y debería- ayudar a desprendernos de nuestro viejo ropaje y crear un nuevo.

16 de febrero de 2012

Crisis y Cambio en Espiritualidad y política

Antes de finalizar con el libro, Espiritualidad y política, de Cristóbal Cervantes, voy a aportar mi propia visión del libro. Esa visión girará entorno a dos grandes temáticas que reiteradamente han sido desarrolladas a lo largo de los artículos seleccionados para el blog. Esas dos temáticas son: crisis y cambio y relación entre espiritualidad y política. La mayoría de los artículos comentados abordan directamente- o indirectamente- una o ambas temáticas.

Voy a dedicar, a cada una de estas temáticas, un artículo entero. En este primero, hablaremos sobre la crisis y el cambio. Prácticamente, la totalidad de los artículos comentados en el blog, abordan la crisis y el cambio como un hecho inevitable, irreversible y consustancial al momento histórico que vivimos. La crisis ya no es un hecho pasajero sino permanente. Ha dejado de ser algo transitorio e indeseable, a constituirse en algo que caracteriza nuestro tiempo. La crisis no podemos evitarla o sortearla sino que debemos afrontarla sin temores y sin cuartadas.

La crisis define a nuestro tiempo. Es el principio de una nueva era que se caracterizará, cada vez más, por poner patas arriba nuestro sistema de vida basado en creencias (auto)destructivas, que ponen en serio riesgo la viabilidad de la especie humana y de cualquier forma de vida en el planeta. Es, como apuntan algunos autores de Espiritualidad y política, una crisis civilizacional - espiritual en el fondo-. Una crisis que afecta profundamente al ser humano en su totalidad y a su proyecto vital en la Tierra.

La crisis del actual modelo de civilización- materialista, economicista- revela la necesidad acuciante de cuestionar y de buscar un nuevo paradigma civilizatorio que no se limite simplemente a sustituir al anterior.¿No nos engañaríamos, si creyéramos que el problema está solamente en el molde mental en qué nos movemos? Hay algo más. Cualquier molde- paradigma civilizatorio- responde a la imagen de humanidad que hemos elaborado. Es precisamente esa imagen la que determina con más fuerza que fundamenta ese molde mental- ese paradigma- en el que estamos atrapados como en una teleraña. No puede haber cambio, mientras no observemos con detenimiento esa imagen de humanidad. ¡Afrontemos esa imagen, transformándola! Ahí, es dónde erradica el cambio. El cambio está contenido en la mirada. El cambio no operará sino transformamos nuestra mirada de la humanidad. En la mirada está la clave.

¿Qué ha entrado en crisis y dónde debe dirigirse el cambio? Esta pregunta sintetiza muy bien cuál es la intención del libro Espiritualidad y política y de muchos de los artículos que he comentado en el blog. La mayoría de los autores de Espiritualidad y política apunta a una crisis de conciencia como origen de la crisis. La conciencia es el origen de la crisis y el cambio debe maniobrar precisamente en el ámbito de la conciencia. La conciencia materialista ha entrado en una profunda crisis. Y, con ella, su sistema de creencias y de valores. Su visión del mundo y de la vida está entredicho. La crisis de esta conciencia materialista es la que debe impulsar la gestación y el nacimiento de una nueva conciencia planetaria, postmaterialista y cosmológica. He ahí, donde está el reto de la humanidad: darse cuenta y favorecer el cambio hacia esta nueva conciencia. El libro Espiritualidad y política está en esta dirección.

7 de enero de 2012

Koldo Aldai: La política, un elevado servicio a la comunidad

"Hoy estamos en condiciones de empezar a hacer realidad la profecía de la escritora inglesa ya mencionada:" La visión aparecerá como una realidad en la Tierra cuando los individuos sumerjan voluntariamente sus intereses personales en el bien del grupo; cuando el grupo o los grupos se fusionen sus intereses en el bien nacional; cuando las naciones abandonen sus propósitos y metas egoístas por el bien internacional, y cuando esta recta relación internacional se base en el bien total de la humanidad misma". (Espiritualidad y política, página 204)

"La política, un elevado servicio a la comunidad" de Koldo Aldai es el duodécimo artículo del libro Espiritualidad y política.

En el presente artículo, La política, un elevado servicio a la comunidad, Koldo Aldai desarrolla el concepto de "política espiritual": qué es la política espiritual, cuáles deben ser las claves de la "nueva acción política", cómo debe ser el político "orientado espiritualmente", qué relación debe guardar la política con la religión, cómo debemos concebir la espiritualidad en relación a la política, cómo debe organizarse esta nueva política espiritual y qué valores y principios deben articular esta política espiritual.

No podemos negar la crisis política actual tanto en su dimensión conceptual- qué entendemos por política- como en su dimensión práctica- cómo se ejerce la política-. Nuestro mundo ha cambiado profundamente. Esto es una evidencia: está emergiendo una nueva conciencia planetaria y ésta exige un cambio radical en el planteamiento de la política, y, al mismo tiempo, un nuevo perfil humano- y espiritual- del político.

Para Koldo Aldai, "la política debe estar al servicio de la comunidad". Sin duda, desde el ejercicio de la política, se puede ser muy útil y se puede contribuir al bienestar colectivo. Para poder servir a la comunidad, es imprescindible un cierto nivel de desarrollo espiritual y la necesidad de servir al prójimo. Ambos aspectos son fonamentales para el ejercicio de la política. Además, la política reclama una gran dosis de sacrificio personal y de entrega incondicional al servicio de la comunidad. En este sentido, la genuina espiritualidad comparte con la política: el olvido de nosotros mismos para el servicio al otro, a la humanidad. El servicio a la comunidad es la razón primordial de la política. Su acción se sustenta en el servicio comunitario: la política es "el arte del servicio con mayúsculas", tal como sugiere Koldo Aldai.

