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28 de junio de 2011

Crisis del agua y Cambio Climático

El cambio climático está incidiendo muy negativamente en el ciclo natural del agua. La alteración de este ciclo va acarrear graves consecuencias para el futuro de la vida en el planeta. La viabilidad de la vida en la tierra dependerá de la recuperación del funcionamiento de este ciclo. El cambio climático junto al calentamiento global está intensificando fenómenos climáticos extremos (huracanes, olas de calor, sequías…), hasta entonces poco frecuentes en diferentes regiones del mundo, y, ha convertido el  deshielo de los glaciales y de los polos en un fenómeno más recurrente y habitual, convirtiéndolo en una crisis medioambiental y ecológica de proporciones gigantescas e inquietantes. 

Nadie pasa por alto que la combinación de cambio climático y calentamiento global está relacionado con la contaminación atmosférica y con una economía basada en la utilización de combustibles fósiles en las regiones más ricas del mundo. La contaminación de la atmósfera junto al consumo de combustibles fósiles está aumentando la temperatura de la superficie de la tierra y de los océanos. El aumento de las temperaturas medias está alimentando los fenómenos extremos, está favoreciendo el retroceso de los glaciales y de las capas de hielo de los polos y está alterando el ciclo natural de regeneración del agua. Todos estos fenómenos climáticos están agravando la crisis del agua, que ya padecen millones de personas, especialmente los más pobres, que no han contribuido al calentamiento global, y que, en cambio, sufren sus consecuencias. Las principales víctimas de esta crisis del agua se convertirán en refugiados medioambientales a medio y a largo plazo, contribuyendo aún más a la crisis del agua.

Si no mitigamos los efectos del calentamiento global sobre el ciclo natural del agua, podemos encontrarnos, en un plazo de unas pocas décadas, con una catástrofe medioambiental y humanitaria de dimensiones  desconocidas para el género humano y para el propio planeta. Nuestra acción sobre el ciclo del agua es determinante para poder recuperar la abundancia de agua que había caracterizado la vida en la tierra. La recuperación de la salud del ciclo del agua dependerá de la introducción de acciones, que frenen los efectos ya visibles del calentamiento y del cambio climático, y, de la incorporación y consolidación de cambios en nuestros hábitos de vida, que incluyan una reflexión de cómo y para qué utilizamos el agua.