Por otro lado, debemos ennoblecer la acción política porque está muy desprestigiada por la "clase política". La política espiritual puede recuperar el carácter noble de la política. Para Koldo Aldai, la política espiritual es "sinónimo de política en su ejercicio más noble, es decir, llamada a alcanzar una visión precisa y neutral y a desarrollar acción responsable". Su objetivo es "el mayor bien para el mayor número de personas". 

 Esta política espiritual se articula entorno a seis aspectos claves que orientan la acción política:
  1. Política planetaria: El político de orientación espiritual trata de "deshacer el espejismo de la separatividad". La separatividad es una ilusión originada por la mente. No existe la separación sino la unión basada en la relación. Alienta el espíritu de "unidad en la diversidad" y fomenta la idea de "la humanidad es una". En la política planetaria, no hay espacio para el "egoísmo nacional" que está llamado a desaparecer. El peso de "lo nacional" ha de mermar en aras del fortalecimiento de "lo internacional".
  2. Política ecológica: El político de orientación espiritual afirma que el destino de la humanidad está indisolublemente unido al de la Madre Tierra. La Tierra puede sostener las necesidades de todos, pero no así, los excesos. El cuidado y la protección de la Tierra ha de ser una máxima fundamental de la política espiritual.
  3. Política de Paz: El mayor desafío de la humanidad es el de la superación del viejo paradigma de la confrontación y del odio.
  4. Política de justicia: Instaurar la igualdad de oportunidades a la hora de acceder a la cultura, a la educación, a la sanidad y a otros servicios públicos.
  5. Política de consenso: El político con principios espirituales es áquel que persigue el más amplio consenso social en el mayor número de temas. La política de consenso consiste en saber cohesionar, en saber dibujar y expresar objectivos y horizontes comunes.
  6. Política responsable: Una política responsable no es necesariamente una política popular. La responsabilidad en su amplio sentido:
  1. Con respecto a las libertades y derechos fundamentales en general.
  2. Con respecto a la Tierra y su no agresión o contaminación.
  3. Con respecto a las futuras generaciones.
       El político espiritual implementa políticas justas y responsables no siempre bien acogidas.
     Koldo Aldai reflexiona sobre la relación entre política, religión y espiritualidad. Llama a diferenciar entre espiritualidad y religiosidad: "el hecho de que el/la político/a esté imbuido de valores espirituales no implica para nada que esté vinculado a instituciones." Debe establecerse un línea divisoria entre ambos términos: la espiritualidad se referiría a " valores elevados inmanentes a las diferentes tradiciones religiosas como nobleza, generosidad, altruismo, discernimiento...," y la religiosidad haría referencia a "instituciones humanas con toda su virtual carga de aciertos y errores". Koldo Aldai apela a la importancia de trabajar por la aconfesionalidad del Estado. A su modo, un estado laico- que no laicista- es garante de la imparcialidad y neutralidad del estado en materia religiosa.

    Por otro lado, establece un vínculo de unión entre política y espiritualidad. Vivimos un nuevo despertar de la espiritualidad, una espiritualidad Universal. Cada vez más gente vive un despertar de su espiritualidad. Espiritualidad y política se reencuentran, en este escenario, gracias a una mayor concienciación con respecto a la humanidad y a la Tierra. Espiritualidad y política se aúnan con el nacimiento del sentimiento de "unidad en la diversidad", dando importantes pasos en la instauración del ideal de la fraternidad humana. Este sentimiento de fraternidad ayudará a la superación de la separación entre nosotros y la Madre Tierra. En palabras de Koldo Aldai "Más pronto que tarde llegará un día por supuesto sin ejércitos, pero también sin cárceles, sin bancos, sin instituciones y empresas que medran a costa de la alienación de terceros... Lo pequeño volverá a ser hermoso. Se clausararán las factorías contaminantes, la agricultura industrial, los grandes hospitales, las grandes ciudades... Retornaremos a la naturaleza y con ello también a unas relaciones más cercanas y verdaderas. Nos agruparemos en comunidades, en ecoaldeas con importante grado de autosuficiencia, que estarán a su vez vinculadas entre sí formando redes. Compartiremos excedentes agrarios, fruta, tomates, artesanía, pero también software, arte y cultura... Nadie pasará necesidad y cuidaremos para que así sea".

    En este nuevo contexto, la política se transformará. Viviremos una redimensión de la acción política: dejará de ser una política lejana, pasando a ser una política cercana a la gente y de pequeño tamaño. La humanidad no necesitará de una clase política dirigente. Las redes sociales irán poco a poco reemplazando a las jerarquías de los gobiernos. Las relaciones humanas irán superando el egoísmo, centrándose en la promoción y en el establecimiento de relaciones positivas.

    En resumen, la política espiritual fomenta el sentimiento de colaboración y de responsabilidad y está imbuida de un profundo amor a la humanidad. El político orientado espiritualmente se caracteriza por su honestidad, su integridad y su inofensividad. Trata de reunificar y reconducir todas las fuerzas hacia un nuevo orden que substituya al viejo basado en la competitividad, el individualismo y el materialismo. El viejo orden se desplomará a nada que le privemos de nuestra energía y nos liberemos de nuestros miedos e inseguridades. Hoy, podemos comenzar a trazar una política espiritual que sienta las bases para un mundo más justo, unido y en paz.